En algunos lugares de Rusia salir a la calle puede convertirse poco menos que en un suicidio. Para demostrarlo este hombre lanza desde su ventana agua hirviendo con una temperatura exterior de -41º centígrados. El resultado es impresionante, el agua en ebullición se transforma en segundos en pequeños cristales de hielo que generan una nube de agua que el viento se lleva volando.
no caxo de quimica mucho que digamos.. pero al sacar la olla descubierta al aire frio antes de lanzarla... no deberia haber ocurrido algun efecto en el liquido ???