¿Por qué los perros callejeros esperan la luz verde para cruzar?

Mientras acá cruzan por el paso peatonal, en Rusia los callejeros se trasladan en metro ida y vuelta, como cualquier hijo de vecino.


C hile está lleno de perros, claramente. Los hemos visto paseando su animalidad en los estadios de fútbol y enfrentando al guanaco durante las marchas ciudadanas. Para llegar a esos sitios recorren kilómetros. Y, claro, deben cruzar las calles con tanto cuidado como los peatones.


Esto último le llamó la atención a Miiko Albornoz, el futbolista chileno-sueco que de sus visitas a Chile rescató a los perros criollos: los calificó de “robots” por ser capaces de cruzar en los pasos peatonales, dando lecciones de civilidad urbana a varios transeúntes.


¿Cómo lo logran? Según Giannina Stagno, veterinaria y monitora de entrenamiento en educación canina, se trata de una conducta aprendida. “Cuando es cachorrito, al tratar de atravesar la calle y escuchar un bocinazo aprende que es peligroso cruzar la vía en cualquier minuto”. Desgraciadamente, no todos aprenden. “El perro que no aprendió, bueno, ese fue el que atropellaron”. Y seguramente se fue al cielo, con todos los otros perritos que no se instruyeron adecuadamente.


Ese aprendizaje va acumulándose, desde la experiencia traumática que puede ser el bocineo a 3 metros de distancia de tu oído hasta ver cómo cruzan la calle las personas. “La mayoría de los animales callejeros están acostumbrados a convivir con los estímulos del entorno, que son varios. Puede que hayan tenido una mala experiencia con un auto que casi lo atropella, o que hayan visto a las personas y por imitación aprendan cómo cruzar la calle”, explica la doctora Carmen Luz Barrios, directora clínica del Centro Integral de Comportamiento Animal.


Los perros-peatones no son exclusivos de Chile. En Rumania la policía de tráfico local lanzó una campaña audiovisual cuyo eslogan es “Si ellos pueden, todos podemos”: busca que los ciudadanos crucen por los pasos de cebra tal como lo hacen los perros callejeros. En Rusia, en tanto, la civilidad canina alcanza niveles subterráneos.


Sorprendentemente, los perros callejeros en Moscú utilizan el metro todas las mañanas para trasladarse desde los suburbios donde viven al centro de la capital -donde es más fácil obtener comida- para volver al final de la jornada a sus hogares. Utilizan el primer y último vagón, que siempre van más desocupados. Y hasta se entretienen en el trayecto. “Saltan al vagón del tren segundos antes de que cierre la puerta, con el riesgo que quede su cola apretada. Lo hacen por diversión. A veces se quedan dormidos y bajan en la estación equivocada” cuenta Andrei Poiarkov, doctor del Instituto de Ecología y Evolución de Moscú al diario “The Sun”.


Para Carmen Luz Barrios, todo esto indica que hay algo más allá que simple aprendizaje por repetición. “Está comprobado que los perros tienen una capacidad cognitiva mayor que asociar un estímulo con otro de manera básica. Incluso, la comunidad científica de Cambridge declaró que los animales tienen hasta conciencia, y otros científicos discuten la existencia de sentimientos en los animales, más que simples emociones. El animal procesa de manera distinta los estímulos del entorno, no sólo por repetición, y eso uno lo ve día a día, como estos perros en Moscú”, dice la experta.


Saltan al vagón segundos antes de que cierre la puerta… lo hacen por diversión


Andrei Poiarkov, experto en comportamiento animal

 

Y nosotros aveces cruzamos con rojo , entonces quién es el animal

 

no insulte amigo no sea tontito, yo no lo insulto