Corre hacia las montañas Limpia el cañón de tu fusil Corre bajo las aguas del pacifico Limpia el cañón de tu fusil Por el desierto caba casa Limpia el cañón de tu fusil EN los pueblos estampa tu nombre Limpia el cañón de tu fusil Deja el llanto atrás que no te pertenece Limpia el cañón de tu fusil Lo que no se sabe no daña Lo que se sospecha hiere Lo que a la luz sale es tu condena Ya no eres un hombre, hoy usas casco hijo.
Me agrada la repetición, es un recurso válido si se utiliza de la manera correcta. Y el cambio de formato para el remate lo hace más poderoso, enfoca todo en aquella desembocadura de la idea. Es un poema interesante, algo contradictorio en lo que me provoca. No me gusta apuntar con el dedo a nadie. Saudos.
No tiene mucho que ver, pero me recordó por la repetición a la plegaria de un labrador de Victor Jara y Quilapayun.