Habia un terrible incendio en un edificio. Como este era en los primeros pisos la gente que estaba en pisos superiores fue subiendo, en medio de la desesperacion, a la terraza. En medio del estupor general aparece un gallego en la vereda y comienza a gritar: "arrojaos, arrojaos que yo os atajo", todos pensaron que estaba loco, pero perdido por perdido uno se arrojo. El gallego lo atajo con gran destreza y este salio caminando como si nada. Después comenzaron a arrojarse los demas de a uno, viendo que el sistema funcionaba. Luego de unos cuantos se arroja un negro, el gallego se queda mirando y el negro se estrella contra el piso y se hizo mierda. Al rato el gallego les grita: "no perdais tiempo con los culiaos quemados!!!"