Nadié sabe de dónde vino. Nadie sabe cómo llegó. Nadie tiene una respuesta. Lo único que se sabe es que, a un costado de la Isla Grande de Chiloé, en una zona plagada de mitología, un día apareció un moái. O bien, una figura de piedra de escasa altura, que tiene una cara esculpida y cuyos rasgos presentan un parecido con las obras de Isla de Pascua. El punto exacto de su ubicación es en la llamada "zona caliente" de la península de Lacuy, en la comuna de Ancud. La singular escultura se levanta en el borde de una quebrada de unos 150 metros, frente al Océano Pacífico, y se ha convertido en el último misterio que produce esta isla. El hombre de piedra es el icono inexplicable que está causando conmoción en la zona. Lugareños del sector Faro Corona afirman no conocer a ciencia cierta cómo apareció esta figura y, por instinto, la han calificado como una réplica cercana a un moái, escultura propia de la cultura rapanui. Sus rasgos y dimensiones no dejan de impresionar. Esculpido en piedra cancagua, el enigmático moái chilote mide 1,60 metros de alto por dos de ancho. Su expresión facial cautiva y a ratos hipnotiza. Parece que se riera con algo o con alguien. Tiene la mirada perdida en el horizonte, da la sensación de que sus ojos esconden un gran secreto. Y con seguridad debe ser así. Publicación Diario LA ESTRELLA: Spoiler ¡Debes iniciar sesión para ver el Spoiler!
Al final del articulo promocionado por sky... Es como el moai con pies que NO existe en la isla de pascua...