El gobierno de las promesas incumplidas

Ineficiencia, mala gestión, descoordinación, conflictos de interés, falta de credibilidad, cifras falsas, cientos de tareas pendientes, corrupción, falta de equipos de trabajo, manejar el Estado como una empresa, no creer en los movimientos sociales, son algunos de los hechos que tienen la derecha, que tanto se preparó para llegar al gobierno, prácticamente resignada a dejarlo.

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El mayor problema del gobierno de Piñera es la falta de cumplimiento de los cientos de promesas que les hizo a los chilenos: que gobernaría con los mejores, que la nueva forma de gobernar llegaba a demostrar cómo había que hacer las cosas, con eficiencia, porque la Concertación había hecho todo mal. Aseguraron, por ejemplo, que era fácil terminar con el crimen y por eso proclamaron a los cuatro vientos que a los delincuentes se les acabaría la fiesta y ya no habría más puerta giratoria. Sin embargo, el ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, cuestionado mil veces por su mal desempeño en esa área, tuvo que cambiar de cartera (a Defensa) para no afrontar sus responsabilidades.

Piñera aseguró que gobernaría con los mejores, los Tantaucos, que eran profesionales jóvenes, todos con estudios en Harvard, pero que al poco tiempo prefirieron volver a sus espléndidas oficinas en el sector privado, porque nunca entendieron lo que era administrar el Estado, un país. Al igual que sus amigos empresarios, que probaron, pero no les gustó.

Piñera fue demasiado lejos en sus dichos y frases efectistas, como cuando dijo que su gobierno había hecho "en 10 días lo que no hizo la Concertación en 10 años". Esto, con motivo de la reconstrucción, después del terremoto del 27/02/10, la que aún no avanza lo suficiente, puesto que aún hay cientos de familias chilenas que viven en mediaguas en campamentos esperando que se les repongan sus viviendas.

Hay quienes dicen que el único hecho que hará recordar el gobierno de Piñera será el rescate de los 33 mineros, que se convirtió en un hecho mediático que le sirvió para granjearse la simpatía de varios presidentes a quienes les regaló un pedazo de roca de la mina San José y les mostró el famoso papel que decía: "Estamos bien los 33 en el refugio".

A juicio del senador Jorge Pizarro (DC), la situación pasa por "el tema mediático y la obsesión por estar en el día a día con promesas rimbombantes. Esta nueva forma de gobernar no es sólo ineficaz, sino que quiere transformar al país en una burbuja".

"Todos los días tienen anuncios nuevos y lo peor es que no los concretan. Yo espero que ya se empiecen a cumplir y dejen de echarle la culpa a los gobiernos anteriores", puntualizó a Cambio21.

El legislador dijo que "este gobierno ya tiene un sello: da anuncios y después no concreta. Prometen cosas que después no pueden cumplir. Además, a la lista hay que agregar una nueva promesa a los empleados públicos, de que no seguirían los despidos pero no es así".



Navarro: "Piñera no tenía equipo para gobernar"

El senador Alejandro Navarro (MAS) aseguró a Cambio21 que "al gobierno del presidente Piñera se le terminó anticipadamente el cuarto de hora. Creo que antes de un año del cierre de su gestión hay áreas donde las promesas ya no están cumplidas y eso va a provocar un clima fuerte conocido como el síndrome del pato cojo, es decir, va a entrar en declive, salvo algunos manotazos efectistas como el puente de Chiloé, como el Metro, como otras opciones que indiquen, pero nada de lo concreto ya va a ser inaugurado por Piñera".

Argumentó que "hay dos elementos esenciales que avalan este síndrome de la pérdida de poder anticipada. Por la falta de credibilidad, por la desafectación ciudadana y por la falta de equipo es que, primero, la lucha contra la delincuencia, que fue el eje principal de su campaña y por la cual la gente hizo una apuesta por Piñera, está fracasada. La delincuencia nació derrotada, la delincuencia requería de un plan global y la varita mágica para poder terminar con ella no estaba en la derecha, como Piñera lo prometió y lamentablemente no cumplió".

"De hecho, la puerta giratoria se transformó en una Ley de Amnistía para dar salida a más de seis mil reos y el ministro de Interior (Rodrigo Hinzpeter), cambia de cartera ante el fracaso. La salida de Hinzpeter no revela sino el fracaso de la seguridad pública del gobierno, que en un esfuerzo desesperado intenta un cambio de ministro en esta cartera, pero la llegada de (Andrés) Chadwick tampoco tiene en su eje central la lucha contra la delincuencia, sino más bien el apoyo al candidato continuista que, a todas luces, es (Laurence) Golborne", señaló el senador del MAS.

Añadió que "del mismo modo, la premisa de 24/7 quedó en una sana y buena intención no cumplida, porque los ejecutivos de las empresas que llegaron al gobierno no estaban dispuestos ni a 7 a 24 y menos por la mitad del sueldo. Por lo tanto, la alta rotatividad por las gobernaciones, seremías, intendencias, también en los cargos ministeriales -tenemos cinco ministros de Energía en tres años y cambios sucesivos en otras carteras- dan cuenta que el 24/7 desgastó rápidamente a un gobierno que no tenía ritmo para poder soportar ese training. El presidente podrá soportarlo, pero no encontró compañía".


Desde un principio, los conflictos de interés


En cuanto a los conflictos de interés en este gobierno, Navarro dijo que "el presidente partió dando señales muy concretas al establecer el fideicomiso ciego en torno a su participación en LAN y, sin embargo, sus equipos están llenos de conflictos de interés. Ahí está el caso del nuevo director del Sernac (Francisco Ossa Santa Cruz), que habiendo sido el abogado de Cencosud cuando Golborne era gerente general de la empresa y se vio involucrado en el caso de las tarjetas Jumbo (aumento de costo de manera individual no pactado), da cuenta que quien debe defender a los consumidores fue quien defendía a una de las mayores empresas que cometió graves irregularidades con los consumidores, y yo creo que las personas de ese mundo no cambian en el corto plazo".

Asimismo, recordó el senador el caso del ministro de Minería, Hernán De Solminiah, que tuvo que resolver el tema del litio aún cuando su hermano es el gerente de Soquimich. "Un proceso que se inició mal, se desarrolló mal y terminó mal. El gerente de SQM es hermano del ministro y no bastó que el ministro no interviniera como dijeron, porque el conflicto de interés seguía existiendo".
Para Navarro, en definitiva, Piñera "no estaba preparado, no tenía equipo para gobernar. El tránsito del sector privado al público ha sido un camino pedregoso, lleno de baches y, en algunos casos, con volcamientos y desbarrancamientos".

Además precisó que el mandatario "es un presidente que ha desarrollado un programa cuyo principal elemento es el incumplimiento. Las dos estrellas de Piñera: el 7% y los seis meses de posnatal, han terminado de apagarse. Brillaron con intensidad junto al cometa de los 33 mineros, pero eso ha sido efímero. De la línea concreta, el desarrollo de su conducta de gobierno ha estado plagado de graves incumplimientos".


Funcionarios públicos


En el caso del acuerdo firmado por la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, y el de Hacienda, Felipe Larraín, para terminar con los despidos en el sector público, Navarro comentó que "está claro que la voluntad del presidente no es una orden para sus ministros. Ha visto debilitado su poder y los ministros están resolviendo o hay un doble discurso del mandatario. O ha perdido todo poder sobre sus ministros y los despidos se han producido y claramente se ha traicionado la voluntad expresa y la palabra del mandatario".

Para el legislador, "cada vez que el gobierno establece una negociación son principios de bussiness, negocios del mercado. Para muchos funcionarios del gobierno de primer nivel les es muy difícil diferenciar entre lo que es un buen negocio y un buen acuerdo social. En los buenos negocios generalmente hay áreas oscuras o hay partes que no se cumplen, pero en lo acuerdos político sociales, si no se cumplen, hay costos políticos. El gobierno no ha dimensionado los costos políticos que va a pagar por estos graves incumplimientos. No creo que haya un nuevo gobierno de derecha".


Diputado Schilling:"Esto es un desastre por donde se mire"


"Desde los griegos y desde los romanos que se sabe que dos de los peligros inherentes a la democracia son la demagogia y la corrupción. Este gobierno llegó puntualmente a la cita con la demagogia antes de instalarse, prometió una nueva forma de gobernar, mejor gestión, término de la delincuencia, etc. Nada ha cumplido, todo ha sido una mentira, lo que es lo propio de la demagogia de ofrecer cosas que no van a cumplir y la corrupción tampoco le faltó en la cita", sostiene el diputado Marcelo Schilling (PS) cuando se le consulta sobre los incumplimientos de Piñera.

El segundo peligro es el de la corrupción. El parlamentario comenta que "hoy la gente se acuerda del tema de los sobreprecios en el ministerio del Interior, pero el perdonazo a Johnson ¿qué es?, ¿o lo que pasó en el ministerio de Vivienda con el grupo Kodama y que le costó la salida a la ministra Magdalena Matte? Y le voy a decir que estos escándalos eran por cifras harto superiores al escándalo de los sándwiches del Instituto Nacional del Deporte y el famoso Mop-Gate, que terminaron siendo como 36 millones de pesos, que en realidad no tenían nada que ver con el ministerio de Obras Públicas sino con un aporte que habían hecho a un campaña electoral. Entonces, ocurridas así las cosas, ¿qué puede esperar este gobierno del aprecio de los ciudadanos? Nada. Ahora hasta suspendieron las encuestas para no conocer las malas noticias".

Schilling recuerda que "los antiguos decían que para eliminar la mala noticia había que eliminar al mensajero. Aquí la víctima se llama Méndez (Roberto), amigo del gobierno".

Una serie de cifras que normalmente se dan a conocer en el país y que contaban con toda la credibilidad también se han visto afectadas. Según el diputado "todos estos PHD y doctorados de no sé dónde son malos para las matemáticas: lo hacen mal en el Censo, cuentan mal los pobres, los votos, etcétera. Esto es un desastre por donde lo mire. A alguien en el pasado se le ocurrió acortar el período presidencial a cuatro años y es por eso que los chilenos no lo han derrocado, porque saben que falta poco para que termine. Pero si esto durara seis años le aseguro que Chile no resiste la tortura".

En su opinión, "la idea era ganar el gobierno para darse el gustito que se dieron, pero el precio ha sido altísimo¨, porque no sólo han derruido la fe pública sino también las instituciones, incluso la de la presidencia de la República, que se salvaba del mal juicio de los ciudadanos. Hoy día está puesta en cuestión, no tiene solemnidad ni la confianza de la ciudadanía".