El pescado en la dieta: beneficios y riesgos

Discussion in 'Purgatorio de los aportes' started by >X<, Jul 30, 2012.

Thread Status:
Not open for further replies.
  1. >X<

    >X< Invitado

    Importancia del pescado en la dieta

    [​IMG][TABLE]
    [TR]
    [TD]El pescado, los moluscos y crustáceos son uno de los alimentos característicos de la dieta tradicional mediterránea y atlántica, de gran importancia como aporte de proteínas de gran calidad nutricional, vitaminas (en especial de la vitamina D) y minerales. A ello suman el aporte de ácidos grasos Omega-3, un tipo de grasa de demostrado efecto protector frente a los riesgos cardiovasculares.
    Una dieta sana es toda aquella dieta equilibrada, que aporta la cantidad de calorías adecuadas al consumo energético de la persona, según su edad, actividad física y estado de salud, y basada en la variedad de los alimentos. El pescado es uno de los componentes que debe de estar presente en la misma, en forma de varias raciones a la semana.

    ¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE CONSUMIR PESCADO?

    [​IMG]

    [TABLE]
    [TR]
    [TD]Pocas calorías

    El contenido calórico de los pescados es relativamente bajo y oscila entre 70-80 Kcal por 100 gramos en los pescados magros y 120-200 Kcal por 100 gramos en los grasos o azules, por lo que constituyen una buena opción para formar parte de la alimentación de personas con exceso de peso. No obstante, este contenido calórico se puede incrementar según el modo de cocinado. Por ejemplo, si un pescado blanco, y por lo tanto de bajo contenido graso, como la merluza se cocina frita o rebozada, su contenido graso y calórico aumenta; mientras que si se cocina al horno, a la plancha o en el microondas con poco aceite, el aporte energético apenas se incrementa.
    Por lo general, los pescados azules o grasos se cocinan asados o a la plancha debido a que la grasa en su carne hace que no se resequen durante el empleo de estas técnicas culinarias. Así se obtienen pescados sabrosos y jugosos sin que se eleve su contenido energético.

    Aporte nutritivo

    El contenido de proteínas en pescados y mariscos ronda el 15-20%, si bien los pescados azules y los crustáceos superan el 20%. Del mismo modo que sucede con las proteínas presentes en las carnes y en los huevos, las del pescado se consideran de alto valor biológico porque contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita en cantidad y proporción adecuadas. Dado que el crecimiento y desarrollo corporal que tiene lugar durante la infancia, la adolescencia, el embarazo y la lactancia exige un mayor aporte proteico respecto a otras etapas de la vida, se recomienda alternar el consumo de pescado con otras fuentes proteicas de origen animal (carnes, huevos y lácteos) y vegetal (legumbres, cereales y frutos secos).


    Los ácidos grasos omega-3 desempeñan funciones importantes en el embarazo, la lactancia y la infancia porque forman parte de membranas celulares, del sistema nervioso y de la retina, por lo que los requerimientos se incrementan. El feto necesita entre 50 y 60 mg/día de estos ácidos durante el tercer y último trimestre, periodo en el que se acumulan en los tejidos, en especial en el sistema nervioso. Si no es posible la lactancia materna se han diseñado fórmulas infantiles enriquecidas en omega-3. Los estudios demuestran el efecto positivo de estos ácidos grasos sobre el desarrollo mental de los lactantes.


    La ingesta de pescados cuya espina también se come, como es el caso de especies pequeñas o enlatadas (sardinas, anchoas...), es una fuente alimenticia de calcio, mineral que se acumula en los esqueletos de los animales.
    El contenido en calcio de una lata de sardinas (el peso escurrido ronda los 70 gramos), es de 210 miligramos, similar al que aporta un vaso de leche (200 mililitros). Por esta razón, este tipo de pescados supone una excelente fuente de calcio para quienes por distintos motivos no incluyen suficientes lácteos u otras fuentes de calcio (soja y derivados, sésamo, frutos secos, cítricos, etc.) en su dieta; bien por problemas de salud, porque no les gusta o no tienen el hábito de consumirlos.
    Un ejemplo de contenido en calcio por 100 gramos de algunos pescados y mariscos es el siguiente: 300 miligramos en las sardinas; 210 miligramos en las anchoas; 128 miligramos en las almejas, berberechos y conservas similares. El contenido medio de calcio del resto de pescados y mariscos ronda los 30 miligramos.


    Pescado y el bocio

    El bocio es una enfermedad que se caracteriza por un crecimiento anormal de la glándula tiroides (situada en la parte baja del cuello), causada de manera habitual por una deficiencia de yodo en la dieta. El tiroides fabrica dos hormonas, la tiroxina y la triyodotironina, y para la síntesis de estas hormonas es imprescindible el yodo.
    El pescado (principalmente el marino) y el marisco representan una excelente fuente dietética para hacer frente a la falta de yodo en determinadas zonas. Se convierten en alimentos recomendados para las regiones en las que existe bocio endémico, áreas geográficas en las que las aguas y los suelos son deficientes en yodo y, como consecuencia, los alimentos que se obtiene en sus tierras también.


    Además, el yodo tiene una importancia añadida durante el embarazo y la infancia. La deficiencia de este mineral en estos periodos puede afectar al desarrollo y crecimiento del bebé. Durante el embarazo, el yodo es imprescindible para el correcto funcionamiento de las hormonas tiroideas que intervienen en el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro, entre otras funciones. Por tanto, el déficit de yodo puede provocar retraso físico y mental en los recién nacidos y alteraciones del desarrollo en los niños de corta edad. No obstante, en las zonas donde hay carencia de yodo, o en las etapas de mayor requerimiento de este mineral, además de consumir pescado y marisco, conviene sustituir la sal común por sal yodada, que compensa el déficit.
    Los pescados y mariscos más ricos en yodo son: todo tipo de mariscos, salmonete, halibut, salmón, bacalao salado, conservas de atún o bonito y mejillones en conserva.

    Prevención de enfermedades

    El pescado presenta un contenido vitamínico interesante. Posee diferentes vitaminas del grupo B como B1, B2, B3 y B12, y vitaminas liposolubles entre las que destacan la vitamina A, la D y, en menor proporción, la E, presentes principalmente en el hígado de los pescados blancos y en la carne de los azules.
    Las vitaminas A y E son de gran interés nutricional porque poseen acción antioxidante, es decir, constituyen un factor protector frente a ciertas enfermedades degenerativas, cardiovasculares y al cáncer.
    La vitamina D actúa en el intestino favoreciendo la absorción de calcio y fosfato. También lo hace en el riñón estimulando la reabsorción de calcio, por lo que contribuye en la mineralización de los huesos y los dientes.


    El pescado protege el corazón y las arterias


    A diferencia de otros alimentos de origen animal, el pescado contiene ácidos grasos poliinsaturados en cantidades comprendidas entre un 25%-45% en los pescados, de un 40%-50% en los crustáceos y de un 30%-45% en los bivalvos (porcentajes referidos a ácidos grasos totales). Entre ellos se encuentran el ácido linoleico, de la familia omega-6 y los ácidos EPA (eicosapentanoico) y DHA (docosahexanoico), de la familia omega-3. El pescado también contiene ácidos grasos monoinsaturados y, en menor proporción, saturados.

    Los pescados, y en especial algunos mariscos (crustáceos, calamares y similares), poseen cantidades significativas de colesterol, localizado principalmente en el músculo, el bazo y sobre todo en el hígado. No obstante, estos alimentos no aumentan los niveles de colesterol en sangre, a diferencia de otros alimentos ricos en colesterol, gracias a su elevada proporción de grasas insaturadas.

    Los ácidos grasos poliinsaturados, en concreto los omega-3, son los responsables de muchas de las propiedades saludables que presentan los pescados azules. De hecho, están relacionados con la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
    En la mayor parte de los casos, estas dolencias aparecen como consecuencia de la existencia de aterosclerosis, enfermedad en la que las grasas (principalmente colesterol), se van depositando en las paredes de las arterias haciendo que su diámetro disminuya, pierdan elasticidad y la cantidad de sangre que circula por ellas sea cada vez menor y lo haga con mayor dificultad, lo que puede llegar a provocar obstrucción de las arterias. El consumo de pescado para la prevención cardiovascular deriva de su riqueza en omega-3, sustancias capaces de aumentar el HDL o "buen colesterol" y reducir el LDL-c o "mal colesterol", así como el colesterol total y los triglicéridos sanguíneos.
    A partir de los ácidos grasos omega-3 se producen en el cuerpo unas moléculas llamadas prostraglandinas que tienen, entre otras, las siguientes propiedades: impiden la formación de sustancias inflamatorias, tienen acción vasodilatadora, inhiben la formación de coágulos o trombos, contribuyen a reducir los lípidos sanguíneos (colesterol y triglicéridos) y regulan la presión arterial. Todo esto se traduce en una reducción del riesgo de aterosclerosis, trombosis e hipertensión. La cantidad recomendable para obtener dichos beneficios sería de entre 2 y 3 gramos semanales de ácidos grasos omega-3. Eso corresponde a tomar pescado azul de una a tres veces a la semana.


    Propiedades antiinflamatorias


    El consumo de pescado azul puede resultar beneficioso para aliviar los síntomas de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide. A partir de los ácidos grasos omega-3, presentes en estos pescados, se forman sustancias de acción antiinflamatoria llamadas prostaglandinas. Según algunos estudios, una dieta rica en ácidos grasos omega-3, principalmente EPA, y antioxidantes podría mitigar la inflamación.

    Prevención de diabetes

    En un reciente estudio epidemiológico, publicado por autores canadienses y realizado en 41 países de los cinco continentes, se observó que la prevalencia de la diabetes mellitus no dependiente de la insulina y acompañada de obesidad es significativamente más alta en países con un consumo de pescados más bajo que en aquellos en los que se consume pescado de forma habitual.

    Prevención de cáncer

    Existen muchos trabajos publicados que relacionan la aparición de cáncer con hábitos alimentarios poco saludables. Parece que el consumo de una dieta prudente en la que se incluyen frutas, hortalizas y verduras, cereales y pescados está relacionado con una menor prevalencia de esta enfermedad.
    Algunos trabajos parecen relacionar el consumo de ácidos grasos omega-3 con un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como pueden ser el cáncer de mama, próstata, páncreas y colon. Hay estudios que parecen respaldar la evidencia de que la administración de los ácidos grasos omega-3 eicosapentanoico (EPA) y docosahexanoico (DHA) puede reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata. En cualquier caso, son necesarios más investigaciones antes de poder constatar, de forma concluyente, el papel de los ácidos grasos de pescado en la prevención de esta enfermedad

    Fácil de digerir

    El tipo de proteínas que contiene el pescado es el factor que determina su consistencia, los cambios en su color y su sabor, su conservación y también su digestibilidad.
    En concreto, el pescado posee una proporción de colágeno inferior a la carne. El colágeno es una proteína del tejido conjuntivo que en cuerpo humano y en los animales terrestres, por ejemplo, es componente de piel, huesos, tendones y cartílagos, y que aporta dureza a los cortes de carne donde abunda.
    El colágeno se transforma en gelatina por acción del calor, de manera que la carne resulta más tierna y jugosa. Por este motivo, las carnes ricas en tejido conjuntivo precisan mayores tiempos de cocinado (carnes para guisar o estofar), a diferencia de los pescados, que por su bajo contenido en colágeno resultan más tiernos y fáciles de digerir.
    Esta composición proteica de los pescados, unida a su bajo contenido graso, sobre todo en el caso de los pescados blancos, los convierte en alimentos recomendados en caso de padecer gastritis, úlcera péptica, dispepsia o reflujo gastroesofágico, siempre y cuando no se añada mucha grasa y condimentos irritantes durante su elaboración.


    Comer pescado sólo una vez al mes puede reducir en 40 por ciento el riesgo de derrames en un hombre, se encontró en un estudio.
    Los ácidos polinsaturados omega 3 en el pescado previenen la formación de coágulos sanguíneos, la clase que sucede cuando un coágulo bloquea una arteria, según un reporte en la edición actual de "Journal of the American Medical Association".
    Una cantidad de estudios ha documentado los efectos beneficiosos de comer pescado para la prevención de cardiopatía, pero esto es sólo uno de los pocos que examina los efectos en derrames.
    La información proviene del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, que ha estudiado más de 43,000 hombres en 12 años, y que hace crónicas sobre sus hábitos dietéticos y enfermedades. Se encontró un 43 por ciento de reducción en derrames para los hombres quienes comieron de una a tres comidas de pescado al mes en comparación con quienes no ingirieron pescado.

    [​IMG]

    ¿QUÉ RIESGOS DEBEN TENERSE EN CUENTA ANTES DE CONSUMIR PESCADO?

    El pescado, los moluscos y crustáceos en el medio acuático en el que se desarrollan pueden acumular elementos minerales o contaminantes, de origen natural o artificial, así como padecer parasitosis que pueden ser un riesgo para los consumidores de los mismos:

    • Biotoxinas, acumuladas especialmente por los moluscos bivalvos (mejillones, vieiras, almejas, navajas entre otros) que se alimentan del placton marino donde están presentes estas toxinas, el fitoplacton que da lugar a las llamadas “mareas rojas”. Para evitar que lleguen al consumidor moluscos con biotoxinas, en la Unión Europea, es obligatorio que las zonas de producción de estos moluscos tengan programas de vigilancia y control analítico.
    • Presencia de anisakis, parásito de pescados y crustáceos de aguas marinas. Sólo suponen un potencial riesgo en caso de consumir pescado parasitado crudo o casi crudo, y por ello, el pescado o los crustáceos deben ser sometidos a proceso de tratamiento por calor (cocción, fritura, asado, etc.), o en caso de que vaya a ser consumido en preparación en crudo (en vinagre, ahumado en frío, marinado, sushi, etc.) congelarlo previamente durante por lo menos 24 horas y a una temperatura inferior a -20 ºC.
    • Presencia de metales pesados (mercurio, cadmio, plomo entre otros). Proceden de los vertidos naturales o por contaminación medioambiental e industrial a los mares a través de la lluvia, rías, o vertidos directos. Se trata de substancias que tienen regulados los niveles máximos tolerables en capturas destinadas a consumo humano, y sujetos por tanto a programas de control analítico por los servicios sanitarios. En general, la cantidad de estos metales pesados que se aportan en una dieta normal a través de los pescados no suponen riesgo alguno para la salud y, en cualquier caso, es mayor el beneficio que aportan los ácidos grasos omega-3 presentes en las grasas del pesado.
    • El exceso de ingesta de mercurio puede afectar al desarrollo del sistema nervioso en los primeros años de vida, y por ello se recomienda que en este periodo de edad, se sustituyan en la dieta habitual el pescado de tiburón, emperador o caballa (pescados de gran tamaño en los que pueden alcanzarse mayores concentraciones de mercurio) por otro tipo de pescado, INSISTIENDO en que es fundamental mantener el pescado en la dieta infantil, dados los beneficios que en el desarrollo cerebral tienen los ácidos grasos omega-3.
    • Las dioxinas y los llamados PCBs (policlorados bifenilos) son contaminantes producidos por los procesos de combustión y que pueden estar presentes en todos los alimentos, y por tanto también en el pescado. Pueden tener un origen natural o industrial, y han dado lugar a varias alertas alimentarias en la última década por incorporación accidental o fraudulenta en la cadena alimentaria.
    • La normativa europea tiene establecidos niveles máximos en los alimentos, existiendo programas de control. Las concentraciones presentes en los pescados son muy bajas y no suponen un riesgo, salvo en situaciones de contaminación accidental o industrial muy concretas en la que puede ser necesario limitar la pesca o cultivo marino.


    Los potenciales riesgos del consumo del pesado, moluscos y crustáceos, se evitan garantizando la adquisición en centros autorizados de productos correctamente etiquetados, sometiéndolos a una correcta preparación, y variando el tipo de pescado o molusco que se consume.[/TD]
    [/TR]
    [/TABLE]
    [/TD]
    [/TR]
    [/TABLE]
     
  2. dezaiire

    dezaiire Usuario Casual nvl. 2
    37/41

    Joined:
    Jan 21, 2010
    Messages:
    1,768
    Likes Received:
    7
    muy necesaria para la dieta de las personas por la cantidad de aporte proteico y muy baja en calorias ademas de ser tan rico
     
  3. The Philosopher

    The Philosopher Usuario Nuevo nvl. 1
    16/41

    Joined:
    Nov 27, 2009
    Messages:
    535
    Likes Received:
    0
    Muy Buena Informacion, y aun mas dando los opuestos. Gracias por comaparti =)
     
  4. ᗩмιlιe.~

    ᗩмιlιe.~ Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Joined:
    Jun 18, 2011
    Messages:
    22,424
    Likes Received:
    20
    El único pescado que me gusta es el atún... y con lechuga o en croquetas de papas... OMG!!...

    Gracias por la info :)
     
  5. nexteir

    nexteir Usuario Casual nvl. 2
    37/41

    Joined:
    Oct 15, 2006
    Messages:
    2,008
    Likes Received:
    9
    Me hice un perfil lipidico recientemente, tenia levemente alto el colesterol (bajo el hdl), y trigliceridos. Así que el ultimo mes he reemplazado casi por completo las carnes rojas por salmón, atún y reineta, y la verdad es que no me costo nada acostumbrarme al cambio de dieta. Yo antes comía carne 4 o 5 veces por semana y pescado solo 1 vez a la semana. Ahora con suerte como carne una vez a la semana, pescado unas 3 veces y el resto pollo o mariscos. Espero que con este cambio mejore mi perfil lipidico.
     
Thread Status:
Not open for further replies.