No se acuestan, pero llegan muy lejos. No duermen con la pareja, pero se quedan hasta tarde en la misma cama. No se desnudan, pero si se tocan. No tienen coito, pero sí sexo oral. Entonces, ¿hasta dónde son vírgenes nuestras jóvenes? Tres de mis cinco amigas son vírgenes, yo ya dejé de serlo hace tres meses. Fue después de una fiesta de un compañero. Nos quedamos en una pieza y pasó lo que tenía que pasar. Igual ya llevábamos más de un mes juntos y como que se veía venir. Fue rico, pero pensé que era más, cuenta Paula, una joven de 17 años, alumna de colegio católico y dueña de una imagen de adolescente angelical. Y es que pese a su manera de vestir, sus amistades o las fiestas a las que asisten; las jóvenes de hoy resultan ser mucho más liberales a la hora de hablar de sexo y de practicarlo. Tanto así que en promedio tienen sexo oral pasado los 14 años y se relacionan sexualmente sin tapujos ni con compromiso de por medio. Ellas sienten que están llamadas a divertirse, aprender y disfrutar del sexo sin mayores problemas. Claro que a la hora de copular son mucho más reacias y ceden en su mayoría cuando hay sentimientos de por medio. Contradictorio en cierta forma, porque la liberalidad les llega hasta el momento en que se juega con la posible paternidad. Yo no quiero quedarme embarazada. Estoy muy chica todavía. Pero lo pasamos bien así. Ahora que estoy con Alberto, todo es más entretenido. Pasamos mucho tiempo conociéndonos y creo que podría resultar algo serio con él, agrega Paula. ¿Qué pasa con la precaución? Yo no me cuido. Es que cuando traté de hablar con mi mamá del tema, ella se fue por otra parte y al final quedamos en nada. Y yo no tengo plata como para ir a un médico a que me de pastillas. Además me da ene plancha. Así que si él tiene condón usamos, sino se va afuera, cuenta Tatiana de 18, compañera de Paula. Ella, por su parte, es más precavida: Desde que comencé a tener relaciones con mi pareja tomo anticonceptivos. Igual mi médico me las había dado antes porque tenía problemas con mi regla, así que pasé piola. Y es que pese al que los tiempos cambian, hablar de sexo con los hijos sigue siendo uno de los temas más complicados de la paternidad y, por lo mismo, muchos esquivan la obligación y dejan a sus hijos a la deriva en este tema. ¿Resultado?, los jóvenes se aconsejan entre ellos y, consecuentemente, se equivocan más veces. Yo aprendí todo lo que sé por mis amigas. Siempre hay algunas que van más adelantadas y que hablan del tema. Y si no fuera por ellas, creo que estaría más desorientada todavía, afirma Paula. Llegar y llevar Así pareciera ser el lema en la sexualidad de los adolescentes. Van a una fiesta, toman mucho alcohol (ya que generalmente es bar al costo) y se dejan llevar por las emociones. Conocen a alguien, se gustan, y es que si estás con trago, estás mucho más sensible a todo. Entonces como que todo te excita más. Además que tener sexo oral no tiene nada de malo, igual vas a llegar virgen al matrimonio, ¿o no?, afirma Tatiana; a lo que agrega, por eso una se deja llevar y se dedica sólo a pasarlo bien. De esta manera, hombres y mujeres se entregan a la entretención descuidada poniendo en peligro su salud e ignorando que las llamadas enfermedades sexuales no sólo se transmiten por el coito en sí, sino que también por todo lo que rodea un contacto sexual. Y es que estas enfermedades pueden ser traspasadas a través del sexo oral si es que existiera alguna herida abierta, algún diente perdido recientemente o incluso una limpieza dental efectuada horas antes. Además, el sexo anal sin condón también puede transmitir enfermedades si éstas existen en alguna de las dos personas. ¿Existe una nueva virginidad? Así parece ser, ya que es casi una tendencia mundial el hecho que más adolescentes y jóvenes están optando por el sexo oral y el sexo anal como una de las vías para mantener su virginidad. Este nuevo estilo de vivir trae consigo algunas variables que es necesario tocar y que incluso se han transformado en mitos al respecto. Mi mamá nunca me ha hablado directamente de sexo, sólo de vez en cuando me pregunta entre bromas en qué grado estoy con tal persona. Obviamente, no le contesto, me moriría de vergüenza, acota Tatiana, añadiendo, y es que me acusaría de haber perdido la virginidad y se desilusionaría. Pero yo no la he perdido. Nunca me he acostado con nadie. A lo más, hemos atinado un poco más heavy. Vergüenza, desilusión, miedo, desconfianza; son algunas de las emociones que alejan a los jóvenes de sus padres en la búsqueda de información y que muchas veces no logran encontrar. Tanto así que un estudio realizado por el Sernam en marzo de este año arrojó la impactante noticia que más de la mitad de los entrevistados, el 54,1% esperan orientación de la familia en este tema, mientras que el 27,3% le da mayor importancia a la educación escolar. Tal vez por eso la libertad sexual se implantó tan fácilmente en nuestro país, pues el vacío en cuanto a conocimiento que existía en nuestros jóvenes era tan impresionante, que se arriesgaron ellos mismos en cubrir las dudas que los acechaban. Hablar de sexo con los hijos no es cuestión de un día para otro, ni tampoco es bueno hacerlo cuando comienza a ir a fiestas; pues lo más probable es que ya haya buscado información en otras partes. Y es que hay que dar pie a estas conversaciones desde que tienen 7 años, para así crear mecanismos apropiados de comunicación en esta materia. Si se espera hasta la adolescencia, puede ser muy tarde para ello. Lo importante es hacerlo con amor y mucha honestidad, afirma la sicóloga Danae Zbinden. Por eso, lo más aconsejable seg es conversar el tema con total soltura y confianza, y que en cada una de las palabras se sienta el cariño, la comprensión y la tranquilidad; para que se dé el espacio de hablar de todo lo que implica el sexo: cuerpo y alma
Sexo oral en ves de vaginal... joder!! No, nadie me enseñó y la calle es una excelente maestra. Nunca la olvidaré.