El sendero de los Trolls

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Cuenta la leyenda, que en un lugar recóndito de las montañas noruegas habitan unos seres mitológicos de lo más variado... Las hadas, los duendes, los gnomos, los trolls, forman parte del paisaje de Trollstigveien, que en español significa "El sendero de los Trolls".

En dicho paraje siguen relatando los lugareños... como los trolls, seres horribles por su fealdad y con poderes mágicos, aún hacen de las suyas.

Pareja de Trolls tramando alguna faena

Normalmente estos seres maliciosos se alimentan de la carne de otros seres del bosque más minúsculos, pero entre sus fechorías está la de hacer daño a las hadas, cazar gnomos y secuestrar a alguna bella señorita humana que se despiste y entre en su territorio.

Los trolls tienen algunos poderes básicos y limitados para su especie, entre ellos, tienen la facultad de transformarse en otros seres, para poder disimular y camuflarse entre los de esa especie.

Entre ese estilo de camuflaje está el de convertirse en humanos, se transforman en un bello y apuesto joven o en una bella y apuesta dama, según la ocasión lo requiera y así convencen a un humano del sexo contrario al de su transformación, para llevarselo y no se vuelve a saber nada más de el o de ella.

Por los pueblecitos que rodean la montaña que alberga a los trolls, se cuenta que estos seres se convierten en bonitas señoritas para seducir por la noche a todo aquel apuesto caballero que se cruce en su camino. Los invitan a tomarse algo con "ellas" y cuando ya están bastante bebidos, se los llevan a lo alto de la montaña y allí desaparecen para no volver jamás.

Del mismo modo, cuando se transforman en apuestos caballeros, seducen a incautas señoritas que salen a divertirse en la noche del fin de semana, y del mismo modo las seducen para llevarselas a lo más recóndito de su bosque.

Pero la magia de los trolls tiene unos límites, y es que estos seres maliciosos al igual que otras criaturas mitológicas, no soportan la luz del día. De hecho, cuando amanece, si el troll aún no está en su guarida y le pega los rayos solares, se convierte automáticamente en piedra, quedando una bonita figura para la posteridad en el lugar donde le pillase el amanecer.

Así pues, es por lo que los trolls, que son menos tontos de lo que parecen en las series de dibujos animados, salen solo por las noches y frecuentan los lugares festivos de los pueblos para hacer maldades.

Otra dificultad que tienen, es que cuando se disfrazan de otro ser, hay una parte que nunca pueden transformar y se trata de la cola. Tienen una larga cola acabada en un "pompom" peludo. Esta cola han de esconderla entre las patas para disimular y que no se conozca su verdadera naturaleza cuando estan disfrazados de seductores humanos.

Por eso, recomiendan los lugareños, que cuando alguien se encuentre por la noche con alguna señorita o señorito de buen parecer, si se percibe que su intención es ligar con uno, lo mejor que puede hacerse es tocarle el trasero disimuladamente, para ver si bajo el supuesto disfraz de humano, se oculta una cola de troll.


El Bosque de los Trolls: