Hay pinturas que nos golpean con sus imágenes, obras muy conocidas que no dejan de ser inquietantes Unas mas conocidas que otras. Algunas pinturas están impregnadas de misterio y enigmas místicos y abiertas a miles de interpretaciones. Sin duda son obras que nos cautivan a lo largo de la historia. :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 1. El Guernica de Pablo Picasso 1937, óleo sobre lienzo. Museo Reina Sofía, Madrid Picasso renuncia al color para acentuar el dramatismo y sólo utiliza la gama de grises, el blanco y el negro,es lo que en arte se denomina grisalla. Es un cuadro sonoro, los personajes gritan, gesticulan y mueren bajo las bombas ciegas que con todo acaban.La denuncia de la violencia es aquí intemporal y ha sido siempre utilizada como un canto contra la sinrazón de la destrucción y la muerte en cualquier guerra. Picasso pinta a las cuatro mujeres en actitudes desesperadas, son la población civil indefensa, pero también al militar caído en la defensa y a los animales, ajenos a la locura humana. El expresionismo y el dolor están presentes en toda la obra. Una característica que el autor utiliza con frecuencia es la representación simultánea de varios planos en los rostros, como si los viésemos a la vez de frente y de perfil, de ahí un ojo diferente del otro, produciendo una visión globalizadora. A pesar de haber pasado la época cubista de Picasso, el pintor vuelve a utilizar los recursos cubistas.Técnicamente el Guernica tiene rasgos cubistas (reduce las formas naturales a formas geométricas) pero también emplea el expresionismo en los gestos extremos de los personajes y una gran pureza y definición de líneas que nos recuerda el neoclasicismo. 2. El Jardín de las Delicias de Hieronymus Bosch (El Bosco)1500-1510, óleo sobre madera. Museo del Prado de Madrid El jardín de las delicias es la obra más conocida del pintor holandés. Se trata de un tríptico compuesto por una tabla central y dos laterales (pintadas en sus dos lados) que se pueden cerrar sobre aquella. Obra de gran simbolismo (que todavía no ha sido completamente descifrado), como El carro de heno y el Juicio Final, el Jardín de las delicias se sustrae a cualquier clasificación iconográfica tradicional. Tríptico abierto Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán, y en el panel central se representa la locura desatada: la lujuria. En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. Por último tenemos la tabla de la derecha donde se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado. La estructura de la obra, en sí, también cuenta con un encuadre simbólico: al abrirse, realmente se cierra simbólicamente, porque en su contenido está el principio y el fin humano. El principio en la primera tabla, que representa el Génesis y el Paraíso, y el fin en la tercera, que representa el Infierno. 3. El grito de Edvard Munch1893, óleo sobre cartón. National Gallery, Oslo El grito", la obra maestra de Edvard Munch, se convirtió en un símbolo mundial de la angustia que aparece multiplicado en reproducciones, inscripciones en camisetas, muñecos infantiles y una multitud de objetos, además de causar un debate incesante entre los expertos. ¿Pero exactamente qué está haciendo esa figura surreal en la pintura, agarrándose la cabeza con los brazos y abriendo la boca: grita o acaso oye un alarido? Aunque el público general parece seguro de que grita, los expertos no están de acuerdo. 4. La última cena de Leonardo da Vinci1495 -1497, mural al temple y óleo Santa Maria delle Grazie en Milán Leonardo ha escogido, puede que a sugerencia de los dominicos, el momento quizá más dramático. Representa la escena de la Última Cena de los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret. La afirmación de Jesús «uno de vosotros me traicionará» causa consternación en los doce seguidores de Jesús, y ese es el momento que Leonardo representa, intentando reflejar "los movimientos del alma", las distintas reacciones individualizadas de cada uno de los doce apóstoles: unos se asombran, otros se levantan porque no han oído bien, otros se espantan y, finalmente, Judas retrocede al sentirse aludido. Aunque se basa en las representaciones precedentes de Ghirlandaio y Andrea del Castagno, Leonardo crea una formulación nueva. Como puede verse en el dibujo preparatorio, Leonardo pensó inicialmente en la composición clásica, con Judas delante de la mesa, y los otros once apóstoles en frente, con Jesucristo en el medio como uno más. Leonardo se apartó de esta tradición iconográfica e incluye a Judas entre los demás apóstoles, porque ha elegido otro momento, el posterior a su anuncio de que uno lo traicionará. Leonardo cambió la posición de Jesucristo, que inicialmente estaba de perfil hablando con Juan Evangelista, que parece en pie a su lado, (hay otro apóstol que también estaba de pie), y lo sitúa en el centro, hacia el que convergen todas las líneas de fuga, destacando aún más al perfilarse contra el ventanal del centro, rematado con un arco y separándolo de los apóstoles. A ambos lados de Jesucristo, aislados en forma de triángulo y destacados con colores rojo y azul, están los apóstoles, agrupados de tres en tres. La gran fama de ésta obra ha despertado el interés de muchos investigadores y también de algunos novelistas que buscan resolver los supuestos misterios y enigmas que la rodean, por ejemplo Clive Prince y Lynn Picknett en su libro La revelación templaria y Dan Brown en su novela El código Da Vinci afirman que la figura a la derecha de Jesús (izquierda según se mira), no es en realidad Juan, sino una figura femenina, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La última cena en una de las obras más magníficas en la Historia del Arte. 5. El retrato Arnolfini de Jan van Eyck 1434, óleo sobre madera. London National Gallery, Londres Representa al rico mercader Giovanni Arnolfini y a su esposa Jeanne Cenami, que se establecieron y prosperaron en la ciudad de Brujas (hoy Bélgica), entre 1420 y 1472. Al día de hoy, los historiadores del arte discuten exactamente la imagen que el cuadro presenta; la tesis durante mucho tiempo dominante, introducida por Erwin Panofsky en un ensayo de 1934, sostiene que la imagen corresponde al matrimonio de ambos, celebrado en secreto y atestiguado por el pintor. Sin embargo, muchas otras interpretaciones se han propuesto acerca del cuadro, y el consenso actual es que la teoría de Panofsky es difícilmente sostenible. En todo caso, la pintura desde 1842 en la National Gallery de Londres tras desaparecer misteriosamente en 1813 del Palacio Real de Madrid se considera una de las obras más notables de van Eyck. Es uno de los primeros retratos de tema no hagiográfico que se conservan, y a la vez una informativa escena costumbrista. La pareja aparece de pie, en su alcoba; el esposo bendice a su mujer, que le ofrece su mano derecha, mientras apoya la izquierda en su vientre. La pose de los personajes resulta teatral y ceremoniosa, prácticamente hierática; algunos especialistas ven en estas actitudes flemáticas cierta comicidad, aunque la extendida interpretación que ve en el retrato la representación de una boda atribuye a ello su aire pomposo 6. American Gothic de Grant Wood1930, óleo sobre aglomerado de madera. Instituto de Arte de Chicago, El cuadro ilustra a un granjero sujetando una horca (tridente) y a una joven mujer, enfrente de una casa de estilo gótico rural. Es una de las imágenes más conocidas del arte estadounidense del siglo XX y se ha convertido en un icono en la cultura popular siendo una de las imágenes del mundo moderno más reconocidas y parodiadas. Wood quería representar los roles tradicionales del hombre y la mujer, ya que el hombre sujeta un rastrillo simbolizando el trabajo duro. Wood tomó cómo modelos para el cuadro a su hermana Nan (1900-1990) y a su dentista el Dr. Byron McKeeby (1867-1950) de Cedar Rapids (Iowa). 7. Los amantes de René Magritte1928, óleo sobre lienzo. Bruselas. Colección particular Este conocido cuadro del pintor belga René Magritte (1898-1967) es una de sus obras más conocidas, y como buena parte de sus cuadros, enigmática e inquietante. Hay dos versiones de los amantes. En ambas los personajes aparecen con los rostros cubiertos con paños húmedos que nos impide adivinar quién está bajo las telas. En la otra versión los amantes aparecen uno junto a otro, pero en este caso sin besarse y en un paisaje natural. En este caso el fondo del cuadro es un fondo tenebroso, podría tratarse de un cielo tormentoso que vemos a través de una construcción abierta al exterior. Los personajes, que por las vestimentas parecen ser un hombre y una mujer, están enlazados y dándose un beso, aunque un paño blanco y húmedo les impide hacerlo con naturalidad. Un paño que se ha interpretado con el recuerdo del suicidio de su madre. Cuando la sacaron del río el propio artista la vio con una camisa mojada cubriéndole el rostro. La interpretación del cuadro es confusa. Por más que se relacione con la muerte de su madre, nada en este cuadro la recuerda ni parece relacionarse con este hecho, salvo el paño húmedo. Un beso de amor es el sabor de la persona besada, el olor y la calidez de los rostros rozándose mutuamente, o simplemente el contacto de las lenguas y los labios. El trapo húmedo actúa como barrera impidiendo que el beso en sí sea un beso de amor, eliminando esas sensaciones en los amantes. Algunos autores han querido interpretarlo como un beso furtivo de dos amantes cuya relación es prohibida a ojos ajenos a la misma, buscando el anonimato. También se ha interpretado el paño como una limitación de sus sentidos, privándoles del olor y la calidez del otro en el acto de besarse. La grandeza de Magritte reside en que con unos cuantos colores audaces y brochazos fuertes, y una composición relativamente simple consigue ilustrar una escena compleja, huyendo de artificios y simbologías complicadas y rebuscadas. 8. Las dos Fridas de Frida Kahlo 1939. Museo Frida Kahlo de Coyoacán, México Poco después de su divorcio de Diego Rivera, Frida completo este autorretrato de dos personalidades diferentes. Frida admitió que refleja las emociones que rodearon su crisis matrimonial. A la derecha representa la Frida respetada esposa y mexicana, vestida de tehuana en su mano sostiene un amuleto. A la izquierda una Frida bastante más europea con un vestido estilo victoriano, los corazones de ambas están a la vista, modo en que Frida nos refleja su dolor 9. Las tres edades de la mujer de Gustav Klimt 1905, óleo sobre lienzo. Galería Nacional de Arte Moderno de Roma Las tres edades de la mujer se exhibió por primera vez en la Exposición de Arte de 1908 junto a El Beso, mostrando ambas telas una composición similar ya que las zonas laterales están sin cubrir y el fondo está constituido por manchas cromáticas. En el centro de la escena podemos observar las tres edades de la mujer ante un campo de flores amarillas en el que observamos imperfectas elipses doradas y negras, recordando este fondo a los mosaicos bizantinos de Ravena que tanto atrajeron al maestro. De frente y en primer plano aparece la madre, con su hija en brazos, apoyando su cabeza sobre la de su retoño. Tiene los ojos cerrados y gesto de ensoñación, al igual que la pequeña, cuyo sexo no podemos contemplar al estar su figura apretada contra la madre. Una anciana desnuda, de lado, con el rostro cubierto por el largo cabello, llevándose la mano izquierda hacia la cara, es la representación de la vejez. De esta manera podemos apreciar la representación del nacimiento, la madurez y la decadencia, igual que se muestra en la Filosofía. De nuevo, Klimt evoca el importante papel de la mujer en la vida, aludiendo a su lado femenino, lo que algunos especialistas interpretan como la rebelión de Edipo. El maestro vienés se ha inspirado en una obra de Rodin para la figura de la anciana, manifestando la admiración hacia el escultor francés. Una vez más, encontramos el característico gusto por las líneas onduladas, el soberbio dibujo y el decorativismo que definen la pintura de Klimt, en sintonía con los trabajos del art-nouveau y de la Secession, precisamente el año que se produce una escisión dentro del grupo ante la presión de los "naturalistas", opuestos a la filosofía de arte global que defendían los promotores de los Talleres de Viena, entre ellos el propio Klimt. Las tonalidades brillantes empleadas contrastan con el fondo neutro, apreciándose la renuncia a la perspectiva tradicional que se manifiesta en el maestro vienés. 10. Las manos lo resisten de Bill Stoneham 1972 La pintura fue creada por el pintor norteamericano Hill Stoneham, en 1972. Representa un joven junto a una muñeca, de pie, delante de una puerta con paneles de cristal contra el que muchas manos se presionan. Según el artista, el niño se basa en una fotografía de sí mismo de 5 años, y se interpreta como que la puerta es una representación de la línea divisoria entre el mundo de vigilia y el mundo de los sueños y posibilidades, y la muñeca es una guía que acompañe al niño a través de ello. Las manos representan a las diferentes posibilidades de vida del niño. Esta inquietante -y para algunos, horrible-, pintura, se convirtió en objeto de una leyenda urbana en febrero de 2000, cuando se puso en subasta venta en eBay, y se hizo público su complejo y aterrador bagaje. 11. Erosión de Jacek Jerka 2000 el pintor polaco conocido mundialmente por sus increíbles pinturas que combinan la realidad y la creación de otra realidad paralela, su trabajo es detallado y muy conmovedor. 12. Apoteosis de la guerra de Vasily Vereshchagin 1871, óleo sobre lienzo. Galería Estatal Tretyakov, Moscú Retrata un paisaje desértico en cuyo centro se levanta un enorme montón de cráneos humanos al que sobrevuelan numerosos cuervos. Este óleo se ha convertido en símbolo del pacifismo ruso 13. El festín de Baltasar de Rembrandt 1635. National Gallery de Londres. La obra recoge un episodio de la historia de Baltasar, rey de Babilonia. Durante el sitio de la ciudad por el general persa Ciro, Baltasar reunió a todos sus nobles y sirvió el vino en la vajilla procedente del saqueo de Jerusalén. Durante el banquete apareció una mano misteriosa que escribió un texto indescifrable en la pared, referente a la división de su reino. Esa noche murió Baltasar. De nuevo resulta sorprendente cómo Rembrandt ha captado las expresiones de las figuras, en este caso de sorpresa y temor ante la inscripción misteriosa, sobre todo Baltasar, que se retrae al contemplar la aparición. La luz clara es la otra gran protagonista, creando fuertes contrastes de luz y sombra característicos del tenebrismo. La pincelada del pintor se ha hecho un poco más suelta, como se puede apreciar en la capa del rey, aunque, a pesar de dicha soltura, aún se distinguen claramente los detalles, como el bodegón de frutas sobre la mesa, las joyas de las mujeres o el turbante. El colorido es oscuro, aunque tiene notas claras, como el precioso vestido rojo de la mujer de la derecha, la capa del rey o el turbante blanco. Sin duda es una obra maestra. 14. El puente de Waterloo de Claude Monet 1899, óleo sobre lienzo. Museo del Hermitage, San Petersburgo Al ver la pintura de cerca choca que casi no distinguimos nada quizá un circulo central, según vas tomando distancia va apareciendo el contorno del puente, incluso se vislumbra las barcas en una cadena lógica que une todo el trabajo. 15. Hombre y mujer ante un montón de excrementos de Joan Miró 1935 Óleo sobre cobre. Fundación Joan Miró, Barcelona Esta obra constituye uno de los ejemplos más significativos de las llamadas "pinturas salvajes". La angustia que el artista siente y materializa es un presagio de la tragedia de la guerra civil española. La orientación y las gesticulaciones que acompañan a los cuerpos dislocados parecen insinuar un abrazo imposible. La expresividad del color, opuesto a la negrura de un cielo apocalíptico, el claroscuro que acentúa la inconsistencia de los miembros, el paisaje desértico y el excremento que preside la escena, dan forma al sentimiento profundamente pesimista de Miró. 16. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? de Paul Gauguin 897-1898, óleo sobre lienzo. Museo de Bellas Artes de Boston El mismo Gauguin afirmó que tras pintar el ¿De donde venimos? ¿Quienes somos? ¿A dónde vamos? había intentado suicidarse. Sea esto cierto o no, lo cierto es que meses antes de pintar su obra maestra, las cosas se torcieron de tal manera que todo hacía presagiar un trágico final que sin embargo tardaría un lustro en llegar. En primer lugar, su situación económica se vuelve prácticamente insostenible lo cual no le impediría, sin embargo, rechazar una asignación del Ministerio francés por considerarlo una limosna-, y por otra parte la sífilis y el alcoholismo convierten su estado físico en una tortura. No obstante, el más duro golpe le llegó literalmente por correo: en la primavera de 1897, una carta le informaba de la muerte, con apenas 21 años, de su hija Aline. Esta muerte supuso no sólo la ruptura del artista con su esposa, a la que acusó irracionalmente de la pérdida de su hija, sino con la Fe que aún podía conservar. En una devastadora carta fechada ese mismo año, Gauguin afirma: Mi hija ha muerto. Ya no quiero a Dios. En este estado mental Gauguin emprende la titánica tarea de pintar su testamento artístico, la obra que reúne en si misma todas las demás obras del artista: ¿Quienes somos? ¿De donde venimos? ¿A dónde vamos? no es simplemente la obra más colosal que Gauguin pintó vida (139- 375 cm.) sino que desarrolla por completo la doctrina filosófica y pictórica del artista. Con un formato llamativamente horizontal, el lienzo sigue una evolución cronológica inversa, comenzando en su extremo izquierdo con la desoladora figura de una momia que, en posición fetal, tapa sus oídos como intentando mantenerse ajena a toda la escena; mientras que en el extremo izquierdo, un bebé, símbolo de la inocencia y la vida, es cuidado por tres jóvenes tahitianas. En el centro, la figura del hombre que coge un fruto simboliza la tentación y caída del hombre. Estructurando el cuadro en un sentido cronológico inverso, Gauguin parece señalar lo primitivo, lo inocente, como único camino a seguir por el artista NOTA: Para que se pueda ver en horizontal en la página he tenido que hacer esta composición con la imagen. 17. Nº. 5, 1948 de Jackson Pollock 1948, tablero de fibra Una y otra vez, los estilos artísticos innovadores se convierten en la nueva corriente dominante. Jackson Pollock es considerado como uno de los principales contribuyentes del arte del expresionismo abstracto La pintura fue creada en un tablero de fibras de ocho por cuatro metros. El estilo que Jackson Pollock utiliza para esta obra de arte fue el uso de pinturas líquidas. Decidió alejarse del estilo tradicional de usar pinturas sobre lienzo. No. 5 se puede ver con enormes cantidades de pintura amarilla y marrón rociados en él. Pollock se inspiró para crear esta pintura de sus propias emociones. Él se desvió de la utilización tradicional de las pinturas líquidas. El diseño de la pintura aparece un-nido como e inspirado diferentes emociones en los que ven la pintura. Fue esta complejidad y dedicación que trajo esta obra de arte a la parte superior de la escena artística. El uso de la pintura de la acción o el goteo espontáneo, manchas, y arrojando de pintura líquida fue el principal estilo que Pollock utiliza para No. 5 . Pollock también quería traer una nueva perspectiva en la pintura. Quería transmitir a través No. 5 la culminación de la emoción del artista en su propia técnica de pintura poco convencional. 18. Familia de Egon Schiele 1918, óleo sobre lienzo. Galería "Belvedere", Viena Schiele pintó este cuadro (que dejó inconcluso) el mismo año de su muerte. La figura masculina es sin lugar a dudas el propio artista pero la femenina no es su esposa Edith. El niño fue añadido más tarde, cuando el pintor supo del embarazo de su mujer. El cuadro es conmovedor y parece plasmar una visión de futuro, colmado de esperanza. La obra aparece consignada en el catálogo de la Secesión de 1818 con el título Pareja humana en cuclillas. Una vez fallecido el pintor se le puso el nombre de La familia. En este cuadro, premonitorio, todo es irreal pues proyecta una existencia futura que no existió nada más que en la mente del pintor. La armonía emocional ansiada por el artista parecía vislumbrarse y consolidarse. Atrás quedaba la vida bohemia, los escándalos y los años difíciles con Wally. Era ya un autor de éxito. Klimt había muerto ese mismo año y Schiele se erigió como el gran artista austriaco del momento. Su participación en la I Guerra Mundial había sido burocrática y no lo habían enviado al frente. Edith estaba embarazada, se trataba del primer hijo del pintor y Egon quiso pintar la familia que le haría feliz y que, por desgracia, nunca llegaría a ser. Es de un realismo bastante inusual en el pintor. Presenta un desnudo; el hombre, en el que es fácil reconocer al propio autor, se encuentra sentado sobre un sofá, delante de él, sentada en el suelo, aparece la figura de una mujer con un niño pequeño entre sus piernas envuelto en una manta. Destacan los cuerpos iluminados de los personajes adultos y la cara del niño sobre el color oscuro del fondo, los tonos cromáticos sirven en esta pintura para resaltar los volúmenes corporales, no son líneas gruesas rellenas de color, como sus anteriores pinturas. Es en realidad una obra pictórica que muestra un lenguaje menos agresivo que el utilizado anteriormente por Schiele. No obstante, la pintura denota una melancolía, no hay pasión; las miradas del hombre y de la mujer están perdidas en sus pensamientos, son miradas divergentes. Los personajes permanecen juntos pero aislados. Es como si Schiele presintiera que la suerte le iba a ser negada. 19. Demonio sentado en un jardín de Mikhail Vrubel 890, óleo sobre lienzo. Galería Tretyakov, Moscú Se presenta como un diablo soñador y sensible; contemplando un atardecer entre flores. Imagen muy alejada de la que tenemos del diablo, el artista hablo sobre su cuadro más famoso "El Demonio - el espíritu no es tanto el mal como el sufrimiento y la tristeza-" 20. El paseo de Marc Chagall 1917, óleo sobre lienzo. Galería Estatal Tretyakov En el cuadro están retratados el pintor y su esposa Bella Rosenfeld, por la que sentía gran amor y adoración. Es un paseo romántico de los dos enamorados en el verdor de la campiña de los alrededores de Vitebsk , ciudad en la que nació Chagall. Bella aparece volando y Chagall está elegantemente vestido con un traje negro. En su mano derecha sujeta un pajarito. No podemos olvidar la naturaleza muerta que aparece en la parte inferior izquierda y en la que destaca el rojo brillante de la tela sobre la que se encuentra el bodegón. Es un cuadro donde la realidad convive con la fantasía. saludos portalianos espero que les guste el tema saludos a todos
todas realmente interesantisimas, al contrario de la n5 de jackson pollock, personalmente no me gusta su estilo
buenisimo!, todas tremendas sin duda el guernica de picasso es una tremenda obra y al observarla bien puedes notar lo que quería decir