Una noche intensa con Diana

Este relato fue algo que sucedio hace unos meses, es algo largo, pero fue la unica forma de poder explicar todo lo que sucedio, espero les guste.

El relato...

Diana es una mujer de 29 años sumamente excitante, con 1.70 de estatura, senos operados y perfectos, un color de piel canela muy claro, cabello negro sedoso y largo, unas piernas muy bien cuidadas, unas caderas prominentes, un trasero que provocaba los deseos más lascivos, unos labios grandes que inspiran al deseo y unos ojos achinados que le daban ese toque único a su rostro. Un día se propuso cambiar la rutina, siempre todo fue muy romántico en su única relación de pareja que tuvo, su ex habia sido el único hombre en su vida y con él aprendió todo lo que sabía hasta ese momento. Ella deseaba experimentar más de lo que había experimentado con su ex, dejando atrás el romanticismo y dejando en evidencia que podía ser una femme fatal, capaz de seducir a quien deseara, debía de ser muy lascivo, sin preguntar nombres ni sentimientos, solo disfrutar de la locura del sexo sucio y salvaje.

Diana se vestía súper sexy e insinuante, con escotes, mini faldas, que hicieran desear a los hombres tenerlas para ellos, pero a pesar de que conseguía hombres guapos y hasta atractivos, pero no eran lo que ella pensaba, no sabían satisfacerla, no se ocupaban de su placer, de hacerla sentir mujer, solo del el placer personal de ellos, tanto que con los que probo ninguno la llevo a un orgasmo. Esto la dejo extrañando más de la cuenta a su ex, pensó que aquella decisión de experimentar en el sexo fue un total error, así que decidió dejar de probar por un tiempo y relajarse en una de las cosas que más les gustaba, leer relatos eróticos.

Un día Diana se topa con mi blog, comenzó a leer uno tras otros mis relatos, empezó a sentir como mis letras invadían su mente, como se iba metiendo en esos personajes deseando poco a poco ser una de esas mujeres que eran llenadas de tanto placer. Ella no solo leía mis relatos, sino los tuits que día a día escribía, los cuales abrían el camino a los relatos que tanto ella disfrutaba.

Diana decidió un día colocar en un comentario de mi blog un mensaje bastante insinuante: “Hola Danny, me llamo Diana, vivo en Caracas, me intrigan tus relatos, tus tuits, tu forma de escribir, me gustaría charlar contigo, te dejo mi numero xxxx-xxxxxxx escríbeme y sabré que eres tú”.

Por mi mente pasaron muchas cosas, podía pensar que era una broma de alguien, pero nada me costaba agregar ese número al Whatsapp, lo hice y fue una grata sorpresa ver que en su foto de perfil salía una mujer muy linda que estaba tomándose una foto frente al espejo, pero eso no me indicaba que fuera ella, o hasta que en realidad fuera una mujer, así que la salude, le dije:

Yo: “Hola Diana, soy Danny…”
Diana: “Hola, esperaba con ansias a que me escribieras”
Yo: “Que bueno, ahora espero que me digas con una nota de voz lo que sucede contigo cuando me lees”.

Esto lo hice para estar seguro de que por lo menos era una mujer con la que estaba charlando, a los pocos segundos sale en pantalla “Grabando nota de voz”, espere como dos minutos y me llego la nota, al escuchar aquella voz femenina, y las cosas que me decía, lo que deseaba, mi imaginación comenzó a volar más de lo normal y desde ese momento charlamos, y solo 2 días después llego el momento del anhelado encuentro.

El lugar debía ser único, el momento debía ser especial, y Diana, ella debía lucir como nunca antes, eso fue lo que me dijo que deseaba, que lo dejara todo en sus manos, que era su fantasía y que ella la haría realidad como quería, que yo solo seria ese personaje que haría todo lo que se sobre su cuerpo.

Reservo una habitación en un hotel muy hermoso, tenía una tina de hidromasajes muy similar a un jacuzzi, sería una noche entera para vivir como si el tiempo fuese eterno y cada segundo debía ser aprovechado. Ahora faltaba Diana, que se pondría? Y según lo que se pusiera debía saber cómo actuar su papel.

Me cito esa noche diciéndome que debía estar preparado para lo que fuera, para lo que su fantasía exigiera hacer, sin ningún tabú, con total morbo y lascivia. Estuve en el lugar a la hora acordada 9 p.m, en la recepción del hotel solo di mi nombre y el numero de la habitación, la número 69 (sugerente el numero verdad), la chica de la recepción llamo a la habitación, luego de unos instantes, me pide que me registre como el acompañante de la Srta. Diana Benoit, yo gustosamente me registre y me dice: “piso 6, suite 9”. Tomo el ascensor pulso el piso 6 y este comienza a subir, al llegar al piso, veo que está bien adornado, con muebles y mesas con flores, camino y llego a la habitación 69, toco la puerta y esta estaba abierta, así que se abrió un poco con el golpe del toque de mis dedos, entro a la habitación algo desconcertado y ansioso, la pieza tenia luz tenue color morado, a la izquierda la cama tenía una pequeña bandeja con dos tragos y una nota; “Quiero que no olvides jamás que esta noche seré tuya y tu serás mío, seré la musa de uno de tus relatos”.

De fondo una balada casi imperceptible, me senté en la cama con una sonrisa de nerviosismo e inquietud, la balada se hizo más fuerte, dos segundos después, aparece Diana, vestía una camisa blanca abotonada a la mitad, falda corta azul marino, liguero del mismo y una pequeña chaqueta ajustada sin abotonar, el cabello lacio, largo y unos lentes, sus labios estaban pintados de rojo, en su mano sostenía un bolígrafo y una agenda de notas, era la propia secretaria sexy, para mi aquella vista era algo majestuoso, era la 1era vez que la veía y lo hacía de aquella manera, fue la aparición más sexy, erótica y morbosa que una mujer me ha hecho, también estaba muy nervioso y solo sonreí, pero me entraron unas ganas de abrazar aquel cuerpo exquisito, de aquella mujer sumamente hermosa y cuando me acerque a ella me alejo despacio y me dijo: “Hoy aprendí a memorizar todas las tareas que me dejaste pendiente, pero me faltan algunas que hare ahora mismo”, yo estaba muy ansioso pero el momento debía ser perfecto, ella sentó en la cama y se arrodillo frente a mí, desabrocho mi cinturón, abrió mi cremallera, comenzó a quitarme el pantalón, lo bajo completamente, me quito los zapatos, las medias, termino de quitarme el pantalón por completo, ella veía como mi pene crecía y se ponía duro mientras hacía todo aquello, lo beso por encima de mi bóxer negro, lo hacía con mucho morbo, mordía la tela de mi bóxer, la halaba con sus dientes, chupaba con deseo, Diana estaba deseando mi miembro en su boca, así que decidió quitarme el bóxer, lo hizo con rapidez, halaba y halaba con fuerza, con una desesperación enorme, a ver mi pene en completa erección, lo miro, luego me miro y con la mirada fija en mis ojos, abrió su boca y con una mano se lo llevo a ella, esto sin dejar de mirarme, su lengua se poso en la punta de mi glande hinchado y caliente, comenzó a lamerlo con mucha lentitud, con mucho sabor y hambre, ya no me miraba, cerro sus ojos para concentrarse en mi falo, lamia y lamia mi glande, la sensación era deliciosa para mi, ella abrió su boca y se lo metió por completo en ella, duro unos segundos moviendo su lengua con mi pene dentro de su boca, luego lo saco por completo, y de sus ojos salieron lagrimas, lo metió tan profundo que eso provoco en ella, lo metía y sacaba, sus lagrimas de hacían cada vez más abundantes, hasta que corrían por sus mejillas, luego de estar así un rato, comenzó a besarlo, comenzó con mi glande, luego con el tronco de mi pene, bajo hasta mis testículos y los beso con mucha suavidad, se les metía en la boca, los chupaba, los lamia, luego subió con los mismos besos hasta mi glande, abrió su boca y siguió mamando como una desgraciada, Diana sabía el éxtasis que me embargaba en ese instante, por eso lo hacía pausadamente, aceleraba en instantes y me miraba mientras me lo hacía.

Luego de varios minutos se detuvo, se levanto, tomo las copas y brindamos, en ningún momento dijo nada, tomo mis manos y las puso en su cintura, se me acerco dándome la grandiosa vista de sus senos; “ahora tú mandas”, me susurro en el oído, comencé a besarla mientras nos quitábamos la ropa, cada prenda la tomaba con la delicadeza que se toma un jarrón de cristal, suave y a la vez con firmeza, todo fue cayendo al piso, su piel era sumamente suave, sus labios eran una delicia, su olor era una combinación de fragancias que no tenían explicación, su cuello fue la victima de lamidas por parte de mi lengua, sus gemidos eran una invitación a seguir, Diana quedo solo con la ropa interior y las ligas, mis manos recorrían su espalda con ese toque suave, ella jadeaba, “Hazme acabar, así como dices en tus relatos, con solo caricias”, me dijo entre gemidos, “Entonces no escuches nada más que tus gemidos y los gritos de tu piel mientras la toco, déjate llevar por esa sensación y llegaras al orgasmo”, le dije. Continué con las caricias, baje por su espalda y apreté sus nalgas, las masajeaba, luego su cintura y la apreté con fuerza, la traje más pegada a mi cuerpo, mis dientes mordían con suavidad sus cuellos, la tome y la voltee, poniendo su espalda contra mi pecho, entre sus nalgas sintió mi pene parado y duro, con pequeños movimientos de cintura de arriba abajo lo frotaba contra esas nalgas ricas, ella gemía y grito cuando mis manos apretaron sus senos con mucha fuerza, los masajeaba con rapidez, con deseo, ella jadeaba, eso la excito demasiado, Diana era un manojo de locura, cuando sentí que ella está a mil, baje mis manos y toque su sexo por encima de sus ropa interior, el grito fue intenso, la toque allí con roces, eso le fascino y luego solo apreté su cintura con mis caderas, “Ahora vas a llegar al orgasmo”, le susurre, eso la hizo enloquecerse, le besaba el cuello de un lado a otro, la tenia vuelta loca en un frenesí de placer, diana no podía más, y en aquel último movimiento de mi lengua en su cuello, puso tieso su cuerpo y allí salió ese orgasmo, que la recorrió desde la punta de los pies, subió por todo cuerpo y exploto en su cabeza, su cuerpo temblaba demasiado, su pecho se agito y sentía como le faltaba respiración, la voltee y le di un beso suave, la tome entre mis brazos sin dejar de besarla, la lleve hasta el jacuzzi y me metí con ella en brazos, los espejos nos rodeaban, podíamos ver todo, Diana podía verse siendo mía.

Se quito los lentes y terminamos de desnudarnos, me quito la camisa, y yo a ella su brassier, dándome la bienvenida sus bellos senos, poco a poco quite su ropa interior, me susurro al oído un “te deseo” tan delicado como sexual, me miro y se sumergió en el agua, busco mi pene y comenzó a darme nuevamente sexo oral, mientras me lo hacía ella sentía mis quejidos leves a lo lejos, bajo el agua se escucha diferente, era lejano, a Diana le encantaba, la tome con fuerza, la levante y me senté en la orilla del jacuzzi, ella me la espalda y se sienta en mi pene, siento como este se va temiendo suavemente en su vagina que estaba extremadamente lubricada, puse una de mis manos cerca de su vagina y estimulaba su clítoris, allí ella comenzó a moverse en círculos, yo la tome por la cintura, ese meneo era exquisito, luego se movía de arriba abajo, dándose sentones encima de mi pene, y así estuvimos un rato, ella alternando esos movimientos, hasta que se echa hacia atrás, apoyo mi mano y la pongo detrás de mi espalda, en la cerámica fuera del jacuzzi, mientras mi otra mano seguía tocando su clítoris, en ese instante con su espalda echada para atrás Diana tiene un grandioso orgasmo doble, para ella aquello fue una sensación única.
A los segundos Diana me dice que desea experimentar ese orgasmo triple del que tanto he hablado en mis relatos, así que decido experimentar eso con ella, pero antes tenía que comerme esa vagina, así que la senté en la orillas del jacuzzi, me sumergí en el agua, me metí entre sus piernas y sin esperar nada comencé a lamerle su sexo como un perro sediento tomándose una taza de agua, la lamia de arriba abajo, sus jugos eran deliciosos, no tardo en sentir un orgasmo, pero yo no pare, metí por completo su vagina en mi boca y comencé a succionarla, aquello era nuevo para Diana, grito, gimió, se estremeció con gran fuerza, hasta que el movimiento de mi lengua dentro de su vagina y la succión que hacia le dio un nuevo orgasmo, Diana me rogaba que la follara, así que salimos del jacuzzi y así mojados nos metimos en la cama.

La puse en 4, “Ahora te daré ese orgasmo triple”, estando en esa posición tenía acceso a 3 puntos de placer en ella, su ano, el interior de su vagina y su clítoris al mismo tiempo, solo debía estimular esos tres puntos a la vez para darle ese orgasmo que deseaba, puse mi mano derecha en la entrada de su vagina, metí 2 dedos, la comencé a masturbar muy suave, allí dure un rato hasta que por fin llego al orgasmo, luego saque mis dedos y los puse en su clítoris, comencé a estimularlo, rozándolo suavemente, esa sensación hacia que Diana moviera su culo, mordiera las sabanas de la cama para no gritar, así le di, poco a poco fue subiendo ese calor que finalmente exploto en otro orgasmo, ella un poco cansada por los orgasmos tiembla, ahora dejo de tocar su clítoris y pongo mi cara en su culo, saco mi lengua y comienzo a lamer la entrada de su ano, Diana hizo un pequeño brinco, pero luego se volvió a relajar, pues mi lengua se movía en círculos alrededor de su ano y eso le daba una sensación tan placentera que se dejo llevar por ella, gemía más que nunca, jadea mucho mas, ya las sabanas de la cama no eran suficiente para tapar sus gritos de éxtasis, movía su culo como nunca, la adrenalina en su cuerpo era inmensa y allí sintió aquel orgasmo anal, que la dejo casi si aire para respirar, jadeo muchísimo, “Ahora Diana estas lista para el orgasmo triple”, le dije, “por dios, pensé que ese era el triple, hay más?”, me dijo, “Si, hay más y los vas a sentir ahora mismo”, le dije.

Puse nuevamente mi lengua en su ano, mi mano derecha se metía con 3 dedos en su vagina y con dos dedos de mi mano izquierda estimulaba su clítoris, y comenzó la magia, mis 3 dedos masturbándola dentro de su vagina, unido a mis otros 2 dedos rozando su clítoris, más mi lengua lamiendo su ano en total armonía, eran como 3 personas bailando juntas la misma melodía la cual eran los gemidos de Diana, ella sintió el placer más extremo que jamás había sentido, sus gritos de placer no tienen forma de explicarse, sus jadeos eran la locura, se quedaba sin habla entre gemidos y espasmos, su cuerpo estaba siendo llenado de la adrenalina más lasciva, era la experiencia que tanto deseaba, mi lengua aumento el paso, mis 3 dedos ampliaban el interior de su vagina, mis otros dos dedos se fundían con su clítoris, y en ese instante comienza aquel rayo potente se sensaciones que voltearon todo su ser, que le dejaron huellas en cada rincón de su cuerpo, que fueron desde la punta de su cabeza, electrocutando a sus senos, sus pezones, bajando por su vientre y allí se partió en 3 puntas que fueron directo a cada uno de los 3 lugares que eran estimulados y PUUUUF, explotaron al unísono en un solo gemido de ella, que le dio el placer extremo de 3 orgasmos a la vez, el anhelado orgasmo triple.

Diana no tenía fuerzas, no podía más, pero yo aun no había acabado, su ano era una delicia, así que sin ninguna piedad la penetre por allí, le di embestidas que la hicieron revivir del letargo de aquel orgasmo triple, Diana se sumió en un éxtasis lleno de adrenalina, era la 1era vez que la penetraban por allí, era su estreno anal, entre más gemía, mayor era el salvajismo de mis embestidas, hasta que entre sus gritos, entre ese golpes de mi pelvis contra sus nalgas, entre esa vista que me daba mi pene entrando y saliendo de su ano dilatado y ver como de su vagina caía pequeños hilos de sus jugos vaginales, me termine corriendo en su ano, bombeaba con mucha fuerza aquellos chorros de semen, que la inundaron por completo, seguí embistiéndola porque quería sentir tu ultimo orgasmo, en eso sentí como los músculos de su ano apretaron uno segundos y cuando dejaron la presión Diana sintió su ultimo orgasmo.

Terminamos tirados en la cama, sin fuerza alguna, de su vagina seguían saliendo sus jugos y de su ano mi semen, ella no se movía, al rato se acomodo a mi lado y me susurro al oído: “Fue más de lo que me había esperado”, me dio un beso de lengua, acomodo la almohada y se recostó, a los minutos estaba sumida en el más profundo de los sueños, tan exhausta quedo que no pudo resistir más.

Yo me levante, tome una ducha, me vestí y le deje una nota: “Cuando quieras lo repetimos, y desde hoy serás la musa de muchos de mis relatos”. Salí de la habitación, tome el ascensor, salí del hotel con la sonrisa más grande del mundo, busque mi auto y me marche a mi casa a recordar aquella noche de intenso y lascivo placer.

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Espero sus comentarios.

 

Gracias... espero poder seguir posteando mis vivencias y relatos por aqui....

 

La llamada fue muy buena... vendran otros relatos que tengo por alli, muy buenos de verdad....

 

jajajajaja... estuvo bueno el relato entonces