[INFO] Manchester City: 423 millones para llegar hasta aquí.

Ya ha logrado golpear con solidez en la Premier, superando la tradición y recuperando prestigio a costa de millones invertidos que empiezan a generar ilusión. Ahora, en Europa.

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Manchester emergía como epicentro industrial del país y muchos eran los niños que quedaban en la calle. Obligados a mendigar o a robar para mantenerse con vida mientras sus padres se rasgaban la piel durante horas en las cientos de fábricas que rodeaban la ciudad, representaban el aspecto más turbio de aquella progresión. Con la excusa de aglutinar a los chicos más desfavorecidos del conflictivo y obrero barrio de Gorton, la esposa del párroco del barrio quiso ofrecer una salida algo más digna y pacífica a todos aquellos chicos y lo logró lanzando una pelota al suelo. Así, en 1880 nació una obra social improvisada que pasó a llamarse Manchester City (tras varios nombres), el equipo obrero, el club de los menos agraciados y aquél que reunía a niños de la calle con un balón desinflado como máxima ilusión en su grisáceo mundo de sueños imposibles. Más de 120 años después y tras 40 de absoluta sequía de títulos, el ‘vecino’ débil de Manchester se ha quitado de encima sus lamentos, esa cara sucia que pocas veces limpió con éxito y la eterna lacra en forma de sombra ‘diabla’ que lo acompañó (y acompaña) ancestralmente durante su historia.

El barrio obrero ha pasado a convertirse en el espacio donde empresarios internacionales y directivos de alta reputación han depositado sus esperanzas futbolísticas o, al menos, en el lugar elegido para llevar a cabo sus inversiones. Un juego de millones para quienes se aburren en estos días de recesión y un bálsamo esperanzador para aquellos que durante años han vivido las penurias citizen con la sola compañía del pico y la pala. Dos acompañantes que terminaron por encontrar petróleo a miles de kilómetros. La riqueza estaba en Abu Dhabi, de nada servía picar en Gorton. Y es que el petróleo de su magnate, el ya afamadoMansour bin Zayed Al Nahyanes (anque el presidente oficial es Jaldun Bin Mubarak), ha revolucionado la Premier tan solo unos años después de su aterrizaje. El primer intento fue negativo porque el equipo del entonces técnico, Mark Hughes, apenas mostró un cambio de versión y su plantilla, rodeada diariamente de rumores que lo vinculaban a grandes operaciones, ni tan siquiera logró meterse en puestos de Europa League.




Sin embargo, el verano posterior sí se pudo reflejar pues fue cuando realmente pudo asaltar la banca y empezar a renovar una plantilla absolutamente novedosa. Robinho fue el primero de una larga lista de estrellas que rápidamente sumó a Adebayor, Tévez, Touré, Barry o Santa Cruz. El cánon de todas estas operaciones respondía al de perfil de jugador accesible con euros en la manga ya que ninguno de ellos (salvo Barry) era imprescindible en su equipo y todos tenían detractores que posibilitaron su cambio de aires. Un golpe al ‘vecino’ con Tévez rebelde y vengativo tras su salida del United, un mensaje a los ‘gigantes’ que no lograron firmar a Adebayor, un central experto como Touré que se marchó del Arsenal rajando contra todos y el mediocentro estrella del fútbol inglés, un Barry prácticamente ‘robado’ al Liverpool y un defensor con mucho caché inglés como Lescott.

Aquellos fueron unos primeros movimientos estelares que, pese a todo, sirvieron para crear una base de grandes jugadores pero ni mucho menos al nivel de los que estaban por llegar. Porque ya con Roberto Mancini en el banquillo y con la experiencia de una campaña más en el haber de este millonario proyecto, llegaron los verdaderos cracks mundiales al ahora nombrado Etihad Stadium. La clasificación Champions y, desde luego, las altas perspectivas financieras, multiplicaron los aterrizajes de futbolistas de primer orden que hoy han logrado desbancar el dominio inglés a su antojo. Dzeko y sus más de 40 millones, Agüero y una operación estelar, Silva y la diferencia téctica, Balotelli para dar empaque caracterial y hasta Nasri para acabar de conjuntar una medular con enorme clarividencia.

Más allá de sus fichajes, en un obligatorio movimiento de piezas estrictamente ejecutado, ha sabido deshacerse de quienes no contaban con minutos ni tenían hueco en un equipo de aspiraciones renovadas. Danny Mills, Darius Vassell, Dietmar Hamann, Michael Ball, Valeri Bojinov, Gelson Fernández, Felipe Caicedo, Ched Evans, Jo Alves, Glauber Berti, Martin, Joe Hart, Daniel Stturidge, Logan y Elano, un total de 16 jugadores, salieron en sus primeros días de vida 'petrodólar'. Todo aquello generó el mayor proceso de ‘limpia’ de vestuario que se conoce en los últimos años.




Con 149 millones invertidos en sus refuerzos del primer verano 'árabe', había quien apostaba por el City incluso para campeón y aunque su once (Given, Richards, Touré, Kompany, Bridge, Barry, De Jong, Ireland, Robinho, Tévez y Adebayor) ilusionaba a los que anhelaban una Premier con alternativas al top-four, el primer paso debía ser la calma para progresar sin excesiva presión. Tan sólo un par de veranos más tarde, la inversión en fichajes se ha disparado. En 2010-2011, se alcanzaron cifras abismales para seguir dando mayor fuerza colectiva al vestuario, llegando hasta los 182 millones de euros, algo menos fue este verano al alcanzar los nada despreciables 92 millones. En total, tres veranos para una inversión global de 423 millones de euros. Cifra jamás alcanzada por cualquier otro club en tan mínimo margen y, desde luego, cifras que campeonatos enteros, no han logrado hastar en toda su historia.

Hoy, al igual que el dinero lo exige, la realidad también. Los petrodólares han logrado por primera vez imponerse a la tradición del United, a la dominador de la Premier y en su estadio. Un cambio, un giro, que ahora sí, les obliga a mostrarse poderosos en Europa, un pasoa ún mayor. El barrio de Gorton se relame ante el que puede ser su año y en las calles los obreros ya no visten de blanco, sino de celeste, el color del petróleo, la ilusión citizen.


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