[COLUMNA] Colo Colo de la “A” a la “Z”: simplemente el equipo da pena

​

Rodrigo Sepúlveda​

LAS COSAS COMO SON:

a.- Aunque sea un puñal al corazón del fanático de Colo Colo, el equipo da pena. No tiene fondo, carece de ideas y en momentos, por parte de algunos, de actitud. Su intensidad no corresponde al fútbol de hoy. Muestra lentitud y una discontinuidad en todos los encuentros. En muchos le marcan y se va al piso. En otros ataca y no convierte. O sea no funciona. En el torneo nacional tal vez le pueda resultar, por ejemplo, con Iquique, pero esa exigencia para un “grande” es minúscula.

b.- Hoy nadie respeta a Colo Colo en el Monumental. Se puede abrir la puerta, entrar, acceder a camarines, ingresar a la cancha, ganar y cerrar el portón. Es fácil, nadie te brama. Todos le faltan el respeto en su casa. Ningún equipo teme ir a Macul. Hoy es sencillo. Antes temblaban enfrentando a Colo Colo. Hoy se frotan las manos, saben que hay una oportunidad de sumar puntos.

c.- Desde la época de Claudio Borghi que el equipo no deslumbra. Pasan los técnicos y ninguno ha podido lograr un juego brillante como en la época de Claudio Bravo, Arturo Vidal, Arturo Sanhueza, Rodrigo Meléndez, Jorge Valdivia, Matías Fernández, Humberto Suazo, Alexis Sánchez. Jugadores de alto nivel que ahí crecieron, no llegaron como estrellas, en esa época se edificaron y luego se dispararon.

d.- Lo más noble es el fanático del club, ese que se construye con una creencia que se basa en el sueño en que todo va a mejorar, sin embargo, es una fe que no tiene ningún sustento sólido. Van al estadio, llegan con su bandera y su ilusión bajo el brazo, pero que se derrumba con una rapidez inusitada. El hincha no le ha dado la espalda y si lo hubieran hecho no podría extrañar a nadie.

e.- Su desnutrición defensiva es preocupante. Deportivo Pasto llegó tres veces en 32 minutos y convirtió dos goles. En el primero Sebastián Toro, jugador que pedí como titular en muchas ocasiones, marcó de espalda de manera inentendible a Julián Lalinde que convirtió de cabeza. En el segundo Colo Colo tenía controlado el balón y Gonzalo Fierro lo retrocedió para apoyarse con Christian Vilches. Este último llegó mal parado y le dejó el espacio libre para que Lalinde anotara el 2-0. Dos regalitos en un torneo internacional. ¡Plop!

f.- Este fracaso debe ser asumido en conjunto por el Presidente de Blanco y Negro, Arturo Salah, y el técnico Gustavo Benítez. Ambos contrataron y los dos construyeron el plantel.

g.- Distancia inentendible de Blanco y Negro con el socio del club. En vez de abrigarlo y ser parte del crecimiento de la institución lo aíslan, lo desprecian y lo alejan de algo que siente como propio. Esa pésima estrategia consiguió que la disputa sea interna, que los enemigos estén dentro en vez de edificar en conjunto. El socio debe ser tratado de manera amigable, debe recibir garantías y beneficios.
El fútbol alemán, que hoy vive un momento extraordinario, construyó en su nueva estructura de la Bundesliga que por lo menos el 51% de la propiedad de los clubes sea de sus socios. Así de simple. Y ahí los tiene, saneados y con estadios llenos todos los fines de semana. Acá Blanco y Negro los quiere alejar como si fueran peste.

h.- El nivel individual es irregular, es muy cambiante. Mauro Olivi nunca volvió a ser el talento de Audax. Emiliano Vecchio es el primo hermano del que lució en Unión Española, con toda la técnica que posee nunca la pudo mantener de manera constante en Colo Colo. Cristian Vilches y su lentitud defensiva fue permanente, Felipe Flores careció de gol. Trajeron a Javier Toledo y no es titular continuo. Hace meses trajeron a Damián Malrechauffe y, por infección y lesión, aún no debuta. Salvo Villar, Fierro, Fuenzalida, Baeza y Esteban avez, el resto está en un nivel bajísimo.



PD: Es hasta la h nomas en todo caso