Las selvas y desiertos de la Tierra contienen cierto número de ciudades "perdidas", a causa de que sus impresionantes ruinas dejan escasas sugestiones acerca de qué raza las construyó, y por qué fueron abandonadas. Sus ubicaciones, a menudo en el desierto, en el interior de los bosques o bajo el mar, son testimonios de pasados cataclismos, tanto de origen humano como natural. El tiempo las ha cubierto bajo un dosel de selva o enterrado bajo ingentes montículos de tierra. La mayor parte de las ciudades perdidas en Europa, de Oriente Medio y del Sudeste Asiático, pueden relacionarse con una cultura identificable. Las ruinas de Ankor Wat, en Camboya, las ciudades cubiertas por montículos en Babilonia, las ciudades hundidas del Mediterráneo e incluso las ruinas de islas del pacífico, pueden ser identificables a partir de su parecido a otras culturas. Pero lo que en algún tiempo fueron grandes ciudades, como Mohenjo-daro y Harappa, Pakistan, carecen de referencias indirecta en registros antiguos. Estas enormes metrópolis, que florecieron hace miles de años, una vez albergaron poblaciones de más de un millón de habitantes. Pero nadie sabe sus verdaderos nombres o qué raza les construyó. Todos los registros disponibles fueon escritos en lenguaje jeroglífico, que nadie ha sido aún capaz de leer. El único otro lugar en que apareció este idioma fue en Isla de Pascua, ubicada en el Pacífico, que posee estatuas colosales casi al otro lado de la tierra en relación a Mohenjo-daro y Harappa. Alguna de las ciudades prehistóricas de Sudamérica resultan especialmente intrigantes a causa de su localización en lo alto de elevadas montañas, lo que hace que nos consternemos ante la forma en que aquellas enormes piedras, que pesan toneladas, pudieron ser transportadas y ubicadas en aquel sitio con tanta precisión. No sabemos cómo se denominaron originarlmente dichas ciudades, porque ya se hallaban abandonadas para cuando llegaron los exploradores-conquistadores españoles. Los pueblos americanos, que primero recibieron cordialmente a los venidos y más tarde les combatieron, dieron a las ruinas nombres diferentes, y cuando se les preguntaba acerca de ellas, respondían que fueron construcción de los dioses. Existe una intrigante leyenda respecto a una ciudad perdida que se dice existe aún en las Selvas Amazónicas. Se alega que esta ciudad contiene un gran tesoro, aun no guardado, en ciertas versiones, y se encontraría aún poblada por habitantes. Se afirma que esos supervivientes han preservado su aislamiento al hallarse en medio de tribus indias belicosas y en extremo inamistosas con los exploradores. Se cuenta que los habitantes de esta ciudad perdida son de raza blanca, y se cuenta que aun están en posesión de una cultura avanzada y de numerosos equipos de civilización, entre los que se incluyen medios de iluminación, no eléctricos, si no una constante y reluciente luz que no es de fuego. Portugueses y otros exploadores han tratado de localizar, desde el siglo XVII, esta misteriosa ciudad. Una primera expedición, al mando de Francisco Raposo, ascendió por un precipicio encima de la selva y llegó a un altiplano. Vieron una gran ciudad a 6 km de distancia. Cuando se aproximaron, se percataron de que al parecer había sido abandonada pero que solo se hallaba en parte en ruinas y en parte habían también numerosas estructuras y edificaciones de piedra en pie. Había calles, plazas, murallas, arcos y obeliscos ornamentados con lo que parecían ser escrituras. Estructuras, tallas y la arquitectura resultaban superiores a las otras ciudades sudamericanas anteriores a la conquista. Pozos mineros a las afueras de la ciudad señalaron un alto contenido de minas argentíferas. Mientras exploraban, Francisco y sus hombres vieron algunos "indios blancos en una canoa, vestidos con extraños atuendos". La expedición, temiendo un combate desigual, Abandonó la zona. Otras expediciones intentaron sin éxito rastrear denuevo la ruta. Una de ellas, con centenares de hombres, desapareció en la selva. El coronel Percy Fawcett, oficial del ejército británico, fue indudablemente el más porfiado entre los exploradores que continuaron la búsqueda. En períodos diferentes, entre 1906 y 1925, investigó y recopiló información acerca de esta ciudad perdida cuando le pareció que se encontraba en las proximidades del río Xingú, afluente del Amazonas, en Brasil. Creyó que constituía una parte de una civilización completa. Opinó así mismo que la ciudad perdida era el resto de una antigua y avanzada civilización, con su pueblo en la actualidad degenerado, pero que aún conservaba vestigios de un pasado olvidado. Su dedicación a esta búsqueda concluyó en 1925, cuando él mismo desapareció en su postrera expedición. La última entrada de su diario, encontrado más tarde, indicaba que creía encontrarse a dos semanas de viaje de la ciudad que tan intensamente había tratado de encontrar. ¿La encontró y decidió pasar allí el resto de su vida? ¿O fue asesinado por los indios que en una ocasión afirmó que guardaban? Su desaparición constituye uno de los mayores misterios de la Exploración. Sus propias palabras podrían constituir el más adecuado de los epitafios: "¿Qué puede resultar más cautivador que penetrar en los secretos del pasado y arrojar luz sobre la historia de la misma civilización?" Fuente: http://www.mundoparanormal.com/docs/enigmas/coleccionable_c2.html
Esa es tu opinión. Fue "casi" copy/paste. Cambié un par de conceptos luego del 2º párrafo. La pag. no permite seleccionar el texto. Lo traspasé por mi cuenta.
Que mala onda el primer comentario, debería de aportar en vez de criticar.- Muy buen tema, todavía deben existir muchísimos lugares por descubrir.
buna info , se agradece ...en todo ambito de cosas en la vida siempre es mejor ayudar a construir , y si no lo hace, no ayude a derribar...
En Brasil esta todo el secreto entonces ahora se viene el mundial habra que ir a buscar la ciudad sin nombre Bbuen tema se agradece siempre he pensado que los negros tiene algo en esa selva escondido no ellos si no que existe algo o alguien viviendo o haciendo algo que esta fuera de la civilización moderna.