En 1966, la película Django, de coproducción hispano-italiana y dirigida por Sergio Corbucci, sorprendió en un género tan de moda por aquel entonces como era el spaguetti western por sus altas dosis de violencia para lo que el público estaba acostumbrado a ver en este tipo de cine. Quentin Tarantino, fan acérrimo de las películas del oeste, ha tomado el nombre de este misterioso vaquero y alguna escena inspirada en aquella cinta que le sirve de homenaje y ha compuesto un verdadero festín de sangre, violencia, atiborrado de diálogos para el recuerdo y unos personajes extraordinarios, para hablar, desde su particular sello, de la esclavitud en Estados Unidos a través de la venganza y la búsqueda de justicia de un hombre que hará lo que sea por volver a tener lo que era suyo y poner al racista en su sitio. Y, sin lugar a dudas, el director ha creado una de sus mejores películas, que no llega a la redondez absoluta de Pulp Fiction, pero se posiciona en el olimpo de sus mejores creaciones y sin duda, entusiasmará a propios y extraños. Y no solo esto, sino que además, es una película que logra entretener durante sus 2 horas y 45 minutos y eso no es decir poco. La cinta, además, puede que sea la más divertida que nos deje el cine este curso y es como una bestia enfurecida que va desplegando su cólera de menos a más a medida que avanza el metraje, mientras no deja de mostrar los horrores de una época en la historia de Norteamérica colmada de segregaciones y opresión de la raza blanca sobre la negra. Dejando de lado absurdas polémicas con compañeros de profesión, que deja a su paso por el continuo uso de la palabra nigger, Tarantino coge ese trozo de pasado de su país y lo hace saltar por los aires para, no solo homenajear a un género caduco, sino para hacerlo muy disfrutable de nuevo. Lo de resucitar profesionalmente para la fiesta a Franco Nero, protagonista del Django de los 60, es otro puntazo más. Cachonda ya desde sus títulos de crédito, el director monta un total espectáculo para provocar nuestro más puro goce, pero también para contarnos las penurias de los negros en una época terrible, sin dejar por ello de lado el humor, la ironía, la violencia y los homenajes continuos a un tipo de cine de entretenimiento ya desaparecido. Y la historia consigue envolvernos y trasladarnos al lejano oeste, gracias a un conjunto de detalles como la magnífica ambientación o la atmósfera creada por el trabajo de fotografía de Robert Richardson, habitual del director y que cuenta con tres Oscars en su haber, y que nos mete de lleno en este pasado polvoriento e indómito. Y muerde en la yugular muchas veces (con tanto matar blanquitos) y a pesar de su espíritu festivo tampoco nos deja indiferentes ante lo que vemos. La música es otro de los aciertos con los que cuenta la película, donde se mezclan clásicos de la talla de Ennio Morricone y Jerry Goldsmith con el rap de Rick Ross y 2Pac, combinación que funciona a la perfección. Director con una inventiva sin límites y una facilidad inmensa para crear diálogos perspicaces y atrevidos, se ha rodeado, para componer su western, de un cast inmejorable. Empezando por un convincente Jamie Foxx en el papel de este (en apariencia) tranquilo esclavo cuyo nombre da título a la cinta, pasando por un absolutamente maravilloso Christoph Waltz que da vida a un dentista cazarrecompensas y que por intereses varios, decidirán colaborar juntos. Y tras estos dos, tenemos a otro par de geniales interpretaciones por parte de un Leonardo DiCaprio (que ya ha demostrado con creces que es capaz de cualquier cosa como actor), en el que recae el personaje más vil del reparto, dejándose llevar por completo por este perverso y despiadado ricachón que se dedica a las peleas de mandingos y Samuel L. Jackson, otro grande, que da vida al complaciente sirviente del anterior. Y todo ello sumado a apariciones estelares de Don Johnson o Jonah Hill en una de las escenas más divertidas de toda la película. En definitiva, Tarantino ha vuelto a crear auténticos caramelos en forma de grandes papeles para todos sus actores. Ganadora de dos Globos de Oro (mejor guion original y mejor actor de reparto)Django Desencadenado es un homenaje al western con todas las de la ley, pero desde el sello de un director inconfundible, atestado de brillantes diálogos, divertidos y peligrosos personajes y reflejo de una forma de contar la historia de un período oscuro del pasado de Estados Unidos, como soloTarantino puede crear, dejándonos a todos agujereados a balazos. Lo mejor: Reparto y diálogos espléndidos Lo peor: A algunos espectadores se les hará larga Nota: 8,5
Sin duda es una buena pelicula. y por que la encuentro buena? simple, por que no tienen nada que ver con las Django anteriores que realizo corbucci y que interpreto franco nero, terence hill, george hilton etc.. es un guion totalmente diferente fresco y renovado, son casi 3 horas donde te mantiene vivo y con cosas nuevas de forma constante. tiene todo lo que tenían los famosos spaguettis western, creatividad, violencia, algo de ironía comedia y creatividad de violencia también conocido como el estilo "Explotation". la música original principal me trajo bonitos recuerdos, tanto como la final de Django el bastardo. lo único que no me gusto en si fue haberle puesto rap. pero lo demás todo bien y por otro lado Christoph walt se destaco y como dicen se comió el papel, un excelente actor. recuerdo que en bastardos sin gloria fue el personaje que destaco y demostró lo que era un buen actor de la vieja escuela. en cambio la pinturita de brad pit ahi no mas. aun asi en esa película me quedo con la original de enzo costellari =). saludos.