Escritos en la piel: El arte del tatuaje a través del tiemp

Esto no es un decálogo que pretende convencerlos del valor de los tatuajes. Es un momento íntimo que nos recuerda que hay visiones del mundo distintas que son válidas y valiosas. Que hay ideas que vienen desde tiempo atrás y que por diferentes razones culturales se implantan en los modelos de sociedad como la nuestra. Los tatuajes son entonces una expresión de los sentimientos, de las frustraciones, del encanto, de la rebeldía, de la necesidad de expresión de algunas personas.

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Desde tiempos remotos en la historia de la humanidad los tatuajes han tenido un papel importante dentro de la forma en la que algunos pueblos se identificaban. Cada cultura los adoptó de una forma particular desde herramienta para diferenciar escalas socio - culturales hasta elementos para darle sentido y significado a los rituales adquiriendo un simbolismo particular.

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Diferentes culturas adoptaron el tatuaje dentro de su cultura. Polinesia fue, quizás, la cultura que más se centró (y aún lo hace) en darle importancia a esta práctica. Los usaron como ornamentación corporal, práctica que comenzaba a muy temprana edad y se prolongaba hasta que no quedara región del cuerpo libre. Pero dentro de esta cultura el tatuaje iba más allá, daba jerarquía a quienes los llevaba en su piel. Los maoríes también los usaban, pero lo hacían para salir a los campos de batalla. Cada dibujo que los guerreros llevaban en la piel contaba parte de su estrategia de guerra.

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En Japón en Taroko, un pueblo indígena de Taiwán, se tenía la costumbre, antes de la invasión a esta isla, que las mujeres se hacían tatuajes faciales al llegar a la adultez. Una vez que las jóvenes aprendían a tejer y los jóvenes aprendían a cazar, se hacían tatuajes en el rostro. Se creía que solamente aquellos que llevaran tatuajes faciales serían autorizados a cruzar el Puente del Arco Iris hacia el cielo después de la muerte. En Egipto el caso era similar porque eran las mujeres quienes se tatuaban ya que los tatuajes tenían poderes protectores y mágicos.

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Y de un lado para otro del mundo, los tatuajes han protagonizado parte de las expresiones simbólicas de las culturas y de su relación con sus cuerpos. Medio Oriente, Japón, Asia, América del Norte y del Sur, Centroamérica, África, todos estos lugares han sido permeados por esta práctica y el poder metafórico que ella tiene.



En Occidente el tatuaje se difundió gracias a los exploradores de los siglos XVIII y XIX, de los viajes de conquista que avalaron reyes y monarcas. Uno de ellos, el capitán Cook, describió en uno de sus libros el proceso antiguo del tatuaje que vio en los indígenas de las Islas Marquesas:

dijo:
"Manchan sus cuerpos pinchando la piel con los instrumentos pequeños hechos del hueso, que estampan o mezclan el humo de una tuerca aceitosa [...] En esta operación, que es llamada por los naturales "tattaw", las hojas dejan una marca indeleble en la piel. Se realiza generalmente cuando tienen cerca de diez o doce años de la edad y en diversas partes del cuerpo."

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Este conocimiento de lo "desconocido" se volvió una práctica muy popular haciendo que muchos jóvenes y adultos lo adopten dentro de sus representaciones.

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Las sociedades actuales al ser más complejas no le dan una razón grupal a los tatuajes, no los toman como formas de poder, de distinción, de castigo, de dolor o de algo sobre natural que sea entendido por todos los que están en contacto.

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Estas son decisiones netamente individuales, o de grupos pequeños, que hacen que tengan una representación particular ligado a las experiencias y necesidades personales.

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Está claro que lo que para mí es un símbolo de poder para otro puede ser una simple imagen, algo que no tiene ninguna connotación relevante. Los tatuajes son escritos en el cuerpo que nos hacen identificarnos a nosotros mismos. Que nos hacen recordar momentos en nuestras vidas, nos hacen tener claras algunas convicciones y en algunos casos nos hacen recordar algunos de nuestros amores.

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