Cae la banda de los “Caza-Violines” en Argentina: de justicieros digitales a torturadores detenidos

Por corresponsal especial en Buenos Aires

Lo que comenzó como una supuesta cruzada contra la pedofilia terminó convertido en un oscuro espectáculo de violencia, sadismo y venganza transmitido por redes sociales. Esta semana, la policía de la Ciudad de Buenos Aires detuvo a cinco jóvenes conocidos como los “Caza-Violines”, un grupo que fingía ser menores de edad para emboscar y torturar a presuntos abusadores sexuales. Hoy enfrentan graves cargos por privación ilegítima de la libertad, coacción y lesiones.

El rostro visible del grupo era Brandon Joaquín Maldonado, un influencer de 23 años conocido en redes como “El Quechuga” o “Brandom Lee”. Con más de 500 mil seguidores entre Instagram y YouTube, él y sus cómplices —tres varones y una mujer, todos menores de 30 años, incluyendo un adolescente de 17— montaron una peligrosa puesta en escena que cruzó todos los límites de la legalidad.

El modus operandi era inquietante: se creaban perfiles falsos en aplicaciones de citas simulando ser adolescentes, organizaban encuentros con hombres adultos y los confrontaban en persona. Lo que seguía era una emboscada filmada: insultos, golpes, torturas físicas y humillaciones públicas transmitidas en vivo. En algunos videos, disponibles aún en la web, puede verse a víctimas obligadas a comer heces o recibir amenazas a sus familiares, mientras se exponen sus datos personales.

La caída del grupo se produjo gracias a la denuncia de un ciudadano venezolano de 40 años, quien relató haber sido engañado por la mujer del grupo. Ella le aseguró tener 21 años, pero antes del encuentro le envió mensajes ambiguos afirmando tener 13. Cuando acudió al lugar, fue encerrado, golpeado y humillado durante dos horas. Decidió hablar, y su testimonio desencadenó una investigación que culminó con la detención de los agresores.



Durante los allanamientos, las autoridades incautaron más de 20 teléfonos celulares, cámaras, máscaras, municiones y elementos de su producción casera. Para la Justicia, lejos de tratarse de una lucha genuina contra el abuso, el grupo construyó un show violento para obtener fama, dinero y validación en redes. Monetizaban sus videos, ofrecían contenido exclusivo para suscriptores pagos y vendían productos con sus propios eslóganes.

La opinión pública se dividió rápidamente. Mientras algunos usuarios de redes sociales los defienden como “vigilantes que hacen el trabajo que la Justicia no hace”, otros advierten que detrás del discurso moral se ocultaba un espectáculo de tortura y sadismo que trivializa un problema real y pone en peligro el Estado de derecho.

La inspiración del grupo viene de Estados Unidos, donde desde 2023 se han documentado más de 170 casos similares. Influencers que buscan “cazar” abusadores en cámara, a menudo sin pruebas sólidas ni procesos judiciales de por medio. Pero como advirtió Chris Hansen, conductor del mítico programa To Catch a Predator, estos métodos suelen terminar contaminando los casos, haciendo más difícil que los verdaderos abusadores enfrenten la justicia de forma legítima.

El caso de los “Caza-Violines” es un espejo peligroso de lo que ocurre cuando el espectáculo suplanta al sistema judicial, y cuando el morbo se disfraza de justicia. La pregunta ahora es si la sociedad está dispuesta a tolerar el castigo como entretenimiento, sin reglas ni consecuencias, o si exigirá que la lucha contra los delitos sexuales se dé dentro de los márgenes de la ley.



FUENTE: https://www.biobiochile.cl/noticias...uraban-presuntos-pedofilos-en-argentina.shtml

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Cayeron los "Caza-Violines" en Argentina | ¿Justicia o sadismo disfrazado? ⚖️

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