[info] ¡La mejor arma de placer son tus manos! Descubre cómo utilizarlas aquí

Todo el mundo conoce la máxima “mens sana in corpore sano” y ésta verdad en la sexualidad no es diferente. Es igual de importante cuando se mantienen relaciones sexuales estimular al unísono el cuerpo y la mente, porque a pesar de su clara exteriorización física el acto sexual es también un representación de las emociones. Uno de esos campos de práctica puede ser el masaje, que nace de un buen conocimiento del cuerpo humano, y por ello del cuerpo de uno mismo pero también del de la pareja. El masaje erótico puede parecernos obvio y por todos conocido pero siempre hay algo que descubrir. La piel humana ocupa un espacio aproximado de 2m2 en los que se encuentran varios millones de receptores de calor, presión, frío, dolor, tacto fino y superficial. Todas estas terminaciones nerviosas entran en juego cuando interactuamos entre dos cuerpos, por lo tanto el masaje sexual hará que surja en las personas un deseo de continuar la búsqueda del placer y ello contribuirá a que cada vez que lo practiquemos podamos dar y recibir más y sobretodo mejor satisfacción. Teniendo en cuenta que sirve como preliminar al acto sexual el recorrido natural es ir de menos a más.
Se puede empezar por lo tanto con suaves caricias en las manos y en los pies para pasar a movimientos circulares con una ligera presión de las manos abiertas en la espalda, los hombros, el cuello y las piernas.
Continuaríamos por los muslos, las ingles y el pecho que son zonas más excitables por lo que podemos recorrerlas dócilmente con las manos ejerciendo cierta presión con la yema de los dedos y besando los lóbulos de las orejas. El cabello también es interesante para entrelazar los dedos y actuar masajeando el cuero cabelludo como si de un lavado se tratase.
Posteriormente podemos coger algún aceite o loción para masaje que nos brinde nuevas sensaciones con su textura, temperatura y aroma. Se debe ir fortaleciendo poco a poco los movimientos pasando de las suaves fricciones a deslizamientos con más fuerza y amasamientos intensos al más puro estilo panadero, lo que nos hará liberar tensiones y conseguirá relajar los músculos.
Una vez alcanzado esto podemos ir retomando las zonas más erógenas, que nunca hay que desatender, como son labios, orejas y pezones para continuar ejerciendo caricias que acentúen la excitación. Antes de pasar a los masajes genitales y al acto sexual podemos repetir los pasos que más hayan gustado y probar con algún complemento excitante o afrodisíaco como juguetes o comida, son de muy buen ver en estas intimidades la nata, el chocolate y las fresas, pero también la seda o el hielo. El juego debe basarse siempre en una acción conjunta y simultánea entre las personas para que sea óptimo y por supuesto realizarse en las mejores condiciones posibles de comodidad, ambiente, colocación y relajación. Contrarrestando la cita del inicio ahora podríamos usar la frase de Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos que dice, “mens fervida in corpore lacertoso”, que significa espíritu ardiente en cuerpo musculado.