Un sueño prolongado, idealmente de nueve horas, suprimiría los factores genéticos que contribuyen al aumento de peso y mantendría el índice de masa corporal en condiciones favorables. Cada vez que intentamos bajar los kilos de más o en el caso de los afortunados, mantener la figura, tenemos la convicción que implementando una alimentación saludable, libre de grasas, y practicando ejercicios, al menos 30 minutos al día, obtendremos los anhelados resultados en nuestro físico. Sin embargo, obviamos un factor importante y clave en el proceso: tener un descanso de calidad. Por eso, atención los amantes del trasnoche y los que sufren de insomnio, pues según una investigación efectuada por la Universidad de Washington las personas que duermen menos de siete horas por noche presentan más riesgos de subir de peso y, por el contrario, los que tienen un sueño de al menos nueve horas tienden a ser más delgados. El estudio, publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, Sleep, reveló que existen factores complejos entre el sueño y los mecanismos biológicos, pues se detectaron diversos genes que juegan un rol importante en el aumento de peso y la obesidad. Los investigadores analizaron a mil 88 pares de gemelos, donde el 66% eran mujeres con un promedio de edad de 36 años y con un índice de masa corporal (IMC) de 25,3 lo que se considera como sobrepeso moderado, ya que el nivel normal se sitúa entre 18.5 y 24.9. Los científicos descubrieron que la predisposición genética de los que dormían menos de siete horas contribuía a que incrementarán al doble su IMC, a diferencia de que los que tenían un sueño de más de nueve horas. A juicio del doctor Nathaniel Watson, encargado del análisis, el sueño adquiere gran relevancia porque mientras más duerme un sujeto con tendencia a la obesidad, su genética en la determinación de su peso corporal adquiere menos importancia. Concluimos que un sueño corto ofrece un ambiente más conducente a la expresión de los genes vinculados a la obesidad y podría ser que un descanso prolongado tiene un efecto protector al suprimir la expresión de los genes vinculados a la obesidad, explica. Menos sueño, más apetito Las bondades del buen dormir no terminan aquí, pues otro estudio, elaborado por la Universidad de Cleveland, que analizó a 68 mil mujeres durante dieciséis años, determinó que con el paso del tiempo las personas que duermen más tienden a subir menos de peso. Se descubrió que las mujeres que dormían cinco horas tenían tres veces más posibilidades de incrementar sus kilos, en comparación con las que descansaban un mínimo de siete. Cuando existe falta de sueño se produce una alteración en las hormonas que controlan el apetito: grelina y leptina. La grelina es generada por el estómago y aumenta las ganas de comer, mientras que la leptina es producida por las células grasas e indica la falta de reservas metabólicas y calorías. Consejos Un sueño reparador es tan fundamental que con sólo 1 hora más se puede marcar la diferencia y disminuir hasta un 36% la posibilidad de que los niños tengan sobrepeso. Por lo tanto, si quieres tener un descanso de calidad sigue las siguientes recomendaciones: Después de las 17:00 horas no ingieras cafeína (café, té, y/ o bebidas) y evita fumar. Tu última comida debe ser ligera y a más tardar tres horas antes de acostarte. Establece un horario fijo para dormir y en ese momento finaliza tus actividades (evitar leer en la cama, no veas películas o programas que estimulen la actividad cerebral como el uso del computador o celular). Fuente: guioteca
Gracias por los consejos, en gran medida el no dormir o dormir inadecuadamente genera que los universitarios en periodos de estrés subamos de peso, hay que considerar la salud por sobre todo!