La reconstitución de escena causó gran expectación entre los habitantes de Nahueltoro, que llegaron en gran cantidad hasta el fundo Chacayal donde el "Canaca" cometió los asesinatos. El "Canaca" muestra el lugar en que quedaron tendidos los niños tras su muerte. EL FUSILAMIENTO Este es el relato de Clodomiro Vallejos, el reportero de LA DISCUSIÓN que siguió el caso durante los tres años. El reportero dejó de existir el año pasado, pero en los archivos de LA DISCUSION se mantienen vivos sus testimonios. Con especial ahínco relató para los lectores de la época paso a paso los pormenores de la ejecución. Esta es parte de lo que vivió dentro de la Cárcel de Hombres de Chillán aquel 30 de abril de 1963. "Tras un viento crujiente acompañado de gruesa lluvia que seis horas antes soplaba en la ciudad, a las 07:21 justas de la mañana expiró en el banquillo Jorge del Carmen Valenzuela Torres, el gañán de 23 años de edad que en el atardecer del 20 de agosto de 1960 se transformó en seis veces asesino. A las 05:20 de la mañana se puso frente a una mesa y hasta las 05:40, escribió serenamente. Se trataba de una extensa carta dedicada al alcaide y personal de la cárcel a quienes agradecía las atenciones recibidas, diciéndoles que sólo en ellos halló la ternura que la sociedad le negó por muchos años. Jorge del Carmen Valenzuela llegó tranquilo a cumplir su condena. Ni una queja, ni una preocupación se advertía en su paso que era seguro, no obstante, los grillos que llevaba. Siempre le siguió el sacerdote Eloy Parra, que elevaba cada vez más allá las oraciones del lugar. A pesar de los esfuerzos, se advertía quebrada la voz del sacerdote. Las cámaras fotográficas funcionaban sin cesar, siguiendo paso a paso el camino al patíbulo de Jorge del Carmen Valenzuela. El sacerdote permaneció junto al homicida mientras el comandante Layera hacía con la mano derecha una leve seña para que el capitán Iván Sepúlveda entrara a la cárcel con los ocho hombres del pelotón de fusilamiento. Estos avanzaron sigilosamente sobre sus zapatillas de goma, evitando hasta el más pequeño ruido y se instalaron dando la espalda al mar y a unos cinco metros del banquillo. Los cuatro de adelante estaban hincados y los otros cuatro se mantuvieron de pie. A otra señal previa convenida, el capellán comenzó a retirarse del banquillo, junto al comandante Layera. El primero elevó el tono de su voz, para simular que seguía rezando al lado del ajusticiado. En ese instante, el capitán Sepúlveda, apenas si levantó la espada. Eran las 07:21 horas. Los ocho fusileros dispararon casi simultáneamente y de inmediato se retiraron hacia el interior de la cárcel, por el mismo portón por donde entraron. El jefe del pelotón permaneció en su puesto. Hubo un instante de suprema consternación cuando el doctor Pedro Lara se acercó de nuevo al reo, y lo auscultó cuidadosamente, de preferencia en la región del corazón. De las ocho carabinas, sólo una estaba sin balas. Cuatro tiros dieron directamente en el corazón y tres en el tórax. Las autoridades y periodistas recibieron la sorpresa de una ejecución extraordinariamente rápida". El Chacal de Nahueltoro El 20 de agosto de 1960, Jorge del Carmen Valenzuela Torres, se acercó hasta su conviviente de 38 años de edad, Rosa Rivas, en busca de la pensión de viudez que la mujer debía retirar cada mes en San Carlos. Rosa, venía llegando desde aquella comuna sin ningún peso en los bolsillos, puesto que un trámite burocrático le había impedido retirar el dinero. Valenzuela, al darse cuenta de la situación, reaccionó en forma violenta y tomando la guadaña con la que usualmente trabajaba, le dio muerte en el lugar. Luego, hizo lo mismo con los cinco hijos de la mujer, entre ellos, un bebé. Horas más tarde, Quelo Dinamarca, dueño del Fundo Chacayal, encontró los cuerpos inertes de Rosa y sus hijos. De Valenzuela, nada se supo hasta un mes después, cuando la policía lo encontró en una ramada. Una de las visitas policiales a la zona de Nahueltoro. Jorge del Carmen Valenzuela Torres, más conocido como el "Chacal de Nahueltoro" fue fusilado el 30 de abril de 1963 en la cárcel de Chillán. José del Carmen Valenzuela contesta los interrogatorios de la policía.
Esta historia es cuética, yo vi lapelicula, el chacal era un wn bruto e ignorante, no sabía ni leer ni escribir y en la carcel aprendió, se podría decir que estaba reformado ¿? aunque despues de matar 6 personas nadie se libra del fusil. Se agradece
ami no me gusto el final pork el aprendio a leer y a escribir y el crimen no lo iso lucido y no se merecia eso buena la info
si opino lo mismo, fue un crimen tambien lo ke se hizo kon el, despues de rehabilitado lo matan ke es eso?
dicen q la justicia es ciega pero ahora por q no lo hacen con tanto asesino tanto violador q anda sino 5 años de carcel 10 años de carcel etc a personas q estan totalmente en su sano juicio esa es justicia de hoy LA JUSTCIA CEGUIRA SIENDO !!!!!!!! CIEGA!!!!!!!!
es verdad...el hombre lo reformaron de cierta manera...pero nadie le quita el que matara 6 personas entre esos niños...en todo caso en la actualidad aun suceden cosas aun peores y a los tipos ni los tocan ni nada... en fin en chile la justicia esta mas que ciega..