El -casi- trío

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por RM_1994, 22 Ago 2024.

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  1. RM_1994

    RM_1994 Usuario Nuevo nvl. 1
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    El -casi- trío

    En la vida hay que ir con la verdad por delante, y, digámoslo, en este país todo el mundo tiene un casi casi que lo separó de la gloria: momentos que por su potencial de transformar la vida se recuerdan con anhelo y aprecio, y que, por lo demás, convenientemente se comentan en cada tertulia alcohólica de fin de semana. Ustedes seguramente escucharon a más de alguno que estuvo a punto de jugar en ese gran club donde no debutó finalmente, otros que fueron promesas educativas que nunca lograron terminar, y así, un sinfín de casi logros que se agolpan en nuestros barrios y comunidades. A tal punto está en nuestro lenguaje que inclusive se ha colado en nuestras expresiones diarias como “los casi algos” para designar esos amores que no terminaron de cuajar.

    En fin, esta es la historia de un casi trío, la opera prima de mis relatos eróticos. Espero que les guste.

    Corría el año 2018 -o por ahí-, tenía poco más de 22 años y venía saliendo de una relación larga de más de 5 (mi única relación formal hasta entonces). Nunca he sido mucho de fiestas y no tenía mucha experiencia acercándome a las chicas y es menester aclarar que, antes de mi relación, era bastante parco y quizás demasiado nerd. Sin embargo, poco antes del relato tuve un despertar sexual transformador y había aprendido a sacarle partido a saber juntar un par de palabras e hilar unas cuantas ideas con sentido del humor y pasión.

    Era una noche larga en la parte alta de La Florida, justo al pie del cerro, una casa grande y linda. Para entonces estaba en forma, y era un mocetón trigueño de no mal mirar -cerca de 1,80-, con energía bullante y personalidad chispeante. Habíamos organizado una fiesta de amigos del trabajo, en la cual éramos cerca de 20 personas, la mayoría jóvenes de 20 a 30 años como mucho. En resumen, era un espacio donde no faltaba ni dinero ni juventud.

    La fiesta comenzó normal; tabaco, cigarros, marihuana, cocaví, etc. Algunos conversaban y otros bailaban. Las parejas se hacían marca de lado y lado y comenzaban a saltar a la vista, poco a poco, las solteras y aquellas dispuestas a pasarlo bien. En su mayoría la belleza -que es juventud- se repartía de la media hacia arriba y la temperatura y la música comenzaban a subir inversamente a la baja en la potencia de las luces.

    Ya entonado miraba a mis compañeras, que, para efecto del relato las presentaré a medida que interactué con ellas. La primera de ellas, Fabiola: trigueña, 1,60, cuerpo perfecto y cara de ángel. Quizás la más deseada de la noche, vegana y buena gente (combinación poco habitual), con toque de señorita pero con tatuajes en sus muslos que le daban un toque a suicide girl. Llevaba una faldita corta que mostraba sus piernas y una camisa blanca escotada que cubría sus suaves senos. Nadie se atrevía a sacarla a bailar así que me acerqué. Perreamos como si no hubiera mañana, de espaldas y hasta abajo. Por largo rato pude tocar lo que todos anhelaban, tenía mis manos en su grupa y con el roce sentía el calor de su entrepierna y la hermosa curva de sus nalgas en forma de corazón. En la espalda podía sentir el ardor de mis compañeros llenos de la envidia y muertos de dolor. Spoiler: nadie volvió a tener ese honor mientras duró la noche.

    Por desgracia esa aventura no podía prosperar puesto que ella tenía un pololo de años. Empero me había ungido con su mano de ángel y para efectos de la noche, parecía estar bendito. De ahí en más la noche solo iría subiendo en niveles de erotismo. Iniciamos una conversación de a 5 un par de compañeros y 3 chicas. Rápidamente, uno de mis compañeros, más avispado que yo, comenzó con los retos de besos de a 3. Dos de las chicas eran amigas -las protagonistas del relato para más adelante-, y una morena de pelo largo y negro, muy guapa y de bonito cuerpo que nos costó convencer de unirse a los besos y a la que me quería comer. El costo que pagué por convencerla fue besarnos con mis compañeros, pero bueno, hay que hacer sacrificios jaja.

    Logré llevar a bailar a la morena, pero no conseguí sacarle nada durante la noche. Se cuidaba mucho de no mostrarse muy atrevida y, por lo que me dijeron luego, se debía a que buscaba algo serio porque era madre soltera y quería sentar cabeza.

    Luego de separarme de ella fui a servirme algo y volví a la pista de baile. Ya se habían armado algunas parejas y comenzaban las dinámicas de baile colectivo. En uno de esos momentos quedamos bailando un compañero, yo y una compañera. Romina era algo mayor a la media del grupo, la cual tendría por entonces unos 35 años. Era pelirroja, blanca, no muy agraciada de cara pero con una cara de caliente y un culo gigante. Solo llevaba un vestidito blanco con encajes y un colaless negro que destacaba a la vista. Nos bailaba dándose vuelta de lado y lado, meneándose a uno y otro entre nuestros paquetes. La situación pudo darse para más, pero habían muchos ojos y no convenía para futuras ocasiones verse tan públicamente en esa situación.

    Ya con toda esa estimulación, la fiesta seguía y eran cerca de las 4 de la mañana. Algunas personas se retiraron y la noche se fue poniendo más íntima. Un par de idas al baño y se podía escuchar a la pelirroja Romina recibiendo en alguna de las piezas del segundo piso. Mientras que en el piso de abajo estaban aún las dos chicas mencionadas: Claudia, una morena de hermosos senos, tatuajes en el hombro y en los muslos, trasero normal y cara ligeramente pasable. Llevaba una falta negra corta y una polera de pabilo blanca escotada. La otra, pelirroja, -Lorena-, de tez blanca, lindos senos, gran trasero y una cara de caliente que ni la maternidad puede maquillar.

    Me acerqué a ellas, ya habían caído la mayoría de los combatientes, solo el amigo del beso de a 3 seguía en pie (aunque no por mucho) así que bailamos prácticamente solos en la pista. Una delante y la otra atrás. Con cada canción aprovechaba de agarrar de adelante y atrás. Todo parecía apuntar a que por fin se daría algo, pero, la dueña de casa dio por finalizada la jornada antes de que pudiera prender del todo. Así que ya medio vencido, conversamos un poco, tomamos un poco más y decidieron irse. Ni tonto ni perezoso me ofrecí a acompañarlas a la micro.

    Nos despedimos y salimos. No logro recordar cómo ni quien empezó, pero en la calle nos íbamos agarrando entre los tres como locos. Me comía a una y otra y ambas a la vez. Era el sueño del pibe, caminaba con una mano puesta en cada culito. Estuvimos 40 min así, hasta que subimos a la micro. Fuimos directo atrás y solo subía la temperatura. Las chiquillas se iban sacando la ropa y pude tocar sus pechos. Pero, para mi mala suerte la gente comenzaba a subir y ya nos miraban raro. Aunque eso no nos cohibía demasiado solo necesitábamos llegar a un lado luego donde poder triangular finalmente sin tapujos.

    Así todo parecía que iba a pasar de verdad. Hasta que…

    ME BAJÉ DE LA MICRO. Sí, de manera inconsciente vi la parada de mi casa y me bajé. Había tomado tanto y -a pesar de la calentura- tenía tanto sueño y cansancio de toda la noche bailando que cometí esa estupidez.

    Ahh, me gustaría decir que ha sido la única oportunidad desperdiciada por mi idiotez, pero no será la única. A veces fantaseo pensando en lo que hubiera pasado y aún no puedo sacarme esta espinita del cuerpo. De las chicas no supe más, y tiempo después también perdería la oportunidad de un trio con unas hermanas, con las que solo pude estar por separado.

    Y eso es. Quise partir con este relato, como una especie de homenaje a este país de los casi casi. Y porque creo que es más fructífero hablar primero desde “la autoridad del fracaso” que de la complacencia tan abundante de hoy en día del triunfo.

    FIN
     
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  2. Yorshua D.

    Yorshua D. Usuario Nuevo nvl. 1
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    Buen relato amigo, a veces esas oportunidades las dejamos pasar, asimilo mucho este relato a temas que tambien me han pasado y quedan en el casi casi.
    Esta bien arrepentirse en el momento yo lo he hecho, despues solo dar vuelta la pagina, no sirve preguntarse que hubiera pasado.
     
  3. Conwok

    Conwok Usuario Casual nvl. 2
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    ufff vay a pensar y fantesear con esa ocasion toda tu vida...
    te vay a pasar mil peliculas e inventar historias en tu cabeza de que pudo haber pasado...

    oportunidad unica, tenias que seguir hasta donde sea...
     
  4. Sole1977

    Sole1977 Usuario Casual nvl. 2
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    Yo casi, casi me gane 250 millones de pesos.

    Pero en fin, tienes razon. No hagas cosas de las cuales te arrepientas despues, claro que cuando decides ... no estas en el futuro.
     
  5. buggynight

    buggynight Usuario Nuevo nvl. 1
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    Loco, espero que te hayas sacaco la bala, x q ese era trio segurísimo.