Mi hermana, carrete, alcohol y algo más

Como antecedente, esto había ocurrido un tiempo atrás antes de que ocurriera lo que les voy a relatar.

http://www.portalnet.cl/comunidad/r...747-vacaciones-cabana-mi-hermana-incesto.html

Después de ese incidente pasional con mi hermana Natalia en el verano, todo se enfrió rápidamente. No volvimos a mencionarlo y nisiquiera hubo alguna mirada cómplice con ella. Era como si nunca hubiera pasado. Me hacía sentir tranquilo porque nadie en mi familia sospecharía nada, pero al mismo tiempo no podía borrar aquellas imágenes tan calientes de mi mente.


Antes que terminara el verano, Erica, una amiga que no veía hace tiempo me vino a visitar a la región. Era muy querida en mi familia. Me iría a juntar con ella a ver un show de una banda funk bien conocida acá en el país. Mi hermana no tenía planes esa noche y como le caía bien Erica, la invité. Natalia aceptó encantada. Mi amiga también había invitado a otros conocidos a la tocata, asique formamos un grupo. Hicimos una previa tomando unos tragos en un local y luego nos fuimos a ver la tocata. Ya estábamos algo mareados, alguien sacó un poco de marihuana en el camino. Mi hermana nunca me había visto fumar marihuana y yo sabía que ella no fumaba, pero de igual modo se lo ofrecí casi impositivamente y con confianza, le dije:

-Dale pero solo un poquito.

Contrario a lo que yo en el fondo creía que iba a hacer, ya que Natalia es bien recatada, ella aceptó y le mandó un toque. Me asombré pero me dio gusto.

El show estaba genial y en el estado etéreo que me encontraba por la droga, la música solo formaba parte de mi cuerpo, y también en el de mi hermana, que sin darme cuenta estábamos sumamente pegados bailando el funk sincronizadamente. Ambos mirábamos el escenario yo detrás de ella. De pronto, empieza a sonar un tema bien lento. El ritmo nos obligó a menearnos lentamente, como al son de una buena culeada. Me vi detrás de mi hermana bien apegado balanceándonos lentamente. Se sentía raro pero rico. A mi hermana la quiero mucho, entonces ese momento lo sentía muy cariñoso. Aunque no tardé en rememorar aquella noche de verano que quedó inconclusa.

Ella estaba bellísima esa noche, con su hermoso pelo crespo, los jeans marcaban su cuerpo delgado pero bien formado. Una de las cosas que mas me gusta de ella son sus curvas pequeñas pero bien marcadas. Sus piernas, sus caderas, sus gluteos. Todo en su justa medida. Ella es pequeña, mide 1,58 pero bien proporcionada.

Bailabamos así pegados, yo detrás de ella. Acerqué mi cabeza con la suya, casi chocando nuestras mejillas y la abracé asímismo. Crucé mis brazos por delante suyo y ella tomó mis manos en respuesta. Estuvimos todo el largo de esa canción así. Afortunadamente después vino otra canción lenta y con contenido más sexual en sus letras. En ese momento yo creo que ambos nos sentimos incomodos. Sin embargo no nos soltamos. El lento y morboso bailoteo tan apegado ya me había hecho imaginarme cosas y la erección venía en camino. Mi pene rozando el culo de mi hermanita como si fuera el de cualquier mujer aleatoria que hubiese conocido ahí en el local.

Natalia se estira y me dice al oido:


- Me hace sentir extraña esa droga.
- Extraña ¿así cómo?- le pregunto.
- Como que todas las sensaciones están aumentadas.


Mi corazón empezaba a latir tan rápido que por la cercanía física con Natalia creo que ella también podía sentirlos.


-¿Pero te gusta?- Le pregunto
- Me encanta


No se porque eso último lo tomé como un permiso para seguir en lo que estábamos e incluso apegué más mi pene ya completamente erecto a su culo. Ya sin vergüenza ni nada. La punteaba con todas las ganas. Sentia que el forrito de mi pene de deslizaba con cada movimiento que hacía en su culo. Me estaba masturbando con ella. En un momento la miré a la cara y vi que ella estaba con los ojos cerrados, dejándose llevar por todo, el alcohol, la marihuana, la música, el sobajeo.

Esos lentos habían sido los últimos temas de la banda. Se despidieron, encendieron las luces y de pronto me vi fuera de ese transe mágico en el que estaba con Natalia. Me despedí de mi amiga que había desaparecido entre el público durante el recital y emprendimos el viaje de vuelta con Natalia.


Yo no quería que la velada terminara así repentinamente. Tomamos un taxi con Natalia y nos fuimos sentados juntos bien apegados y tomados de la mano. Sentía la vergüenza del pecador en todo momento. Ese solo hecho de llevar las manos juntas trataba de ocultarlo a los ojos del taxista. Sin embargo miraba a la belleza que tenía al lado y las ganas de comérmela estaban ahí, intactas. No sabía que hacer. No quería que se esfumara la calentura. Yo solo pensaba en besar a mi hermana. Comérmela. Darle besos calientes con mi lengua y culearmela como lo había imaginado tantas veces después de esa noche en la cabaña. La idea de sentir nuestras lenguas fraternales entrelazadas e intercambiando saliva, me provocaba algo en el estomago. Tenía su rostro tan cerca. Ella tenía los ojos cerrados, trataba de dormir. Acerqué tanto mi cara a la de ella que sentía su respiración. Estabamos a centímetros de juntar nuestras bocas. Agarré valor y tímidamente empecé a tocarle por dentro del muslo. Quería que supiera de frentón que es lo que buscaba. Después de lo que hicimos aquella noche de verano, ella sabría que no andaría con rodeos.

Al sentir mi mano en su pierna solo saltó un poquito y luego se dejó. Luego fui mas osado y simplemente le agarré la entrepierna, rozando con mi pulgar un poquito de su vientre. Ella se recogió un poco. Miré al espejo retrovisor del taxista. Él solo miraba el camino. Aprovechando que mi hermana estaba en ese estado de somnolencia le digo al oído:
-Natalia, quiero culearte esta noche.
Ella responde susurrando:
-Ya.

Entramos a la casa. Pasamos directo a su habitación. La casa es grande, sólida y totalmente alfombrada asique no hicimos nada de ruido. Los dos seguíamos volados. Ella con sus ojitos somnolientos comenzó a sacarse la ropa con dificultad yo la ayudé. Quedó solo en ropa interior de color rosado claro. Le miré su entrepierna y había una enorme mancha oscura de humedad en su vaginita. Que rico ver eso. Yo me saqué rápidamente toda la ropa también, quedé solo en calzoncillos. Ella con sus manitos sacó mi pene del calzoncillo. Estaba muy duro.


-Ay ¿Y todo esto me quieres meter? - me pregunta Natalia.


Yo consideraba que lo tengo normal, pero para su vaginita tan chica probablemente lo sentiría como bastante para ella.


- Si hermanita.- Le respondí.


Estaba tan caliente. Solo tenía en mente probar la conchita de mi hermana. Como sus labios vaginales que ya había saboreado con mi boca, esta vez apretarían mi pene. Quería saber como se sentiría estar adentro de mi hermanita. Como esas caderas pequeñas se moverían para hacer aparecer y desaparecer mi miembro entre sus piernas.


Le saqué el sostén. Le chupé sus pequeñas tetas con mucha fuerza. Sus pezones parecían de goma en mi boca.


Finalmente me atreví a romper esa barrera invisible del morbo y le di un beso calentísimo. Ella me lo respondió y después del tiritón estomacal inicial, se sentía como un beso con cualquier mujer. Pero mi mente sabía que ella no era cualquier mujer y eso le daba un morbo permanente. Que riiiiico nos besábamos. Fueron cinco minutos de besos intensos alternados con sus tetas que me comía. Nuestra lenguas se tocaban grotescamente. Se saboreaban llenas de lujuria. Me detuve, miré mi pene que tenía una enorme gota apunto de caer. Ella también lo miro y supo que estaba listo. Abrió sus piernitas y deslizó el calzón por sus piernas. Ante mi quedó su hermosa vagina. Como me gustaba su sexo. Su triángulo abundante de vellos era tan hermoso en medio de esa piel canela y esas caderas de medida justa. No podía dejar de besar aquella belleza. Su olor, como olvidarlo. Mmmm me traía recuerdos del verano.

Rápidamente acerque mi pene a su entradita, la abrí un poco con una mano y con la otra agarro mi pene y se lo acerco a su vagina. Esparcí esa enorme gota de líquido preseminal que tenía en el glande por toda su entrada antes de meterlo lentamente. Ufff que riiico….fue una sensación tan placentera en todo ese primer recorrido del pene hacia adentro, que pensé que eyacularía ahí mismo. Sentía que la vagina de mi hermana estaba hecha para mi pene. Natalia gimió con esa primera penetración y lentamente empecé a deslizarlo mas veces. Era tan rica la sensación. Mi hermana levantaba un poco su cabeza para mirar lo que le hacía allá abajo. Como buscando el origen de tanto placer y luego se apoyaba en la almohada para disfrutarlo. La penetraba lentamente como si aun estuviésemos bailando aquellas canciones lentas. No sé si habrá sido el efecto de la droga u otra cosa, pero en menos de un minuto de penetración lenta y profunda mi hermana ya tenía el primer orgasmo. Lo sentía porque su vagina apretaba mi pene con mayor fuerza en ese momento. Que riiico. Cada vez que hacía eso de apretarme el miembro me daban mas ganas de eyacular. Le tocaba su vientre tan hermoso mientras la embestía. Miraba su ombligo. La tomaba de la cintura. Sentía que Natalia era perfecta. Luego levante más sus piernas hasta casi llevarselas al lado de su cabeza y la penetré así para poder besarla mientras. Esa nueva posición le gustó también. Permitía que mi pene entrara más. Mis testículos tocaban su piel. No me había puesto condón ni nada. Yo sabía que yo estaba limpio y no me importaba si mi hermana podía tener algo, confiaba en que ella se había cuidado su salud sexual. Y como ella nunca me vió como un tipo muy mujeriego yo creo que ella también confió en mi.

Con tanto mete y saca empecé a gemir más. Ella también. Nos acercábamos los dos al orgasmo y ella me dice:


-Ándate adentro nomás. Tomo pastillas.


Eso me calentó más y seguí penetrándola. Me apuré un poco más. Nuestros pubis velludos se unían una y otra vez. Veía como mi pene brillaba y reflejaba en el liquido vaginal de mi hermana. El orgasmo se venía intenso. Ella miraba fijamente el coito. Le calentaba mirar como la penetraba. Estaba esperando ver como la llenaba de mi liquido. Me sentí con tal confianza para eyacular que me dejé llevar, ¡ufffff! tuve el mejor orgasmo de mi vida. Fue tan bueno que su vagina rebalsó con semen. No sé de donde salió tanto, pero con cada metida después salía y salía mas. Sus vellos vaginales estaban inundados con mi líquido. El rostro de mi hermana era irreconocible. De dolor, placer, no lo sé. No quería despegarme de su sexo y así comencé a sobajearle mi pene así medio flácido como estaba. Insistí hasta que se volvió a poner duro. Yo sabía que ahora me costaría eyacular nuevamente, entonces le digo a Natalia:
- Ahora te voy a culear fuerte.
Ella solo asiente con su cabeza preparandose para lo que venía.


Comienzo a meterle mi pene semierecto y con cada embestida sale más duro hasta que está listo para continuar. Embisto con fuerza a mi hermanita. Ufff… me la estaba culeando con rabia. Mi semen hacía que la penetración fuera resbalosa, exquisita. La penetraba con tanta velocidad y fuerza que se empezó a formar espuma con nuestros líquidos. Mi pubis chocaba con el suyo hasta el hueso. Natalia después me confesó que tuvo tres orgasmos seguidos que yo no me di cuenta, solo quería lograr otro mío. Taladraba y taladraba. Justo antes de alcanzarlo me llevé una de sus tetas a la boca y la apreté con mis labios mientras llegaba a mi segundo orgasmo tan bueno como el primero. Mi hermana me había rasguñado la espalda de desesperación y ahora recién me comenzaba a arder. Ya ahora con el cuerpo vacío de las hormonas que nos habían llevado a esta instancia, sentía una ligera vergüenza. Pero al ver la cara de satisfacción de mi hermana, me di cuenta que no había nada de que arrepentirse. Me quedé abrazado a ella con nuestros cuerpos húmedos por el sudor y nuestros líquidos sexuales. Al fin había logrado mi fantasía. Pero en ese momento solo pensaba en cuando se volvería a repetir. No quería que nos pillaran, pero tampoco me preocupaba como para arruinarme el momento. Estaba cultivando una peligrosa adicción que no sabía donde iría a parar.

 

^^ Me alegro que te gustase

 

Que bueno que les guste, a mi me entretiene mucho escribir.

Les aprovecho de contar que busco una pareja voluntaria para hacer un cortometraje erótico con un guión de este calibre, solo por el gusto de hacerlo. No cobro nada, no pago nada. Solo el gusto de hacer el video más caliente que esté dando vuelta por la red y chilensis. Por eso la pareja debe ser valiente y que no le importe ser parte de algo así jaja. Y quien sabe, no se nada de la industria del porno, pero quizá hasta se le pueda sacar plata a algo asi.

 

Si amigo. Es ficticio.

 

ah si bueno!…dentro del relato la idea era hacerlo creíble…pero puede que tengas razón en que el autor deba al menos dejar la incógnita fuera del relato