[Relato concurso] Las de abrigo rojo

Las calles de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, se engalanaron por la presencia de 5 jóvenes chilenos, pero sólo 2 serán los protagonistas de nuestra siguiente historia....

- ¿Pero a dónde cresta me llevas? - no lo sé, sigue corriendo nomás.

- Ah weón me tení corriendo como un pelotudo y querí que te siga. Explica la weá primero po, Mati.

- Mira, ¿te acordai de las dos minas que estaban súper ricas? - obvio po perro, las de abrigos rojos - dijo el amigo -. Medias minokas.

- Si culiao, esas mismas - dijo Mati, todavía agitado por la corrida.

- Esas culias, no eran de aquí.

- No po, eran del otro lado - comentó el amigo con tono risueño.

- No, no me refiero a eso. Esas locas, eran del inframundo - sentenció Mati.

- hahahahaha me estay weando conchetumare, puta y yo pensaba que vo habiai cambia'o. ¿Tu vieja sabe que volviste a la marihuana?.

Frente a un incrédulo amigo, a Mati, no le queda otra que pegarle un combo en el hocico.

- chuuuuaaaaaa qué te está pasando loco , medio cornete que me diste. Puta, hasta me sacaste un diente, hijo de perraaaaaaa - dijo furioso el amigo.


Mientras continuaban los dimes y diretes, sólo la presencia de dos mujeres pálidas, de cabellos negros azabaches, escotes prominentes, medias negras y tacos altos, hizo detener la pelea.

- Son ellas - exclamó Mati -. Corre, nos van a meter al tacho de la basura.

Por segunda vez lograban escapar de las misteriosas mujeres de aspecto tétrico como sensual. Pero, esto ya le empezaba a colmar la paciencia al amigo de Mati:

- Ah compare, sabe qué, usted se volvió aweonao o derechamente se está haciendo huequito, pero yo me voy pa'l hotel, si vo querí seguir dando vueltas como reverendo saco wea, es weá tuya, yo me viro - dijo categóricamente el amigo.

- No te podí ir weón, esas minas te tienen ficha'o, a ambos.

- Si querí que te crea, dime que significa eso de que nos quieren meter al tacho de la basura, el sólo hecho de mencionarlo es absurdo.

- Si sé, pero estas weonas son una leyenda urbana, acá. Cuenta la historia, que bajo un frío día de verano por ahí por los años 90, dos muchachas de belleza extrema, bebieron más de la cuenta, y bueno lo típico, estaban tan raja curá que no pudieron volver a casa, y nos les quedó otra que pasar la noche en el tacho de basura más cercano. Al otro día tocaba recoger la basura, y bueno ya sabes, el camión las trituró, quedando intacto nada más que un abrigo rojo, abrigo que siempre compartían como buenas amigas.

Anonadado por la historia que había escuchado, el amigo de Mati comienza a buitrear perdón a vomitar.

- Quieren vengarse de cada grupo de amigos que deja botados a los suyos, y nosotros dejamos a los otros sin avisarles - Agregó Mati.

- Pero eso no nos puede pasar a nosotros - comentó el amigo.

- Siempre las personas dicen eso, creen que nunca les puede suceder a ellos - dijo con tono misterioso Mati.

- Ya, basta Matías, estamos a media hora de la amanecida. Mira ya se comienzan a ver autos, sólo fue un buen susto, si esas minas querían webear o eran lo que dices tú, la verdad, no me interesa. Hay que volver al hotel y preparar las cosas para volver a chile.

- Sí - expresó con voz fría Mati -. Nunca Te acuerdas de tus juegos ni de tus borracheras.

Contrariado, el amigo le responde a Mati -. Estás desvariando.

- No - contestó de vuelta Mati -. Hemos estado en esto una y otra vez.

- Ya, por eso no me gusta cuando tomai ron, te poní gil - respondió aireado el amigo.

Cuando en ese instante en un arranque de locura y bravura Matí le da con un camote en la cabeza a su amigo, sin explicación alguna y semi-inconsciente, este le pregunta a Mati, ¿por qué chucha me golpeas? - Porque a esto estamos destinados, no existe lógica entre dos bohemios, aquellas muchachas de las que te conté me alcanzaron y clamé por tu ayuda pero estabas tan moto que te cagaste de la risa y mientras veías a lo lejos como ellas me llenaban el cuerpo de alcohol y me prendían fuego, tú saliste corriendo tan rápido como podías.

- ¿O sea estás muerto? - con tono de moribundo le preguntó

- Corrección, estamos muertos - con un segundo golpe, Mati sentencia la vida de quien fue en su momento un gran partner de carrete.

Cientos de veces se han reportado en Santa Cruz de la Sierra eventos paranormales, algunos cuentan ver a dos muchachas otros en cambio, dicen que se trata de dos rotos desafortunados que se enfrascaron en una disputa por dos bellas jóvenes de la zona. La verdad, no se sabe, después de todo, es una leyenda más.-

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muy entretenida tu historia

 

Esa es la esencia del misterio, que nunca se sabe.-