La difícil decisión de salir de casa para pensar en un mejor futuro

[h=1]Año a año son miles los jóvenes que deben dejar el hogar de sus padres y cambiar de ciudad para seguir estudios superiores. En su mayoría la apuesta es radicarse en la conurbación Valparaíso-Viña del Mar o Concepción en el sur. Cómo enfrentar este cambio es la gran pregunta que surge. Acá te damos algunos tips. [/h]

​

"En el resto del país, los jóvenes siguen prefiriendo las universidades tradicionales de otras regiones".

Con la migración de talentos "se pierde el capital más rico que puede permitir el desarrollo equilibrado de regiones y la política pública"



Para nadie es un misterio que la oferta universitaria se ha ampliado en los últimos años, por lo que el tener que emigrar a otro punto del país para cursar alguna carrera pareciera ser cosa del pasado. Sin embargo,las casas de estudios tradicionales y de regiones siguen recibiendo a miles de jóvenes en sus aulas, los que confían en la calidad académica de esas instituciones.

Según datos publicados por el diario La Tercera en 2012, el 30% de los alumnos que ingresaron ese año a las distintas universidades dejó su ciudad de origen para trasladarse a otra zona del país. En algunos casos a varios cientos de kilómetros de distancia obligando a los padres y alumnos en pensar encostos de arriendo y mantención anexos a los gastos propios de la enseñanza universitaria.

[h=4]En regiones, Valparaíso y Bío Bío mandan[/h]A la hora de definir cuáles son las ciudades que más estudiantes reúnen, las que encabezan el listado son Viña del Mar-Valparaíso, Concepción y Valdivia. Eso principalmente por el prestigio de instituciones como la Universidad Católica de Valparaíso, Universidad Federico Santa María, Universidad de Concepción, Universidad del Bío Bío y Universidad Austral de Chile.

Datos aportados por las propias casas de estudios señalan que en la UCV el año pasado el 47% de sus matriculados provenían de una localidad distinta a la capital regional o Viña del Mar. En el extremo septentrional del país, la Universidad Católica del Norte posee un 42% de alumnos “foráneos”. Este tipo de movilidad si bien es de vieja data no deja de sorprender a los expertos dada la importancia que han ido ganando las entidades privadas en los últimos años.

Para Olaya Ocaranza, Subdirectora de Desarrollo Curricular y Formativo de la UCV, la razón de que se mantenga este flujo de estudiantes responde a que las universidades privadas de regiones no han sabido retener a los alumnos de sus zonas, fenómeno que sí se da en la Región Metropolitana. “En el resto del país, los jóvenes siguen prefiriendo las universidades tradicionales de otras regiones”. En este contexto se entiende el esfuerzo que realizan las casas de estudios por visitar y hacer difusión en ciudades cercanas a las de sus casas centrales.

Otra de las razones por la que las principales universidades de Viña del Mar, Concepción y Valdivia se ven favorecidas por el arribo de jóvenes de otros puntos del país, es por el temor que despierta llegar a Santiago a estudiar, prefiriendo hacer una escala en una urbe más pequeña antes de trasladarse a la capital en busca de un desarrollo profesional. En opinión de Ocaranza, esta decisión hace que en el futuro los alumnos sean “profesionales más flexibles, incluso muchas veces no se queden en la ciudad donde estudiaron y tienen menos problemas para moverse dentro del país”.

[h=4]La concentración de Santiago[/h]Al contrario de lo que sucede con las entidades pertenecientes al Consejo de Rectores y con sistema de admisión por PSU, las universidades privadas con sedes en la Región Metropolitana han desarrollado un gran atractivo para jóvenes de fuera de Santiago. A tanto ha llegado este flujo de alumnos que en 2011 el rector de la Universidad de Talca, Álvaro Rojas, hizo un llamado de atención ante el Ministerio de Educación advirtiendo del efecto concentrador de la capital en ciencia, tecnología y estudiantes.

Para la autoridad académica el peligro de este movimiento hacia el principal centro urbano del país radica en que, con la migración de talentos “se pierde el capital más rico que puede permitir el desarrollo equilibrado de regiones y la política pública”. Algunos datos que avalan las palabras del rector son los cerca de 340 alumnos de regiones que se matriculan anualmente en la Universidad Adolfo Ibáñez, a los cuales se les ofrecen servicios de asesoramiento académico y programas de desarrollo de habilidades que los ayuden en su inserción.

La Universidad Andrés Bello es otra de las casas de estudio que respaldan a sus estudiantes provenientes de regiones a través de redes de contacto con otros jóvenes oriundos de sus ciudades, con los cuales se crean lazos de amistad y de apoyo. Al mismo tiempo y como parte de una estrategia que apunta a evitar el cambio de ciudad, cuenta con becas para la retención de talentos en Viña del Mar y Concepción.

[h=4]Lo que hay que tener presente[/h]Sea hacia o desde Santiago, el verse enfrentados a una realidad distinta por lo general genera dificultades que suelen solucionarse con el tiempo, sin embargo es bueno tener en cuenta algunos consejos para hacer de la adaptación un proceso más rápido. En este sentido, Patricia Pérez, psicóloga de la Universidad de Santiago recomienda antes de viajar conocer e informarse sobre la universidad y la ciudad en que se estudiará.

También es importante decidir dónde se vivirá dependiendo de las posibilidades económicas que se posea, aunque es bueno considerar las necesidades emocionales y de apoyo que tenga el estudiante. Una vez establecido se debe hacer un reconocimiento del sector para identificar servicios cercanos, medios de transporte y rutas nocturnas. Un nuevo desafío es tener que crear toda una red de contactos con compañeros, amigos o familiares a los que acudir en caso de emergencia.

[h=4]La experiencia de estudiar lejos[/h]Sin duda esto fue lo que vivió Paulina Herrera quien se trasladó desde Calama a Santiago motivada por las mejores oportunidades de trabajo una vez egresada, decisión que en sus propias palabras significó “partir de cero”, un sacrificio que bien valió la pena. “Aprendí a ser más independiente, crecí como persona. Puedo decir que el cambio que tomó mi vida fue para mejor”.

Pero si cambiar de ciudad es un reto, mayor es el desafío de tener que dejar el país de origen. Esta fue la experiencia que le tocó vivir a Addy Jane Moon quien llegó hace un par de años a estudiar a la Universidad de Viña del Mar desde Estados Unidos, esperanzada en conocer la geografía y experimentar la cultura chilena. “La diferencia cultural más grande entre los Estados Unidos y Chile, socialmente hablando, sería lo familiar que son los chilenos unos con otros. En los Estados Unidos, somos más cerrados hacia los desconocidos, incluso hacia alguien de otra ciudad u otro estado”, manifiesta.

Saludos !