Nuestras 40 Mentiras

A los hombres se nos acusa de mentir en promedio cuatro veces por día, pero se han preguntado ¿de qué forma mentimos?

De todos modos, la idea no es ser una especie de mago enmascarado que anda revelando por todos lados nuestras más reconocidas técnicas del ardid, pero como algunas rayan en lo genial acá entregamos un listado de las más increíbles mentiras de la llamada “Guerra de los Sexos”.


Para que no digan nunca que nadie se los dijo:

1. Soy completamente soltero.
2. No estoy casado ni tengo novia.
3. No ando buscando una relación.
4. El sexo no es tan importante.
5. Acaso crees que te busco sólo por sexo.
6. No te preocupes, yo te llamo.
7. No, si no la estaba mirando a ella.
8. Estaba pensando en algo que me contaron.
9. Estás igualita a cuando nos conocimos.
10. Me quedé sin batería en el celular.
11. Eres la primera mujer con la que hago esto.
12. Nunca he sido infiel.
13. ¿Ella? No, es una compañera de trabajo, nada más.
14. Me tomé un solo vaso y me vine.
15. Andaba sólo con un par de amigos del trabajo.
16. Llego temprano, no te preocupes
17. Tuve un problema con el auto y no tenía como avisarte
18. Llámame después que estoy en una reunión
19. Tu mamá me cae tan bien, es súper amorosa.
20. No, si en mi familia te adoran.
21. En mi casa me preguntan siempre por ti
22. Te ves genial, justo para salir inmediatamente
23. Te juro que no sé que me pasó
24. Si lo dije curado no vale
25. A ninguna le he mostrado esto.
26. He tenido pocas mujeres en mi vida.
27. Tranquila, que no te haré daño
28. Un rato y paramos, ¿ya?
29. No haré nada que no quieras.
30. Nunca más me meto con ella.
31. Te lo juro por mi madre que nunca más
32. Se me perdió tu teléfono.
33. Justo me estaba acordando de ti.
34. Sólo somos amigos.
35. Me gustaste desde que nos conocimos
36. Sí, salí con ella, pero no pasó nada.
37. Nunca he ido a ese lugar, te lo juro.
38. Te estuve llamando, pero sonaba ocupado.
39. A ella la veo sólo como una amiga.
40. Jamás te olvidaré.

Razones hay muchas y de las más variadas: como para impresionar al sexo opuesto o, en su defecto, para no herir sus sentimientos. Por inseguridad, miedo e infidelidad. Hasta por obtener sexo tendemos a usar las mentiras piadosas. Está comprobado.



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