Piñera MIENTE: Sí aplicó Terrorismo de Estado en su Gobierno represivo.

Hay que tener mucho talento para mentir y, Sebastían Piñera, presidente de Chile, ejerce la mentira como una verdadera forma de talento. Sus últimas declaraciones respondiendo a su homónimo venezolano Nicolás Maduro, ya colmó el límite del descaro. Sus palabras son los ferrocarriles de la mentira, de la infamia y la ignominia.



La desproporcionada violencia ejercida en los movimientos sociales, de los estudiantes, del pueblo mapuche, hay miles de imágenes que dan cuenta de la brutal represión ejercida por carabineros en contra de miles de sus víctimas. Una brutalidad desproporcionada por parte de la fuerza policial fue más allá de la sola responsabilidad de Carabineros de Chile.


Es consecuencia directa de una política represiva y sin sentido en contra de los estudiantes, la cual fue dirigida y mandatada por su Ministerio del Interior, don Andrés Chadwick Piñera y anteriormente por Rodrigo Hinzpeter, quién en definitiva emitieron las órdenes de cómo controlar las movilizaciones sociales. Por lo anterior, la responsabilidad de los hechos ocurridos durante los cuatro años de su gobierno que ya termina, recae directamente en su gobierno y, en particular, en su Ministerio del Interior.

Esta responsabilidad se suma a la absoluta falta de voluntad de diálogo y a la sistemática forma de reprimir al movimiento social y estudiantil, queriéndolos hacer aparecer como delincuentes, tratándose en realidad de jóvenes cuya única motivación es cambiar un sistema injusto y que, objetivamente, está en una crisis terminal.


Qué decir sobre la represión del pueblo mapuche, que desde los tiempos inmemoriales buscan la reconstitución de su territorio despojado por manos gubernamentales, latifundistas y empresariales, se encuentra continuamente frente a la represión estatal hasta el día de hoy, que utiliza la Ley Antiterrorista creada durante la dictadura de Pinochet.



En este contexto, el gobierno chileno y parte importante de la clase política del país han hecho gala de su desprecio y racismo hacia los pueblos originarios. Han propiciado la emergencia de un discurso que demoniza a los mapuche, ocultando las razones profundas del conflicto, invisibilizando la huelga de los presos políticos mapuche y justificando la represión en las comunidades y en las ciudades de la Araucanía. Varios ministros y senadores han avalado a los sectores latifundistas y empresariales que han llamado a la formación de grupos de choque contra los mapuche.



Esta violencia, absolutamente desproporcionada e injustificada del gobierno del Presidente Piñera, se vio reflejada en las imágenes de tantas y tantas marchas. Este tipo de violencia agrede los derechos fundamentales de las personas y, sobre todo, la de estudiantes menores de edad, que luchan pacíficamente por sus derechos.



Las reivindicaciones del pueblo mapuche, que busca la restitución de territorios ancestrales, han sido modeladas por la prensa para convertir sus demandas en las acciones de un nuevo enemigo político. En un enemigo del estado, de la institucionalidad, de la sociedad chilena. Un conflicto que volcó su violencia inusitada con las más duras herramientas policiales, aquellas propias de la guerra preventiva acotadas en la Ley Antiterrorista.



Las palabras de Piñera son un insulto a todos aquellos que han luchado por un Chile mejor, por un país justo y soberano. Entonces, si antes fue evidente la oligarquía terrateniente, hoy, bajo el sistema capitalista globalizado, la esencia de esta estructura no ha variado.



Nuestro más absoluto repudio a las palabras emitidas por el Presidente Piñera dando de coletazos a nuestros estudiantes chilenos y pueblos originarios reprimidos y vejados durante los 4 años de su gobierno para que diga tamaña insolencia. Es un insulto no sólo a las víctimas de la represión de su Gobierno, también es un insulto a la inteligencia. Alguien que le bajó el rango con tantas desinteligencias al cargo más republicano que tiene una nación; que es ser Presidente de la República.



Estamos hartos, de ser gobernados por sinvergüenzas y degenerados que, con tal de quedar bien con un sector, son capaces de ponerle el pie encima a todo un país.


Pido, de antemano disculpas, en nombre de todos los chilenos, al hermano pueblo venezolano y latinoamericano, por tener que cargar con la tremenda vergüenza de haber tenido a un mentiroso y lunático presidente, que afortunadamente ya se va junto con la sucia derecha chilena, que gracias a sus pequeños “esfuerzos”, jamás volverán a gobernar.



Es hora de la irrupción desde abajo de una verdadera oposición social y política que dé al trasto con el actual sistema, priorizando la lucha por construir un país más justo, y eliminar desde la raíz y de las fauces, todo tipo de inmoralidad e ignominia.



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