la orina sagrada de las monjas y de las vacas hindues iy platita para el vaticano...!

Dmh.- El oro de las monjas…


Si creías haberlo escuchado todo, te recomiendo que no te pierdas los genuinos encuentros en la radio con “Diarios de un Médico en la Historia”, escritos por el doctor Pedro Gargantilla.
Esta noche os proponemos una delirante historia tan cierta como la vida misma. Y es que a pesar de l0 que unos u otros opinen el “ingenio” del hombre por ganar dinero no tiene límites para la imaginación. ¿Cómo es posible pensar que algunas de las fortunas más grandes del planeta vengan de historias así?
¿Cuestión de suerte o una extraña forma de inspiración “divina”?
¡Enhorabuena Pedro!, es un honor hacer radio a tu lado.

Para conseguir el amarillo el pintor holandés Veermer usaba un pigmento que se llamaba amarillo indio y que desde el siglo XV se obtenía en la India a partir de la evaporación de la orina de las vacas. No valía la orina de cualquier vaca, sólo aquellas que habían recibido una alimentación a base de hojas de mango y agua.
A comienzos del siglo XX este pigmento fue prohibido, no por el olor nauseabundo que desprendía, sino porque una alimentación tan precaria, a base de mango y agua, minaba la salud de las vacas.

Hablando de vacas hindúes. En esta cultura las vacas cebú son sagradas y el que mata una vaca además de tener problemas con la justicia recibirá el premio del castigo eterno, ya que cuando se muera se reencarnará en un demonio.
Volviendo al elemento amarillo, la orina de estas vacas es considerada por las autoridades sanitarias hindúes como un elemento con numerosas cualidades saludables para el organismo humano. Afirman que es capaz de matar microbios y que además es buena para el hígado.
Unos empresarios hindúes han visto en ella un producto rentable y están a punto de lanzar al mercado un refresco elaborado con orina de vaca. Sus pretensiones son tan altas que piensan que es probable que pueda desbancar en su país a la Coca-cola. En fin. ¿Cosas de los hindúes? En absoluto, esperen y verán.



En Occidente hemos comprobado que la orina de vaca, bien sea española, austriaca, suiza o canadiense, la que sea, tiene propiedades germicidas y antimicrobianas, vamos que podemos usarla para combatir las infecciones.
El Servicio de Investigación Agraria de Asturias se ha puesto manos a la obra y mediante unos curiosos dispositivos, un especie de dodoties diseñados especialmente para vacas que se fabrican a partir de las cámaras de neumáticos de vehículos usados consiguen obtener cantidades industriales de orina de vaca. La verdad es que no es para menos, ya que se calcula que un solo ejemplar produce diariamente 20 litros de orina.
Dejemos la orina vacuna y pasemos a la humana. Hace ya varias décadas que se observó que la orina de las mujeres menopaúsicas contienen elevadas cantidades de una sustancia llamada gonadotropina. Esta sustancia natural se utiliza para elaborar un fármaco que se emplea en el tratamiento de la esterilidad. Por este motivo los sesudos directivos de las empresas farmacéuticas se lanzaron como locos a conseguir grandes cantidades de orina de mujeres menopaúsicas. ¿En dónde podían conseguir este codiciado líquido?


La respuesta parecía sencilla en los conventos. ¡Dicho y hecho! La empresa farmacéutica Serono, con el consentimiento del Vaticano, se dedicó durante años a recoger las muestras de orina de los conventos italianos.
Diariamente un camión cisterna hacía su recorrido y recogía la orina cargada de gonadotropinas. A continuación se procesaba y se conseguía obtener la sustancia que permitía a una mujer estéril poder tener descendencia.
Los beneficios de este negocio debían ser pingues, sino como se entiende que en 1954, utilizando el Instituto de Obras de Religión, el Vaticano se hiciese con la mayoría de las acciones de la empresa Serono. Sin embargo, poco le duró el chollo ya que en 1968 la familia Bertarelli se hizo cargo de las riendas de la empresa y volvió a adquirir el control de Serono.
¿Qué de que le suena el apellido de Bertarelli? Pues es posible que les sea muy familiar porque en los años 2003 y 2007 Ernesto Bertarelli ganó la Copa América de Vela, con la bandera de un país que no tiene puerto de mar, Suiza. Este hombre se encuentra actualmente en el puesto número 73º en la lista de los hombres más ricos del mundo. Y su privilegiada situación se debe, en parte, gracias a las aguas menores de las monjas italianas. ¡Cosas de la vida!