Mientras Dormías la Caña II

“Me parece que así no vas a lograr nada…, vas a tener que ponerle más talento al asunto”

Primer relato: http://www.portalnet.cl/comunidad/r...1019769-mientras-dormias-la-cana-i-parte.html

Como les comenté anteriormente, el carrete organizado por mi “gran” amigo Miguel, en el cual quedaríamos su polola y una prima de esta, funó al no llegar la susodicha pariente. Mi compadre estaba con el alcohol en las nubes y yo acababa de bajar de mi pieza para hacerme un roncola cuando cacho a la Chica (la polola de Miguel) intentado hacer reaccionar “manualmente” al pequeño Mike.

“Me parece que así no vas a lograr nada…, vas a tener que ponerle más talento al asunto”

La chica me miró con cara de susto, sudando de tanto darle estímulo a aquel pequeño y miserable miembro que no agarraba nunca consistencia, mientras mi cumpa babeaba en un almohadón, sin poder siquiera gestionar una palabra o murmullo.

Al intentar taparse la goma que estaba en el muslo del Miguel el susto pasó a vergüenza, lo que la hacía errar al subirse el tirante e intentar acomodar los pantalones de su afectado pololo.

“Hey, tranquila –le dije y me acerqué-, sigue no más en lo que estás, yo solo vengo por un trago”, mientras me daba cuenta que estaba empalmado por la situación.

Se quedó quieta, mirando el piso, rojo su rostro, abrazándose lo senos, ya que el colgante del vestido parecía oponerse a volver a su lugar.

Me dirigí a la mesa de centro donde estaba el copete, a menos de un metro de la chica, y le disparé:

“A puro frote no vas a poder levantarlo, además de los rones que nos tomamos se fumo un caño casi entero, así que debe estar como en el tercer sueño”, me eché tres hielos, medio vaso de ron y un tinte de Coca Cola para darle algo de dulce al trago.

Saqué un cigarro, lo encendí y me senté en el sillón frente a ellos, mientras la chica seguía de pié. Cambié la tele y deje el Play mientras agarraba uno de los controles.

¿Por qué no aplicas “más humectante”?

Recién ahí levantó la mirada y cachó que mi intención no era moverme de donde estaba.

“¿A qué te refieres?”

Se notaba que estaba caliente. Yo cachaba hace años a mi partner por lo que sabía que no era la primera vez que la dejaba con las ganas, incluso se cagaba de la risa cuando me contaba que se había quedado dormido mientras se la chupaba, o cuando estaban de lo mejor y el copete hacía estrago, se le apagaba la tele en el medio del mete-saca y al otro día tenía que aguantar la mala onda de la Chica.

La pequeña estaba caliente y yo estaba ahí, a menos de dos metros de un hueón con la penca al aire y una mina a la que se le caía el vestido casi solo.

“Mira –le dije sin quitar los ojos de la pantalla-, tu quieres tu ración de Miguel, yo estoy aburrido como hostia y creo que de ésta podemos salir ganado los dos, sin que el Miguel se vea engañado, lo que no me permitiría porque es mi mejor amigo, no por falta de ganas de darte, que eso quede claro”

Ahí recién la miré y me di cuenta que la frase le había gustado, ya que se le dibujó una pequeña sonrisa en las comisuras de los labios.

“¿Te tinca que juguemos los tres?”

El silencio solo era atravesado por la música de fondo del Uncharted que estaba en pausa en la pantalla del televisor. Ella miró a Miguel, me miró a mí, se mordió un poco el labio.

“¿Me prometes que no será nada que le hago daño al Miguel?”

Ahora fui yo quien esgrimió una pequeña sonrisa. Se veía un buen momento “sano” entre amigos.

“Digamos que entre jugar Play y mirar porno, prefiero ver porno… y entre ver porno Online a ver en directo…, uhm…, creo que no hay donde perderse”, le dije mirándola fijo a la cara.

La chica entrecerró los ojos, haciendo notar que mi propuesta no era muy explícita que digamos.

“Mira…, tú te encargas de levantar el muerto y yo por mientras me entretengo mirando. No es necesario decirle al Miguel que la pasamos bien sin él, total, no estaríamos haciendo nada grave… ¿te parece?”

Primero me miró severa, se notaba que la propuesta no era de su agrado. Pero sin decir nada se volvió a arrodillar, dejando nuevamente libre ese seno anarquista que solo pedía libertad y volvió a tomar con su mano el miembro flácido de mi amigo.

Comenzó un sube y baja lento, rozando con su pequeño pezón el muslo de Miguel, tirando para atrás la piel, descubriendo en parte la cabeza de ese soldado que, al parecer, no tenía ganas de guerrear esa tarde.

Yo aproveché para encender otro cigarro y apagar la tele y el Play, acomodando un poco más cerca el sillón para no perderme detalles, mientras el vestidito verde de la chica había dejado libre el otro pecho, danzando ambos la vaivén de la mano que agitaba al muertito.

Ni corto ni perezoso me desabroché rápidamente el pantalón y saqué de su encierro mi verga que ya estaba aprisionada a full dentro de los pantalones y comencé a jalármela al ritmo que la chica le imprimía a Mike junior.

La chica dio vuelta la cara y me cachó a un brazo de distancia cascándomela y me miró a los ojos con cara de “que mierda”, pero no alcanzó a hilvanar la frase, mostrándome una sonrisa más amplia que antes.

“¿Te gusta la película?”, me dijo, sosteniendo mi mirada, mientras aprovechaba para ensalivar su mano, pasándole la lengua de forma natural y volver a dirigirla al pene de Miguel.

“Si, pero estoy seguro que puedes hacerlo mejor…, ¿te animas a seguirme el juego?”

Ya totalmente desinhibida y viendo que finalmente era solo un juego…, de adultos claro está, pero un juego solamente, asintió con su cabeza.

“Bueno –le dije- mójate un dedito y se lo pasas por toda la cabeza y luego lo vuelves a llevar a tu boca”

Sin decir nada acercó su dedo índice a la boca y lo ensalivó con la punta de la lengua, para luego posarlo en la cabeza de aquel pene y comenzar a realizar surcos circulares alrededor de la uretra. Sus uña algo más largas que lo normal, dejaban un rastro blanquinoso en la piel de Miguel, cuyo miembro comenzó a asumir algún grado de dureza.

En ese momento la chica me miró con cara de asombro y me dice entre risas: “Hey, tenías razón…, puede ser que realmente estemos los tres pasándola bien” y me guiñó un ojo, mientras volvía a acercar su índice a los labios, saboreándolo con notoriedad y mirándome fijo a los ojos, lo cual me produjo una calentura impagable.

Yo aproveche también de mojarme el pulgar y pasarlo por sobre la cabeza de mi miembro, lubricándolo para poder cascármelo tranquilo.

Al parecer esto le gustó a la chica, quien también se metió el pulgar a la boca y no escatimó en saliva para luego posarlo en la cabeza del pequeño Mike.

En un momento dado, como nuestras miradas estaban fijas, daba la impresión que el pene que estaba masturbando mi amiga era el mío y yo al llevar el mismo ritmo que imprimía ella en el de Miguel me producía una sensación entre calentura y culpa, que parece también sintió ella quien cortó el lazo visual de golpe, algo compungida y se quedó con la vista fija en su propia presa, la que en un momento empezó nuevamente a desinflarse.

En ese momento me volvió a mirar, esta vez con cara de qué hago y yo volví a tomar el control de la situación.

“¿Sabes qué zona es altamente sensible en los hombres?”. Su silencio me hizo pensar que, o no lo sabía, o necesitaba que alguien le diera la orden.

“El ano”, le dije, mientras le sonreía con descaro. “Podrías estimularlo con tu dedo pulgar, haciendo círculos en la entrada, mientras se la sigues meneando”

Al parecer la chica ya tenía experiencia en esto, mojó el pulgar de su mano derecha y lo acercó al ano de Miguel, mientras que su zurda comenzó un viaje a sus calzones, donde yo no tenía visión alguna. Volvió a sacar su mano y le restregó sus fluidos en el pene de Miguel, para luego acercar la boca y metérselo completo, dado que la herramienta no tenía ni la dureza ni el largo de un pene normal erecto.

Con el rabillo del ojo me miro y sonrió, ya que mi rostro tuvo que ser un poema a la imbecilidad, con la jeta abierta, el pene en la mano y los pantalones en los tobillos, casi babeando.

“¿Y ahora no lo vamos a hacer al mismo tiempo?”.

En un principio no entendí a que se refería, ya que su actitud anterior me dejó pasmado, pero cuando me apunto con la boca al ano de Miguel entendía…, ella quería que me auto-estimulara el ano mientras me seguía masturbando

En otra ocasión, en frío, me hubiese negado a la primera, pero ya que estábamos en el juego y yo había empezado con el webeo, solo atiné a mojarme el pulgar, pones una pierna sobre el brazo del sillón y comenzar a pasar este ensalivado dedo por mi ano, lo que hizo que mi pareja virtual volviera a tomarme atención, mientras seguía metiéndose los dedos bajo el calzón, mojaba con su boca su pulgar y lo paseaba por el culo de miguel y lengüeteaba su verga como si fuera un helado.

En el salón solo se escuchaban las respiraciones, el paf-paf mío desde el sillón y de vez en cuando un uhm de la chica al frente mío.

Sin decir nada me miró a los ojos, esbozo una sonrisa diabólica (no tengo otra forma de expresarla) y metió medio índice en el culo de miguel, lo que hizo que su pene tomara algo más de forma, con un respingo corto pero efectivo.

“A tu amigo le gusta de repente su dedito para agarrar dureza. ¿Y tú qué esperas?”

Eso era mucho, el juego se me estaba escapando de las manos. Que se creía esta weona, que yo me auto tiraría, que me cogería el culo para seguir con este morboso espectáculo…, bueno, me la ganó la calentura, así que me metí medio dedo también en el culo, el cual al principio fue molesto pero al llevar yo el ritmo, fue dando paso a una estimulación bastante buena para sr sincero.

La chica estaba a sus anchas, dejó de masturbar a Miguel y solo le dejó su dedo en el culo, mientras se acomodó para quedar frente a mí. Corrió su calzoncito para un costado y ahí recién pude apreciar una vulva depiladita, con unos labios jugosos donde procedió a meterse dos dedos, los que posteriormente se llevó a la boca y volvió a bajar esta vez a su clítoris, para iniciar unos movimientos rápidos en ocasiones y lentos en otras, que la hacían mover su pelvis como una serpiente. Esto me tenía más caliente que la chucha.

Tres tiritones le bastaron para acabar y hacerme acabar a mí también con la cara de vicio que puso, mojando todo mi vientre con el semen que brotaba de mi pequeño guerrero y que dejó una pequeña posa en mi ombligo.

No sé si fueron segundos o minutos que nos quedamos en silencio, ella con los ojos cerrados y yo mirándola a menos de un metro, logrando ver pequeñas gotas de transpiración bajando por su cuello y vientre. En eso ella se levanta y esgrime una sonrisa de oreja a oreja: “jugamos tres y gozamos dos, más del 50% sale satisfecho”, se acomodó el vestido y camino al baño de visitas.

Yo miré a Miguel, aun con el pantalón abajo y el pene inerte. Apagué la tele y el Play, me serví otro ron cargadito y me robe tres lucky`s light para volver a subir a mi pieza..., total, el todavía seguía durmiendo la caña

 

Sorry pequeña, acá el link de la primera parte http://www.portalnet.cl/comunidad/r...1019769-mientras-dormias-la-cana-i-parte.html

 

No he tenido tiempo de escribir, sorry, pero se viene la tercera y cierre