'Holodomor', el genocidio que quiso ocultar Stalin: La gran hambruna ucraniana

Tema en 'Historia' iniciado por RICHARD_WHITMAN, 25 Abr 2021.

  1. RICHARD_WHITMAN

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    'Holodomor', el genocidio que quiso ocultar Stalin

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    Los campesinos ucranianos sufrieron primero la confiscación de sus tierras y después de sus alimentos.

    Hasta la segunda mitad de los años 80 del siglo pasado eran muy pocos los que habían escuchado una extraña palabra de origen ucraniano detrás de la cual se ocultaba una de las mayores masacres del comunismo soviético. Como había ocurrido en los años 60 con la aparición de El Gran Terror, el primer estudio sobre las purgas estalinistas de los años 30, fue el historiador británico Robert Conquest quien, con la publicación de La cosecha del dolor en 1986, volvió a desafiar a los complacientes intelectuales occidentales (empeñados en presentar el despiadado régimen soviético como la realización política del paraíso revolucionario), desvelando lo que Stalin se había esforzado en ocultar mediante la destrucción de pruebas documentales: el genocidio ucraniano que acabó con la vida de casi cuatro millones de personas con un método especialmente cruel: el hambre. Porque eso es lo que literalmente significa el término Holodomor: exterminio físico a través del hambre.

    La obra de Conquest, escrita antes de la caída del Muro en 1989, significó un primer acercamiento a un hecho histórico que define como pocos la naturaleza criminal y asesina del régimen totalitario surgido del golpe bolchevique de 1917. Esa es una de las conclusiones que se desprenden de la lectura de Hambruna Roja, publicado en España por la editorial Debate, la obra en la que la historiadora estadounidense Anne Applebaum detalla cómo se planificó y se llevó a cabo un programa conscientemente diseñado por el Estado soviético con una doble finalidad política: eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a la colectivización forzosa de las tierra agrícolas, sobre todo a los kulaks, pequeños propietarios de tierras y ganado; y, además, reprimir cualquier síntoma de nacionalismo ucraniano.

    "Stalin", explica Applebaum a EL MUNDO en la sede madrileña del Instituto Aspen, "conocía la hambruna que sufría el país a comienzos de los años 30. Sin embargo, tomó la intencionada determinación en 1932 de endurecer las condiciones en Ucrania, incluyendo decenas de granjas colectivas y aldeas en las listas negras, bloqueando las fronteras del país para que la gente no pudiera irse y creando unas brigadas de incautación que iban de casa en casa quedándose con la comida de los campesinos. No se trata, por tanto, de una hambruna provocada por la meteorología o por la sequía. Ni siquiera por el caos. Y eso es lo que causó ese repunte en la mortalidad que se produjo en la primavera del 33, un patrón completamente diferente en Ucrania a lo que ocurrió en otros lugares de la URSS como Rusia o Kazajstán, donde también afectó la hambruna. De hecho, de los casi cinco millones de muertos en todo el país, unos 3,9 millones eran ucranianos".

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    Anne Applebaum.

    Las causas de esa intervención fueron principalmente políticas, explica Applebaum, ganadora del Pulitzer en 2004 por su monumental Gulag. Historia de los campos de concentración soviéticos, columnista del Washington Post y especialista en los estudios sobre la URSS. "La hambruna fue un intento de acabar con el movimiento nacional ucraniano, porque Stalin tenía miedo de que volviesen a surgir las revueltas campesinas que en 1918 habían expulsado a los bolcheviques. El nacionalismo ucraniano se definía como proeuropeo y antiMoscú, es decir, cuestionaba la ideología bolchevique. No hay que olvidar que hoy hay mucha documentación de la que antes se carecía, incluidas cartas que escribió Stalin a dirigentes locales, en las que se habla de Ucrania como un problema muy concreto y muy especial. Stalin lo conocía bien, había estado allí durante la Guerra Civil y había sido comisario de Nacionalidades".

    En una de esas cartas que Applebaum recoge en su obra, la destinada al escritor y dirigente Mijail Shólojov, Stalin no hablaba de los campesinos muertos como víctimas, sino como perpetradores. "Jamás negó, ni a Shólojov ni a nadie, que los campesinos hubiesen muerto por la hambruna causada por la política estatal de 1933, y desde luego, jamás se disculpó por ello (...) Al contrario, señaló con firmeza a aquellos que estaban muriendo como los responsables de la escasez de alimentos y las muertes en masa".

    Porque después de la hecatombe que supuso el experimento, hubo que buscar culpables. "Stalin", continúa Applebaum, «que no hacía sino interpretar y continuar la línea de pensamiento de Lenin, partía de la teoría marxista sobre la colectivización. No hay duda de que él pensaba que tendría éxito. Por eso la puso en práctica. Y cuando vio el fracaso no quiso reconocer que la teoría era errónea, por lo que recurrió a los saboteadores, a los espías, a los nacionalistas ucranianos y a los viejos campesinos, empeñados todos en que no tuviera éxito la revolución. Gran parte de la violencia soviética se debe a esto, a que su interpretación del marxismo fue un fracaso y no querían admitirlo. Por eso, extrañó que en el 89 los comunistas tiraran la toalla y no intentaran resistirse. Cuando cayó el Muro, podían haber disparado contra la gente para impedir que cruzaran, pero no lo hicieron porque no creían ya en su propia ideología".

    Las medidas especiales contra los ucranianos, que no se limitaron a los campesinos, sino que afectaron a la élite cultural, intelectual y religiosa de la república, se detuvieron en el verano de 1933, no porque Stalin tuviese ningún respeto a la vida, que no lo tenía, sino porque se dio cuenta de que faltaban agricultores para seguir trabajando la tierra más fértil del territorio y hubo que trasladar a miles de personas para reponer la mano de obra eliminada tras un genocidio cuyo objetivo era la aniquilación política y culturalmente de la nación ucraniana.

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    Campesinos expulsados de su vivienda y de sus tierras.

    Pero Applebaum, que reside en Polonia y conoce bien la realidad de las ex repúblicas comunistas, como dejó constancia en El Telón de Acero. La destrucción de la Europa del Este, 1944-1956, afirma que conocer las causas de la hambruna ucraniana ayuda a explicar la Ucrania actual y "por qué Rusia continúa percibiendo una Ucrania independiente y soberana como una amenaza. Putin tiene miedo de que los rusos puedan ser infectados por movimientos ucranianos como los que tuvieron lugar en la Plaza Maidán de Kiev en 2014. No tienen ese mismo miedo con Polonia o los estados bálticos. Pero Ucrania es un país que los rusos consideran muy cercano, porque ha sido parte de su imperio durante muchos siglos y consideran que el rechazo de Ucrania al liderazgo ruso podría desestabilizar todo el país".

    Fuente:
    https://www.elmundo.es/cultura/2019/01/25/5c4a22a4fdddff011b8b458a.html

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    Holodomor, la gran hambruna ucraniana

    La colectivización forzosa impuesta por Iósif Stalin condenó a una cruel muerte por inanición a unos siete millones de personas en toda la Unión Soviética, particularmente en Ucrania. El aparato del Estado requisó cosechas y alimentos y cercó poblaciones enteras para que nadie pudiera salir, sentenciando a sus habitantes a una muerte segura.

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    "Honorable camarada Stalin, ¿hay alguna ley del Gobierno soviético que establezca que los aldeanos deban pasar hambre? ¿Por qué nosotros, los trabajadores de las granjas colectivas, no hemos tenido una rebanada de pan en nuestra granja desde el 1 de enero? ¿Cómo vamos a construir la economía del pueblo socialista si estamos condenados a morir de hambre? ¿Para que caímos en el frente de batalla? ¿Para pasar hambre? ¿Para ver a nuestros hijos sufrir y morir de inanición?".
    Estas palabras fueron escritas en la primavera de 1932 por un grupo de campesinos ucranianos, quienes viendo morir de hambre a sus familias, decidieron escribir al Kremlin para intentar conseguir una solución a la terrible hambruna que estaban sufriendo.

    El grano oculto

    Ucrania, Kazajastán y el norte del Cáucaso fueron las regiones más castigadas por la "colectivización forzosa" propuesta por el Estado. Esta obligaba al campesinado a convertirse en proletario. A finales de 1927 estalló la llamada "crisis de las cosechas", cuando se produjo una caída espectacular en las entregas de los productos agrícolas a los organismos del Estado y se agravó en 1928, cuando los campesinos sólo pudieron entregar 4,8 millones de toneladas en lugar de los 6,8 millones del año anterior.

    Aquella situación proporcionó a Stalin el pretexto perfecto para intervenir directamente en Ucrania. Como respuesta a aquella crisis, la Unión Soviética puso en marcha un plan quinquenal encaminado a desarrollar un ambicioso proyecto económico además de proceder a la modernización de la industria pesada en todo el país. Y una de sus propuestas estrella consistía en que fueran las exportaciones de trigo quienes pagaran la factura: la exportaciones de trigo ucraniano.

    A partir de 1930, destacamentos de la Dirección Política del Estado (GPU) comenzaron a requisar de forma abusiva el grano y el trigo ucranianos, dejando las tierras sin las semillas necesarias para que pudieran germinar, ni tampoco dieron tiempo suficiente a la tierra para que se pudiera volver a plantar.

    Confiscación o prisión

    El 7 de agosto de 1932 se aprobó la Ley de las Espigas, que establecía castigos para todos aquellos que estuviesen en contra de la confiscación y, sobre todo, para todos los campesinos que se atreviesen a robar grano. De esa manera, se impusieron penas de prisión a muchas personas que fueron encarceladas en centros penitenciarios de las ciudades de Balashevo o Elan. A pesar de aquellas medidas, los robos fruto de la desesperación fueron tan elevados que las autoridades crearon tribunales para dictar penas de muerte a los saqueadores. Según registros de la época, bajo el paraguas jurídico de la Ley de las Espigas se ejecutó a 5.400 personas y 125.000 más fueron enviadas a los gulags de Siberia.

    Temeroso de una contrarrevolución, Stalin tenía muy presente la revuelta de los campesinos ucranianos durante la Guerra Civil Rusa que tuvo lugar entre 1918 y 1921. Conocedor de la hambruna que sufría el país a comienzos de los años treinta, en 1932 tomó la decisión de endurecer las condiciones en Ucrania, bloqueando las fronteras del país para que la gente no pudiera salir y creando unas brigadas que iban de casa en casa confiscando la comida de los campesinos.

    Muertos de hambre

    Conocido como Holodomor, palabra ucraniana que significa "matar de hambre", el programa diseñado por el Estado soviético tenía una doble finalidad: por una parte pretendía eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a las colectivizaciones forzosas de sus tierras, sobre todo a los kulaks, pequeños propietarios de tierras y ganado, y, por otra, reprimir cualquier síntoma de rebrote del nacionalismo ucraniano que se definía como proeuropeo y anti Moscú.

    En apenas unos meses, a comienzos de la primavera de 1932, los campesinos ucranianos empezaron a morir de hambre. Algunos documentos hablan de niños con el vientre hinchado por la falta de alimento, familias enteras obligadas a alimentarse de hierba o cortezas de roble, e incluso se comían a los perros y a los gatos. La situación llegó a tal punto que algunos historiadores afirman que en las zonas rurales más pobres se generalizó el canibalismo y los cadáveres se agolpaban en las calles porque nadie tenía fuerzas para poder darles sepultura.

    Un panorama desolador

    En la obra Todo fluye, del ucraniano Vasili Grossman, el autor describe los efectos de la hambruna de la siguiente manera: "Al principio el hambre te echa de casa. Primero es un fuego que te quema, te atormenta, te desgarra las tripas y el alma: el hombre huye de casa [...]. Luego llega el día en que el hambriento vuelve atrás, se arrastra hasta casa. Esto significa que el hambre le ha vencido, aquel hombre ya no se salvará. Se mete en la cama y permanece tumbado. Una vez el hambre lo ha vencido, el hombre ya no se levantará, no solo porque ya no tenga fuerzas: le falta interés, ya no quiere vivir. Se queda tumbado en silencio y no quiere que nadie lo toque. El hambriento no quiere comer [...] no quiere que le molesten: quiere que le dejen en paz".

    De los campos de trigo llegaba un hedor insoportable, y la gente hambrienta se arrastraba hasta allí para cortar las espigas y comérselas, pero al no poder digerirlas morían allí mismo. Era tal la cantidad de cadáveres que se acumulaban en los campos, que los soldados de la GPU tuvieron que emplear trenes para retirar los cuerpos sin vida y cavar gigantescas fosas comunes para evitar que se propagasen enfermedades. Los campesinos que eran capturados por la GPU eran sometidos a terribles torturas en los centros de detención.

    El silencio culpable

    Nadezhda Alilúyeva, segunda esposa de Stalin, pidió a su marido que reconsiderase su política en Ucrania. Nadezhda se había negado a llevar la vida cómoda que le ofrecía el Kremlin y quiso ingresar en la Escuela Técnica. Allí descubrió la realidad de la miserable vida que llevaba la mayoría de la población. Sus compañeros de trabajo le hablaron de las detenciones y de los fusilamientos arbitrarios que su marido le negaba que sucedieran. Este baño de realidad unido a las continuas infidelidades de Stalin sumergieron a Nadezhda en una profunda depresión. Una noche, en noviembre de 1932, al regresar de una celebración conmemorativa del aniversario de la Revolución, Nadezhda fue hallada muerta en su habitación junto a un revólver Walther, aunque Stalin obligó a los médicos a redactar un informe en el que se informaba que había muerto de apendicitis.

    El Holodomor fue silenciado en muchos países gracias al eficiente aparato de propaganda del Komintern (Internacional Comunista), que logró desviar la atención del problema y vender una buena imagen de la URSS a nivel internacional. El antiguo Primer Ministro de Francia y líder del Partido Radical, Édouard Herriot, viajó a Ucrania en 1933 para conocer de primera mano la situación, pero lógicamente las autoridades soviéticas le hicieron visitar granjas donde había comida en abundancia y los campesinos parecían felices. Sorprendido por el resultado de la visita, sus palabras fueron: "¡Pues bien, afirmo que he visto al país como un jardín a pleno rendimiento!".

    Tragedia silenciada

    Gran Bretaña, Estados Unidos y la Sociedad de Naciones adoptaron la misma postura que Francia. Tan sólo unos periodistas italianos presentes en Kharkov, Odessa y Novorossisk quisieron denunciar lo ocurrido, aunque no pudieron informar de los hechos debido a que la Italia fascista de Benito Mussolini, que en aquellos instantes estaba intentando normalizar sus relaciones diplomáticas con la URSS, les prohibió hacerlo.

    A inicios de 1934, el Holodomor finalizó en toda Ucrania, Kazajastán y el norte del Cáucaso. El resultado fue que alrededor 7 millones de personas murieron de inanición, y hasta un total de 40 millones de personas en toda la Unión Soviética se vieron afectadas por la hambruna. Para muchos historiadores, el Holodomor que tuvo lugar entre 1932 y 1934 fue el mayor crimen cometido en época de Stalin y de toda la historia de la Unión Soviética, constituyendo una de las mayores tragedias humanitarias del siglo XX.

    Fuente:
    https://historia.nationalgeographic.com.es/a/holodomor-gran-hambruna-ucrania_15338



     
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  2. darapa

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    Zurdos comeguaguas en 3, 2, 1 trataran de defender lo indefendible atribuyendo que es una campaña del imperialismo para desinformar a la masa ignorante del oeee ziii quirimos disnidahhh
     
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  3. e_dayller

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    Precisamente, por esta hambruna casada por Lenin en ukrania, donde se comían todo lo que podían, incluso guaguas fallecidas, a los comunistas les dicen come guaguas.
    Se tiene que ser el rey de los weones para creer todas estas cosas.
     
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  4. RICHARD_WHITMAN

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    En efecto, producto del hambre, la gente se comía las guaguas (practicaban el canibalismo). Cuando saciaban sus barrigas y entraban en razón (momentáneamente despúes de haber comido), entonces las personas caían posteriormente en la demencia, al darse cuenta de lo que habían hecho.

    De ahí viene la expresión de que los comunistas son 'come guaguas'.
    Mentira no era; lo hicieron. Sólo que fueron forzados a ello por el totalitarismo criminal de los comunistas genocidas.