FYI Nutricionistas e investigadores han determinado que el sabor del semen depende en mayor medida de la dieta que sigamos, es decir, todo lo que comemos también se refleja en el sabor que tienen esos fluidos. Un buen sexo oral depende indiscutiblemente de la forma en que se lleven a cabo las caricias entre la pareja, lo que permite una mayor estimulación y erotismo. En este momento es donde interviene el factor de los sentidos restantes, ya que para muchas personas el aspecto, olor y por supuesto, el sabor, pueden provocar reacciones desagradables. Para la mayoría de las mujeres el sabor del semen es desagradable, caso contrario al de los hombres que en menor grado no oponen resistencia al sabor de los fluidos vaginales. La boca es uno de los sentidos más sensibles con una capacidad de gustativa impresionante, lo que le permite reconocer cientos de sabores. El semen fresco no ofrece ningún problema de tipo gustativo, caso contrario cuando tiene más de 10 minutos en el ambiente y empieza a cambiar de sabor hasta descomponerse. Sin embargo, es necesario enfatizar que la mayoría de los rechazos al sabor del semen son más del tipo psicológico que gustativo. Ahora bien, nuestro cuerpo presenta una serie de olores y sabores que resultan atractivos para el sexo opuesto, lo cual se refleja la aceptación del acercamiento corporal previo a todo acto sexual. Los amantes de los dulces, frutas y alcoholes fermentados tienen buenas noticias, porque sus ingredientes altos en azúcares una vez asimilados en el organismo, generan reacciones químicas que se traducen en un sabor de semen bastante aceptable, incluso en muchos estudios se comprobó que es el sabor mejor aceptado por las mujeres. El sabor esta determinado por la alimentación: Amargo: consumo de tabaco, o alcohol. Agrio: carnes rojas, espárragos, repollo, brécol, espinacas y complejos vitamínicos. Suave, casi sin sabor: verduras frescas, ensaladas verdes y apio. Dulce: arroz, patatas, hidratos, pasteles, helados y bebidas azucaradas.