Me bastaría con la leve posibilidad de encontrar la puerta entreabierta al llegar a casa y ver la luz encendida del pasillo en señal de bienvenida con aroma a tostadas y margarina, o con la remota opción de sonreírle a dos copas de vino tinto colocadas celosamente en la mesa de centro. No despreciaría tampoco el ring nocturno que indica el buenas noches cuando el celular ya no tiene saldo más que para los pitazos. A decir verdad prefería estar abrazado a las dudas si eso significara aun poder convertirme en tu enemigo o en la sombra que seguía los pasos que dibujas, un esclavo de tu berrinche. Bien franco, prefiero la angustia vivida y la piel abierta ante los miedos de la espera, de las inconsistencias lingüísticas, de los reclamos circulares, lo que fuese pero con dirección determinada y un final menos infeliz, o por lo menos agónico. ¡Por ultimo la duda mínima! Y no esta absoluta certeza de que no esperas frente a la chimenea ni que recostaras tus pensamientos con un tal vez mañana nos vemos. ..mas que sea para pelear mas que sea para discutir mas que sea para que me veas pegado al piso y todo arrepentido.
se siente algo bien personal en el escrito, creo q a algunos les costara entenderlo, pero a mi me agrado . saludos