(2 Dic. 2013 - ESO/CA) Llamaron la atención del gran explorador lusitano Fernando de Magallanes, cuando comandando una flota para España en los mares del sur en 1520, las divisó en el cielo en una de los pocas noches de calma de las que pudo disfrutar. Hoy llevan su nombre: Las galaxias Gran y Pequeña Nubes de Magallanes. No podría imaginar el valiente almirante que en la mayor de ellas, serían descubiertas violentas escenas de nacimiento y muerte de estrellas, gracias a las observaciones realizadas casi cinco siglos más tarde desde la nación que surgiría en los territorios que el descubría para España. Imagen arriba: Nubes de gas y polvo en NGC 2035 donde nacen nuevas estrellas y que se entremezclan con polvo de estrellas que estallan como supernovas. Crédito: ESO/VLT. Utilizando el VLT (Very Large Telescope) de ESO, los astrónomos han explorado una de sus regiones menos conocidas de la mayor de las "nubes" que divisó Magallanes, la nebula llamada NGC 2035 en la Gran Nube de Magallanes (GNM) que es en realidad una enorme galaxia situada a unos 160.000 años luz de nosotros en la constelación de Dorado (El Pez Espada) y una de nuestras vecinas galácticas más cercanas. En la Gran Nube de Magallanes hay zonas de activas formación Se nuevas estrellas en regiones tan brillantes que algunas incluso pueden verse desde la Tierra a simple vista, como la Nebulosa Tarántula (eso1033). Esta nueva imagen, obtenida con el VLT (Very Large Telescope) de ESO, en el Observatorio Paranal (Chile), explora un área llamada NGC 2035 (a la derecha), apodada a veces como la Nebulosa de Cabeza de Dragón. Zoom a la zona de formación de estrellas NGC 2035 de la Gran Nube de Magallanes. NGC 2035 es una región HII, o nebulosa de emisión, consistente en nubes de gas que brillan debido a la energética radiación que emana de las estrellas jóvenes. Esta radiación arranca electrones de los átomos de gas que, finalmente, se recombinan con otros átomos y emiten luz. Mezclados con el gas vemos oscuros grumos de polvo que, más que emitir luz, la absorben, creando sinuosos caminos y oscuras formas en la nebulosa. Las formas filamentosas a la izquierda de la imagen no son el resultado del nacimiento de estrellas, sino más bien de su muerte. Fueron creadas por uno de los eventos más violentos que pueden darse en el universo: una explosión de supernova [1]. Estas explosiones son tan brillantes que, a menudo, durante un corto periodo de tiempo, iluminan toda la galaxia que las aloja antes de debilitarse y hacerse menos visibles durante semanas o meses. Mirando esta imagen puede parecer difícil hacernos una idea del verdadero tamaño de estas nubes tienen un tamaño de varios cientos de años luz. Y no están en nuestra galaxia, sino mucho más allá. La Gran Nube de Magallanes es enorme, pero comparada con nuestra galaxia es muy modesta en cuanto a su extensión, alcanzando tan solo 14.000 años luz una décima parte de nuestra Vía Láctea. Esta imagen fue obtenida utilizando el instrumento FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, que se encuentra en el Observatorio Paranal, en Chile, como parte del programa Joyas Cósmicas de ESO. Notas [1] El remanente de una explosión de supernova que vemos en esta imagen se llama SNR 0536-67.6. [2] Esta imagen procede del programa Joyas Cósmicas de ESO, una iniciativa de divulgación cuya intención es producir imágenes de objetos interesantes, llamativos o visualmente atractivos utilizando telescopios de ESO con finalidades educativas y divulgativas. El programa utiliza tiempo de observación que no puede usarse para observaciones científicas. Todos los datos obtenidos son también útiles para fines científicos, y son puestos a disposición de los astrónomos a través del archivo científico de ESO. Arriba: Carta de la Gran Nube de Magallanes donde se destaca NGC 2035 como un cículo rojo. También se ha marcado NGC 2070, la Nebulosa de la Tarántula. Crédito: ESO. Ubicación: RA: 5h 35m Dec: -66° S Fuente y Video