[COLUMNA] Castigo justo.

Él dice que no dijo lo que dijo. O, lo que es peor, que sí le dijo que era de la U, pero que jamás lo tildó de cagón. Y que estaba a mil revoluciones por minuto. Como si dependiera de las pulsaciones el hecho de equivocarse o no.


Como sea, en menos de 48 horas Esteban Paredes, pésimamente asesorado, se hizo un autogol de mitad de cancha y se hizo merecedor, para mí con absoluta justicia, de dos fechas de castigo por su expulsión en la derrota de Colo Colo frente a la Universidad de Concepción.

Se pierde el superclásico e instala cierta incertidumbre en el camino casi seguro de los albos hacia la conquista de su estrella número 30.

El problema es que, con sus dichos, Paredes no hizo distinción alguna entre su carácter de jugador profesional y el tipo que el domingo se convierte en un energúmeno en el barrio y trata de sacarse con patadas la neura de una semana llena de trabajo.

El jugador pro-fe-sio-nal está obligado a mantener la calma en los momentos más complejos de un partido. Debe tener la templanza necesaria para resolver situaciones con la frialdad de un sicario. Más si se trata de un futbolista experimentado como Esteban Paredes.

Les recuerdo que fue el mismo jugador quien emitió comentarios homofóbicos en una conferencia de prensa en Colo Colo, que terminó también con el futbolista ofreciéndole sus disculpas a la comunidad gay.

Ser jugador de fútbol (o un ídolo, como es el caso de Paredes) exige una calidad humana superior. El tipo es un referente de los niños colocolinos, un ejemplo al que muchos aspiran. Y, por lo mismo, no debiera protagonizar episodios tan lamentables como el que lo mezcló con el árbitro Enrique Osses la semana pasada.

Emiliano Vecchio lanzando lejos la botella de isotónico por ser cambiado ante Unión Española, Gonzalo Fierro haciendo aspavientos al juez por un cobro que no compartió y creando un clima adverso, Sebastián Toro levantando de mala manera a un jugador de la U de Conce tras una falta que no fue, son actitudes inexplicables para jugadores que van punteros, por lejos, en el torneo nacional.

Algo tiene la camiseta de Colo Colo que hace creer a algunos jugadores que son dueños de todo. Si noque lo diga el mismísimo Iván Zamorano, que desató su ira contra Carlos Chandía en el ya mítico encuentro con Cobreloa en Calama."Bam Bam" terminó su carrera en medio de un escándalo y un castigo ejemplar. Ojalá Paredes aprenda de este tropiezo en su brillante carrera. Porque "Visogol" es buena gente. Y porque me cae bien.

Fuente:
http://redgol.cl/2014/4/castigo-justo/​