Los 10 peores asesinos del siglo 20: El vampiro de Dusseldorf

La historia nos enseña sobre hombres terribles, historias sórdidas que la sociedad esconde bajo el tapete de su aparente moralina. Cada cierto tiempo estos hombres aparecen en escena para recordarnos lo frágiles que somos, lo cerca que se encuentra el limite de la locura, tal vez, como dijo uno por allí “todos llevamos un psicho-killer dentro” esperando el momento oportuno para aparecer y sembrar el terror.
La historia de Peter Kurten es sin duda alguna terrible y podemos identificar en ella los rasgos comunes que imperan en la vida de cualquier buen asesino en serie, como si estos fuesen inevitables, señales claras de cómo un niño puede transformarse y pasar de la mas pura inocencia a la maldad mas pura.





Antecedentes previos


Kürten nació en la localidad de Mülheim (ahora distrito de la ciudad alemana de Colonia) y fue el tercero de trece hermanos en el seno de una familia extremadamente pobre. Peter presenció cómo su padre, un alcohólico y violento trabajador en paro, maltrataba a su madre e, incluso, violaba con total impunidad a algunas de sus hermanas menores. A los 8 años escapa de su hogar para comenzar su vida de delincuente. Cuando años mas tarde en el ocaso de su vida, fue sometido a juicio se le imputaron dos crímenes cometidos a la edad de 9 años, a esa tierna edad el ya hbaia ahogado en un rio a dos de sus amigos.
Peter demostraba odio hacia la sociedad que lo vio nacer, sobre todo hacia su padre, pues pensaba; si este era capaz de cometer tales atrocidades con su propia familia, que no podría hacerle a el la sociedad, el mundo.


dusseldorf 1925



El inicio del terror


Peter fue creciendo como un hombre difícil, la mayor parte de sus años de adolescencia las pasó de prisión en prisión; robos de ganado, acosos sexuales e innumerables delitos cometidos lo fueron transformando en un hombre duro, esquivo, silencioso. Sin embargo jamás le agrado la prisión, el sentía que no era su lugar, era algo asqueroso y ruin, definitivamente no era lugar para un hombre como el. Disfrutaba del buen vestir, todos los que le conocieron decían que siempre llevaba su traje negro de manera impecable y tenia un extraño gusto por maquillarse la cara, para hacerla lucir un poco más pálida. Su esposa mas tarde confesaría que “pasaba horas y horas mirándose al espejo, acentuando sus rasgos con maquillaje”

Peter Kurten tenía un grave problema de índole sexual, sufría eyaculacion precoz (como tantos otros asesinos en serie) y tenía un extraño gusto por los animales, sometía a diferentes animales a sus deseos mas pérfidos; ovejas, cabras, cerdos, vacas, caballos inclusive cisnes eran los preferidos de este enfermo sexual. Primero los poseía, los sodomizaba, pero luego, eso ya no lo complacía, aun siendo un adolescente descubre el gusto por la sangre –según declararía mas tarde- fue en medio de un acto de “Amor” con un hermosos cisne blanco, cuando con unas tijeras de costura le cerceno la garganta al pobre animal, ese fue el clic definitivo, en ese instante se activo el demonio que llevaba en su interior. Eso lo hizo llegar al climax de inmediato, ver brotar la sangre era la cúspide de su placer y no solo verla correr, Peter comenzó a beberla, eso –según dijo- lo hacia eyacular de inmediato. Los habitantes de Dusseldorf ni se imaginaban el monstruo que acaba de nacer entre sus calles.

Los crímenes de kurten comenzaron en el año de 1925 Una de sus víctimas (Rosa Ohlijer, de ocho años de edad) fue apuñalada trece veces con unas tijeras y tras beber su sangre, quemó su cuerpo con gasolina. Después le siguió Cristine H. de 15 años, a quien estuvo acechando durante al menos tres días, cuando tuvo la oportunidad entro a su casa y sin previo aviso le corto la garganta con sus tijeras favoritas, cosa que lo hizo hundirse en el placer mas absoluto, a Cristine ni siquiera tuvo que poseerla, pues eyaculo mientras bebía su sangre. Esa misma tarde, mientras la policía investigaba la casa de Cristine en busca de pruebas, el vampiro de Dusseldorf bebía un jarro de cerveza en el bar de enfrente del domicilio de la fallecida niña. A peter le gustaba escuchar que se hablara de el.




Peter era muy imaginativo, les gustaba idear escenarios, por ejemplo el 7 de noviembre, llegó al punto álgido de su locura al matar a una niña de cinco años y enviar a un periódico local el mapa de la tumba de la asesinada. También le gustaba crear pequeños incendios mientras bebía la sangre de sus victimas o adornar las escenas de crimen acomodando a las victimas de manera extrañas, muchas veces sensuales.
También se registraron 7 intentos de asesinatos frustrados, a decir verdad no fueron frustrados, Peter las dejaba escapar, pues para el su ritual terminaba con la eyaculacion, tras eso solía pronunciar su frase favorita antes de mezclarse otra vez con las tinieblas de la noche “el amor… así es el amor” les decía a sus aterradas victimas.

En el año 1929 el vampiro de Dusseldorf ya era reconocido en toda Alemania, ese también fue su año mas activo, El 8 de febrero, asesinó a una niña de ocho años. El 23 de agosto, mató a dos hermanas de cinco y catorce años. En septiembre, mató a una mujer con un martillo. Y a otras 4 victimas, entre ellas algunas mujeres mayores.

Estos asesinatos hicieron que Dusseldorf cayera en un estado de pánico colectivo, mas de 800 hombres fueron investigados, peor ninguno resultaba ser el vampiro. Hasta que en el año 1931 la policía fue cercando al asesino.
Víctima de un gran miedo, Kürten ofreció a su esposa la posibilidad de delatarle a cambio de una suculenta suma de dinero. Así, el 24 de mayo, el vampiro de Dússeldorf se entregaba sin oposición. Kürten confesó sus delitos. En el juicio posterior (abril de 1931), inicialmente se declaró inocente. Pero a medida que iba transcurriendo el pleito, cambió de idea. De hecho, los psicoanalistas trabajaron duro para deshacer cualquier tipo de enajenación que le pudieran salvar de la pena de muerte. La sentencia fue morir guillotinado por nueve asesinatos, siete intentos frustrados y no menos de 80 agresiones sexuales. Una pena que se ejecutó en Colonia el 2 de julio de 1931.
La última frase de Kürten, casi coincidente con el estreno de la película de Fritz Lang en 1931, demostró el alcance de su obsesión por la sangre y su atracción por la muerte: "Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?".


pelicula basada en su vida


DESCARGAR LA PELICULA ACA

informacion extraida del programa español "la rosa de los vientos" y de diversas paginas de internet.