Cualquiera que ha estado en Egipto, que, simplemente se ha quedado encandilado por las imágenes mil veces repetidas, sabe que allí se respira magia. Fijar los ojos en su majestuosidad, en sus pirámides, en el sublime río Nilo que permitió el desarrollo de una antigua civilización fascinante y misteriosa, es dejarse guiar por un mundo onírico, por una realidad que perturba, por una verdad que estremece Es en definitiva, dejarse guiar por la deslumbrante materialización de un hechizo. Y lo cierto es que pocos términos como éste, hechizo, se vinculan con tanta exactitud al desarrollo cultural y también político de la antigua civilización egipcia. Porque para Egipto la magia y sus magos tuvieron un relieve, una influencia en su formación, en la cultura, como sólo quizás podríamos decir que lo tenía el mismo río Nilo. La religión se constituía como elemento sustancial de las costumbres del pueblo egipcio. Su cohorte de dioses, sus prácticas en búsqueda de un ingreso ventajoso en el más allá, la riqueza de sus cultos, han hecho de toda la antigua civilización egipcia uno de los períodos históricos más estudiados, tanto por especialistas como por profanos en el tema. Y dentro de esta religión se encuadra la magia, a la que los dioses permitían acceder a algunos humanos elegidos para que éstos pudiesen colaborar en el desarrollo de los planes divinos. Magos o funcionarios Pero ¿qué era un mago?, ¿quién podía convertirse en uno? Está claro que al hablar de los magos egipcios lo estamos haciendo de algo muy distinto a lo que hoy concebimos como tal. No se trataba de un ilusionista, no pretendía sorprender con sus conocimientos a otros individuos. Realmente no era sino una especie de funcionario estatal cuya labor se exponía siempre en función de la religión. Para la mentalidad egipcia, la magia heka, como era denominada por sus ciudadanos, no poseía componente de tipo sobrenatural. Estaba unida a su cotidianeidad, como lo estaba la religión, y por este motivo los magos no eran divinizados. Se trataba de una labor estatal más. En realidad los magos eran una figura semejante a la de los sacerdotes, pero que pertenecían al clero del dios Heka, nombre utilizado ­tanto para hablar de la magia en sí como de la divinidad específica referente a esta facultad. Es evidente que no todos los individuos podían alcanzar los conocimientos que tenía un mago ni la capacidad para poder practicar la magia. De ahí que existieran una especie de escuela en la que aprendían aquellos que en un futuro podrían desarrollarla. Eran conocidas como Casas de la vida. Estaban unidas a los templos y aquellos formados en ellas eran seleccionados según diversos criterios, y desde el momento del nacimiento e incluso con anterioridad al mismo. Dichos criterios podían variar desde sueños inspiradores de quienes estaban encargados de hacer la selección, hasta simples motivos de ascendencia familiar. La escuela de magos La vida en estas casas estaba trufada de limitaciones. Formarse como mago implicaba abandonar a la familia desde la infancia, vivir encerrado, casi aislado, y alejarse de todo contacto con la vida cotidiana. Pese a que se estudiaban y analizaban más aspectos relacionados con la adquisición de sabiduría, prácticamente todos estaban vinculados con la magia. Las bibliotecas de estos centros de estudio solían estar dotadas de gran riqueza de textos de carácter sagrado y mágico que eran estudiados por los iniciados y por los sacerdotes. Algunos títulos de los libros estudiados evidencian los usos prácticos que se daban a la magia, usos relacionados en muchos casos con la cotidianeidad, como El Libro de cazar al león, rechazar a los cocodrilos. Junto a ellos coexistían textos mucho más centrados en conjuros que ofrecieran protección o rechazo de las entidades enemigas. Entre éstos cabe destacar El libro para capturar a los enemigos o Los libros y los grandes pergaminos de cuero puro que permiten abatir al demonio. Los pocos textos donde se refieren las costumbres de las Casas de la Vida que han llegado hasta nosotros dejan bien claro la trascendencia que se daba a que permanecieran en secreto todos aquellos ritos que se realizaban en su interior y los conocimientos que en ellas se guardaban. Se sentía auténtico pavor a que miembros de alguna civilización enemiga pudieran entrar en estas casas y hacerse con sus secretos. Ningún iniciado podía desvelar absolutamente nada de ello, se veían sometidos a un estricto voto de silencio, que en caso de no respetarse podía implicar la muerte, una aciaga condena que se prolongaría durante toda la eternidad. Para evitar que algunos de los conocimientos más secretos no se divulgaran, al frente de todos los iniciados se emplazaba un personaje que era conocido como HeryShesetaen-PerAnj, o lo que es lo mismo, el Señor de los Secretos de la Casa de la Vida. Para que un iniciado en la Casa de la Vida pudiera alcanzar los conocimientos y convertirse en un verdadero mago, eran encauzados por sacerdotes experimentados. Para ser considerado mago no bastaba con conocer una serie de fórmulas. Para conseguir esa facultad, además de tener unas condiciones que eran consideradas innatas, debían ser tutelados por aquellos sacerdotes que dominaban los secretos de la magia. Además, solían hacer uso de diferentes objetos mágicos que utilizaban en el transcurso de sus ritualesY lo cierto es que pocos términos como éste, hechizo, se vinculan con tanta exactitud al desarrollo cultural y también político de la antigua civilización egipcia. Porque para Egipto la magia y sus magos tuvieron un relieve, una influencia en su formación, en la cultura, como sólo quizás podríamos decir que lo tenía el mismo río Nilo. La religión se constituía como elemento sustancial de las costumbres del pueblo egipcio. Su cohorte de dioses, sus prácticas en búsqueda de un ingreso ventajoso en el más allá, la riqueza de sus cultos, han hecho de toda la antigua civilización egipcia uno de los períodos históricos más estudiados, tanto por especialistas como por profanos en el tema. Y dentro de esta religión se encuadra la magia, a la que los dioses permitían acceder a algunos humanos elegidos para que éstos pudiesen colaborar en el desarrollo de los planes divinos. espero que les guste el tema no se les olvide credibilidad eso saludos a todos