El Canterano (Parte 2)

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 22 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Después de unos días mensajeándonos con este niño al que llamaremos Juan, decidí por fin darle una oportunidad para poder salir y conocernos mejor. El chiquillo se estaba portando super bien conmigo, no era barsa y era super atento conmigo. Algo que me gusta mucho de un hombre, o de un niño en este caso jajaja.
Cata seguía saliendo con el otro niño y lo tenía como tiramigo o amigo con ventaja por así decirlo. Me dijo que el chiquillo era empeñoso jajaja, con Rut nos reíamos porque nunca nos imaginamos a Cata estando con un niñito.
En fin, esta historia no se trata de Cata, sino que de mi. ¿Quedó claro? jiji.
Las semanas pasaban, me empecé a llevar muy bien con Juanito y me invitaba a verlo en los partidos que jugaban los chicos por el equipo. Así que como no iba mucha gente, nadie me reconocería jajjaja, podía pasar lo mejor como la hermana mayor de alguno de los jugadores. Cata obviamente iba a ver a su niño y yo al mío jajaja, para cuidarlos.
Juan no jugaba para nada mal, defendía bastante bien y competíamos con Cata por ver quién era mejor jugando jajaja. Habiendo pasado un tiempo, Juan me invitó a ver una peli a la pensión en la que se estaba quedando, por lo que acepté. Yo ya me sabía esa de la película jaja, así que me preparé igual para lo que fuera que llegara a pasar. Juan se había estado ganando muchos puntos conmigo, así que podía corresponderle de alguna manera.
Esa tarde pasé a comprar algo para picar y me junté con Juan en una esquina que me dijo. Ahí me llevó a su pensión y entramos a su pieza, donde tenía bastante ordenado para mis expectativas jaja. Tenía posters de futbolistas, la tele encendida, un escritorio con su sillita el closet en una esquinita y la cama junto al escritorio.
Igual era una pieza bastante chiquita, ni se comparaba con la pieza que tuve cuando me alojé en una casa anteriormente, quizás muchos se acuerden de esa época que publiqué en relatos anteriores.
Me senté en la cama y me apoyé en el muro mientras Juan preparaba la peli. Estuvimos un ratito viendo hasta que ocurrió lo que me esperaba. Juan me tomó la mano así bien lentito y yo se la entregué como niña agradable y simpática que soy.
Me empezó a hacer cariño en la mano, en el brazo y luego de un rato ya se estaba poniendo medio coqueto conmigo. Me hice de rogar un poco, pero al final cedí un poco hasta que acabamos besándonos. La película ya había avanzado bastante y me recosté para quedar más cómoda. Él estaba sobre mi besándome (no encima mío tampoco), se ponía cada vez más rica la situación y yo me estaba dejando llevar. Los besos se empezaron a volver más apasionados y yo no me aguantaba las ganas de gemirle en el oído. Nuestra respiración se había vuelto muy agitada y finalmente se decidió a intentar ponerse encima de mi. Lo ayudó abriendo las piernas para que se ubicara bien y ahí empezamos con un quemarropa que la prometo, que de verdad me calentó demasiado. Él se empezó a mover como si estuviera penetrándome y yo jadeaba de lo puro caliente que estaba. Bajó a besarme la parte superior del pecho y el cuello, yo lo apretaba como podía porque estaba muy ganosa jaja. Pero todo se fue al carajo cuando de pronto la puerta estaba siendo golpeada por alguien.
Me asusté más que la miercale, Juan se me quitó de encima como si fuera Flash y preguntó quién era. Se trataba de la señora de la pensión. Escuché a la señora decirle: "Oiga mijito, esa niñita a qué hora se va a ir? Se está haciendo muy tarde ya". Juan se puso palidísimo cuando escuchó eso jajja y yo no me aguantaba la risa. Me tapé la boca para no hacer ruido y él le respondió que ya iba a ir a dejarme.
La señora se fue y ahí quedamos mirándonos jajajaja, él se arregló la polera y yo me peiné un poco. Habíamos dejado la cama algo desordenada y la película estaba casi terminando jjajaaj.
Se enojó un poquito igual, le habían jodido toda la onda jaja. Le dije que no se preocupara, que no pasaba nada. Así que decidí irme. Él me fue a dejar a la puerta y ahí me fui de camino a mi depa.
Estando en el depa, recibí un mensaje de Juan pidiendo disculpas otra vez jajaja... A mi me estaba gustando este niño, me había sentido como una quinceañera sabiendo que la señora de la pensión podía haber entrado y habernos visto ahí en pleno subidón de calentura.
Pero igual latero joderle la onda a Juan de esa forma, preferí no tomarle el tema y lo invité a salir por mi propia cuenta para otro día.
Habrá pasado una semanita hasta que nos juntamos de nuevo, porque él igual estaba entrenando. Lo llevé a comer al mall y pasamos la tarde paseando por ahí. Al otro día tenía un partido y me dejó invitada de una, yo le dije que no me lo perdería y que ahí estaría, de esa forma podíamos juntarnos esa tarde para compartir.

Esta historia la seguiré contando en un ratito más dejaré esta parte por aquí y seguiré con la tercera parte enseguida. Espero que estén disfrutando de mis publicaciones, porque vienen de todas las cosas que he vivido a lo largo de mi cortita vida jiji...
Los quiero a todos quienes me mensajean con buena onda y con respeto. Son los mejores Se lo merecen todo.