AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capítulo Diez)

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo Nueve)

Ya les comentaba en el relato anterior que a partir de ese momento las cosas comenzaban a cambiar… Y la verdad es que para bien y para mal.

PARA BIEN:

Me fui a vivir solo, ya era hora. Además, estaba comenzando a dar uso a mis súper poderes adquiridos en este casi año de vivencias y aprendizajes, me comenzaba a dar cuenta que mis sentidos estaban más agudos y con ellos estaba comenzando a dar uso a uno nuevo… el sexto. Resulta que en uno de los entrenamientos de ANFA conversábamos un lote de compañeros de equipo, de pronto en medio de la conversa sale el tema “mujeres”… avanzados un poco en el tema, se ponen a hablar de la “cajera de supermercado”, yo les puse mucha atención porque estaban bastante entusiasmados y por las características que daban y las expresiones que realizaban… al parecer era más que interesante “la chica”. Luego de eso me quede hasta más tarde esperando al que más sabía de toda esa historia y bueno, le ofrecí llevarlo a la casa, de camino le fui preguntando muchas cosas, con la finalidad de abastecer ese apetito que me nació tras la plática de “esta chica”. Supe en que supermercado trabajaba, como se llamaba, donde vivía y algunas cosas más, entre ellas que la mina era súper difícil y que no pescaba a nadie.

Con toda esta información, al día siguiente me fui de compras al “súper”, hice el tiempo suficiente para que se liberara la caja y me apreste a pagar donde ella se encontraba. Muy desinteresado incluso como revisando mi teléfono comenzó a pasar mis compras, estaba con un delantal rojo, que no estaba ajustado, pero aun así, se notaba que debajo se escondía una silueta increíble, pelo largo, castaño y liso, ojos de un color entre amarillo y café, piel blanquita y facciones de cara muy finas.

Ella: Disculpe… disculpe… estas cosas son suyas

Yo: aaahhh perdón… No…no… eso ya estaba ahí

Me quedé pegado mirándola y de verdad que no me había dado cuenta. Pague todo y mientras el empaque echaba las cosas en la bolsa (en los tiempos que te daban bolsa), note que ella miró para atrás y me esbozó una leve sonrisa como queriéndome decir… “gueon básico” porque se dio cuenta que me quede pegado mirándola y me llegó a desconcentrar. Salí del “súper” enojado conmigo mismo, ¿cómo cresta gueon? Tenía claro lo que no debía hacer, tenía claro que no debía mostrar interés… y la primera guea que hago es quedarme pegado como gueon mirándola.

Inmediatamente mi interés creció en ese monumento de mujer, sabía que tenía todas las de perder por los antecedentes previos que recopile, y entonces me di cuenta que tenía que reunir mucho más que lo que ya tenía en mis manos, que la verdad era nada. Sabiendo donde vivía, comencé a buscar personas que la conocieran, que supieran de ella, fue una semana intensa de búsqueda, donde obviamente el curso de mi vida seguía normal. HASTA QUE…!!! Me entero que Danilo, si… ese mismo, el amigo gay de mi peque, era amigo de “la cajera”. No me demoré mucho en convencer a la peque de que nos juntáramos con Danilo, tenía un apetito grande y no se me quitaba con nada. Llegamos a la casa de Danilo, tras larga platica termino conversando solo con el won y me las ingenié para entrar en el tema, le inventé el medio cuento con un empaque y la guea… y el tipo me dice…. AAAAAhhhhh pero si en ese supermercado trabaja una amiga y del sillón de enfrente salta una de las minas que siempre frecuentaba la casa de este compadre y dice… si pu… mi “bulmita” (resulta que le decían así porque una vez se disfrazó de BULMA de los Dragon Ball y los dejó a todos locos). Inmediatamente mi objetivo era hablar con esa mina, no pasó mucho rato y termine hablando con ella (una cuica de aquellas, con cero capacidad de entender su entorno y mucho menos mis motivaciones)… En resumen me dijo todo lo que necesitaba saber, trabajaba Part-time, sobre sus gustos, deportes, comida, películas favoritas, intereses y muchas cosas más, lo que si seguía siendo un misterio y nadie sabía, era si tenía pareja o no.

Con toda esa información al día siguiente me fui al supermercado, en mi canasto: Un chocolate tobleron, tallarines, jamon, crema, un helado san francisco, salame, queso philadelphia, galletas saladas y 2 botellas de vino Late Harvest. Todo eso salió de la propia boca de la amiga.

Cajera: (me mira… se ríe…) qué buena compra…

Yo: dices tu?

Cajera: si… estos chocolates me encantan…

Yo: yo me quedo con esos tallarines con salsa blanca que voy a preparar para el almuerzo

Cajera: EN SERIO???... ME ENCANTAN…!!!

Yo: mira qué coincidencia a mí también

Cajera: el queso philadelphia es mi favorito…

Yo: si… lo preparo con un poco de salsa de soya y le hecho unos granitos de sésamo encima, con galletitas saladas y estos vinitos…. Ufff la mezcla perfecta.

Cajera: esta vez era ella la que se quedaba pegada mirando…

Yo: Disculpa… Disculpa… cuanto es????

Cajera: si claro… Me da el monto…

Mientras echaba las cosas a la bolsa y pasaba la persona que venía detrás de mí, noté con mi excelente vista periférica que me miró 2 veces, a la tercera la mire yo y ella se sonrojo…

Yo: chaito… hasta luego.

Cajera: si…chao… que queden ricos esos tallarines.

Esta vez me mantuve estoico, incólume… y la verdad es que salió todo mucho mejor de lo que yo esperaba… claramente las cosas se dieron a mi favor, por lo que volver a ir muy pronto me podía evidenciar. Con lo que yo no contaba es que días después nos encontraríamos en la cola del banco.

Cajera: HOOOOLAAAAAAA… como estas

Yo: Hola…. Bien y tu?

Cajera: yo bien, aquí haciendo algunos trámites

Yo: chocale… somos dos

Acortare la plática.

Yo: oye, para dónde vas?

Cajera: a mi casa.

Yo: dónde vives… muy lejos? (ya sabía que era lejos)

Cajera: Ni tanto… pero me voy en colectivo, no te preocupes.

Yo: (asumo mi derrota) ok… bien. Cuídate que estés bien.

Salía del banco rumbo a mi tocomocho…

Cajera: espera… Acepto… me llamó mi mamá y me pidió que me apurara.

Yo: vamos… no te preocupes no tengo ningún problema.

Ese viaje rumbo a la casa se iba a transformar en un viaje cortísimo, entre la risa y la conversación. A todo esto yo le había comentado en que trabajaba y ella necesitaba ayuda en algo en que yo podía echar una mano y es más se lo había ofrecido. Íbamos llegando a su casa y yo no le iba a pedir el teléfono.

Cajera: muchas gracias por traerme

Yo: no te preocupes… la próxima vez en el “súper” me cobras menos

Cajera: jajajajaj quieres que pierda la pega

Yo: no… broma… cuídate… que estés bien... nos vemos

Cajera: oye, me darías tu número de teléfono para ponernos en contacto por la ayuda que me ofreciste.

Mi corazón saltaba de emoción, el destino me ayudaba a adelantarme a pasos agigantados a mi estrategia y yo para mayor regocijo no la invadí, no la jotié, ni nada por el estilo. Todo fue muy natural y para más remate ella pidió. Dos días después llegaría a mi oficina, lo que sería una sorpresa increíble para mí, pues eso indicaba que también estaba haciendo sus averiguaciones. Fueron 2 horas y media de visita, donde conversamos muchísimo, donde me enteré de su relación enfermiza que estaba terminando y el tipo la estaba acosando heavy. Obviamente le ofrecí toda mi ayuda y que contaba conmigo para lo que necesitara, a partir de ese momento mi preocupación por ella seria real, por todo lo que me había contado. Nos dio la hora de almuerzo y la invite a comer a un local de comida peruana.

No me preguntó si yo tenía algo, se limitó a saber cosas muy esenciales de mí solamente. Esa tarde me reporté enfermo y la lleve al cine en una ciudad vecina, fuimos a ver las locuras de Dick y Jane. Parecíamos verdaderos pololos, solamente nos faltaba andar de la mano o abrazados. Después de la película nos fuimos a comer algo y cuando le ofrezco volver, me toma la mano y me dice “no quiero volver”. Por todo lo que me había contado entendía perfectamente que no quisiera volver.

A esa altura para mí las estrategias habían terminado, la maldad se había transformado en bondad y no le iba a ofrecer nada que la invadiera

Yo: dime… que hacemos y yo te acompaño

Cajera: no… yo te acompaño a ti

Yo: volvamos “a pueblo” y te quedas en mi casa, tú puedes dormir en mi cama, yo tengo una pieza a parte.

Cajera: no te molesta?

Yo: por algo te lo estoy ofreciendo.

Llegamos a mi casa, vimos un poco de tele conversando, nos dieron las 01:30 y nos fuimos a acostar, yo cumplí, la instalé en mi cama y me fui para la pieza de visitas. Me costaba quedarme dormido, porque esa experiencia se había transformado en algo totalmente contrario a como me lo había imaginado, pensaba y pensaba y le daba vuelta a la situación, cuando toca la puerta y me dice…

Cajera: No puedo quedarme dormida

Yo: pasa

Se sienta a un costado mío

Cajera: no quiero que pienses mal de mí

Yo: créeme que no he pensado mal de ti… ni pienso hacerlo

Cajera: puedo dormir contigo

En otras circunstancias lo más seguro habría saltado de emoción y mi cabeza se llenaría de demonios. Pero esta vez ya les decía… era todo distinto.

La cama era más chica que la de mi pieza por lo que quedamos bastante ajustados los dos, ella con ropa, yo con pijama. Al rato de hablar un poco ella me toma la cara con sus dos manos suaves, me dice gracias por todo y me da un beso suavecito, y cierra sus ojos… Yo atino a responder de la misma forma. De apoco comenzó a ser un poco más intenso y yo no iba a tomar ninguna iniciativa… eso estaba decidido. Fue ella la que después de un buen rato de besarnos comenzó a levantar mi polera y hacerme cariño en la espalda y a levantarla cada vez más hasta que me la sacó, eso daba paso para que yo hiciera lo mismo.

Gente mía de portalnet los siguientes pasos de este relato espero no faltar el respeto a lo que ustedes esperan, pero en toda esta historia era necesario contarla (ya sabrán porque).

Nos quitamos la ropa y ella queda debajo de mí, yo la sigo besando y noto que estaba tiritando, le pregunto si tenía frio y me dice que no… por lo que había una sola razón, tiritaba de nervios, pero no estaba tensa, era otra la razón. Sigo besándola, me voy a sus senos que eran de verdad hechos a mano… por que la figura de esa mujer fue dibujada a mano. Y mientras la acaricio y paso mi lengua ella sigue tiritando, en ese instante comprendí que con ella no podía hacer todo lo que sabía, este momento era otro. Abrí sus piernas y note que estaba muy mojada, por lo que tome mi pene y lentamente lo puse en su vagina, al irla penetrando sentía como gemía cada vez que entraba y así nos mantuvimos un buen rato, lento y con mucho cariño, lo que estaba haciendo en ese momento era “el amor”, eso no era sexo. Ella se movía lentamente y yo con el mismo ritmo atinaba a sentir como su cuerpo había dejado de tiritar. Me aseguré de que ella disfrutara mucho, dándole a ella todo la capacidad resolutiva, cuando, donde, arriba o abajo y cuando terminar.


PARA MAL:

Danilo hace rato que estaba con la bala pasada conmigo y llevaba algún tiempo metiéndole cosas en la cabeza a “mi peque”, resulta que ahora iba a encontrar argumentos para sustentar la hipótesis. De ahora en adelante iba a tener que comenzar a tener mucho cuidado con todo lo que iba a hacer, tratar de no dejar huella y ser cauto.

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capítulo Once)

 

VACACIONES DESCONECTADO MI VIEJO PERRO... SALUDOS Y GRACIAS