Peque se lanzó por escaleras del colegio para evitar "violación" de su primita

Pitean que los mini-matones del colegio San José, de Recoleta, lo trataban de "morsa y huacho".





Desde abril que el pequeño Leo no era el mismo. Se hacía pipí en la cama durante la noche, vomitaba a cada rato, le dolía la cabeza, no hacía las tareas y a sus 7 años se preguntaba en voz alta si los niños "tenían derecho a ser feliz".
Su abuela llevó al peque al doctor para cachar qué le sucedía y sólo le diagnosticaron un rotavirus, pero la extraña sintomatología continuó.
Recién el martes, gracias a su prima chica de 5 años, la familia supo la causa del pesar del alumno que cursa segundo básico en el colegio particular subvencionado San José, de Recoleta. La niña contó que unos compañeros bajo amenazas lo obligaron a lanzarse por las escaleras.
Karen Carreño, mamá de la niña, explicó que en ese momento su sobrino no aguantó más y soltó la papa. ¡Todos lloraron por la crudeza del matonaje!
"Nos contó que unos niños que lo apodaban morsa c..., huacho, orejón, le dijeron que querían ver su sangre derramada en el suelo, que le sacarían el corazón y si no se tiraba por las escaleras a mi hija le cortarían con unas tijeras punta roma el jumper y los calzones para violarla". El niño se lanzó para protegerla y quedó todo machucado.
Según Leo, los abusos de los matones los sufría hace tres años, pero en los últimos dos meses se habían intensificado.
"Mi nieto volvía con hambre del colegio porque sus compañeros le robaban la colación y mientras se la comían le decían con crueldad: Qué rica está", acusó Flor Muñoz.
MÁS CASOS

El miércoles a primera hora la mamá y la abuelita de Leo fueron al colegio en busca de una explicación y acusan que las recibieron de mala gana, con incredulidad, indiferencia y excusas baratas.
Molestas decidieron hacer público el clima de violencia que vivirían los peques en el colegio y en medio de un despacho de Viva la Mañana, de Canal 13, se comenzaron a sumar apoderados reclamando situaciones similares, como una niña de séptimo que agobiada por los matones les dijo a sus papás que se "quería morir".
La familia del niño se choreó por la supuesta indolencia del colegio y ya lo matriculó en otro. Su intención, más que una sanción para los agresores, es que haya un cambio en la dirección del establecimiento a cargo de Sixta Cerón. Quiere que el establecimiento tome medidas para evitar que los alumnos que continúen ahí sufran lo mismo que Leo.
"Las monjas no dicen nada al respecto, no se interiorizaron en el caso y la directora desestimó la acusación, ella dijo que son juegos de niños", acusó la abulela.
En el colegio le dijeron al diario pop que emitirían un comunicado que esperamos hasta el cierre de esta edición. En el despacho televisivo sus autoridades le bajaron el perfil a la denuncia.


Fuente: La Cuarta.