Entrevista a Carlos Meschi

Tema en 'La Dimensión Desconocida "Portal Paranormal"' iniciado por trufy, 7 Feb 2013.

  1. trufy

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    Entrevista a Carlos Meschi (si no vas a leer, no comentes!)
    Bueno encontré una entrevista por ahí de este mmm.... como podría decirle... Parasicologo? Exorcista? Bueno, la cosa es que el está relacionado con lo paranormal, expulsar demonios, espíritus males y cosas así... Trabaja con su señora Paty, en una entrevista dijo que él como exorcista se cagaba de hambre, pero fue el rol que le tocó no más... Una vez se encontró con sus viejos amigos de la Universidad y se dio cuenta que todos tenían un cuico porvenir, los medios autos, casas y patrimonio, mientras él se dedicaba a luchar contra Satán y sus discípulos. Aquí la entrevista.


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    Carlos Meschi Montaldo se gana la vida expulsando a los demonios del alma y del cuerpo de las personas. Hace sólo dos días exorcizó a una joven madre que, poseída, intentaba ahorcar a su hija de un año frente a su otra hija de cuatro, mientras su marido preparaba el desayuno en la cocina. Eso es parte de su rutina diaria, una rutina que poco tiene que ver con la anterior vida de Meschi, quien hace seis años era gerente general de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo, cuando su currículum daba cuenta de un hombre absolutamente convencional. Salió del Instituto Nacional y se tituló de ingeniero civil industrial en la Universidad de Chile. Trabajó en el Banco Osorno y en las gerencias de marketing de Lever Chile y de Financiera Atlas.

    Hoy calcula haber eliminado a más de mil demonios que habitaban dentro de unos 600 pacientes, así como a cientos de espíritus en pena que agobiaban a enfermos mentales declarados como irremediables por los médicos, con éxito en el 85 por ciento de los casos. Casos como el de Selva, a quien vimos en un video hablando en un extraño idioma y rugiendo como una fiera, con los ojos desorbitados, tratando de zafarse de cinco personas que intentaban amordazarla mientras se identificaba como Satanás y se burlaba de Jesús, diciendo que éste lleva siglos haciendo el ridículo frente a él. Tras ser sanada, Selva aprovechó sus excepcionales aptitudes esotéricas para trabajar junto a su exorcista y mejorar a otros poseídos.

    La carrera de Carlos Meschi como exorcista comenzó mientras aún trabajaba en turismo, cuando se fascinó leyendo libros sobre hipnosis traídos desde Estados Unidos. Empezó hipnotizando a su señora, Patricia, quien entraba en profundos trances y hoy es la síquica que hace de nexo entre su marido y el mismísimo Lucifer. “La hacía dormir, cantar, todas las cosas que hace Tony Kamo”, recuerda el sanador. Siguió curando a su hija mayor, que entonces tenía 14 años y sufría por un trauma de nacimiento. Continuó atendiendo los achaques de sus subalternos. “Al junior lo mejoré de un lumbago del que se tenía que operar, y a mi secretaria la mejoré de una infección en el oído medio. Para mí, como ingeniero, esto era como un milagro, no tenía ninguna explicación lógica ni científica. Así me fui entusiasmando”, cuenta.

    Puso una consulta de hipnosis en la calle Santa Magdalena, en Providencia. Su primera estrategia de marketing fue un aviso y una entrevista en radio Cooperativa, que lo tapó de llamados. Entre varios gordos que querían bajar de peso y otros nerviosos que querían dejar de fumar, se encontró con su primer desafío real: sanar a una joven que llevaba ocho meses con licencia por depresión. La niña volvió a trabajar a la semana. “No hay mejor estímulo que el éxito”.



    La cara de Satanás

    Al poco tiempo, Meschi logró que su señora comenzara a ver a distancia. “Para el terremoto de Puebla, en México, le pedí a la Paty que visitara telepáticamente a una amiga mía que vivía allá, para saber si le había pasado algo. Como se desdobla, empezó a caminar por la casa de mi amiga y estaba todo en orden, sin derrumbes ni grietas. Pero a ella la vio enferma, llena de moretones en las piernas. Cuando despertó, la llamamos por teléfono. Me confirmó que no le había pasado nada, pero que estaba con un problema en las plaquetas que le producía hematomas”.
    Esta capacidad de ver a la distancia le permite a Patricia saber cómo falleció una persona y qué sintió en ese momento, aunque haya desaparecido hace muchos años. También, estando en trance, desde su propia casa puede revisar a una persona y determinar si existe en ella un demonio, magia negra o algún espíritu errante que esté afectando su salud mental.


    - ¿Cómo lo saben?

    - Es demasiado fácil. Los vemos. Tal como ella puede ver a distancia o hablar con el espíritu de alguien fallecido, cuando revisa a una persona ve los demonios que tiene adentro. Les ve la cara. Normalmente tienen forma de gárgolas, iguales a las de las catedrales europeas. Con garras, con pezuñas. Son feos. A veces tienen formas de serpientes o de lobos negros.

    - ¿Qué diferencia hay entre la presencia de un espíritu y la de un demonio?

    - Cuando son almas de personas fallecidas, da frío. Tú puedes ir a un lugar de la casa y está más frío, igual que en la película Sexto sentido, en que se ve hasta el vapor del aliento. Los demonios, en cambio, producen calor.

    - ¿Existe el demonio?

    - Demonios, en plural. Son miles. Miles de miles. Y se reproducen. Por lo tanto, es un tema que nunca se va a terminar.

    Explica que hay distintos tipos de demonios y el jefe de todos ellos es Satanás. Tienen, según Meschi, una jerarquía que incluye a capitanes generales, generales, comandantes y los grados van bajando hasta llegar a los demonios comunes y corrientes.

    Según dice, se trata de entes malignos que intentan influir de manera negativa en las personas para que éstas reproduzcan el mal. “Que se maten, que haya guerras, violencia, violaciones. El mal existe en toda persona, pero los demonios lo canalizan y lo aumentan”. Se encuentran donde puedan hacer más daño. En una persona que normalmente es agresiva, si llega a estar un demonio en ella, fácilmente puede llegar a matar a alguien.

    - ¿Dónde están los demonios?

    - Andan por aquí, dando vueltas. Están en todas partes.


    La posesión

    Meschi explica que la principal característica de una persona potencialmente “poseíble” por el demonio no es ser malvada, sino muy sensible. “Puede ser una persona muy buena, pero los demonios la pillan en un mal momento: una depresión, un miedo, un accidente, un momento de pena o de angustia. Es el estado emocional el que permite que el demonio se meta”, dice. “Cuando los demonios se manifiestan en las personas, producen irritabilidad, mal genio, agresividad y peleas.

    - ¿La gente con fe es menos vulnerable?

    - La mitad de la gente que llega me dice: “pero si yo rezo todo el día, voy a la iglesia”. Pero la fe no tiene nada que ver. Es tan objetivo como que digas ¿por qué me salen caries si tengo fe?, o ¿por qué me dio cáncer si soy bueno?

    Para saber si una persona está en peligro de ser poseída o si definitivamente tiene a Satanás en su cuerpo, Meschi recomienda revisar si padece los siete síntomas del endemoniado: fuerte pérdida de energía con una sensación de cansancio tal, que cuesta levantarse en la mañana. Molestia en el pecho con sensación de ahogo y falta de aire. Con cierta frecuencia, cuando uno se está quedando dormido, siente un peso muy fuerte sobre el cuerpo, que aplasta e impide moverse. Mente distraída, cuesta concentrarse y recordar las cosas. Sensación de mayor frío en el cuerpo. Cambios bruscos de ánimo sin justificación. Y el síntoma más relevante de todos es algo que sólo pueden verificar las personas cercanas. “Cuando la persona está poseída y el ser que tiene adentro se manifiesta con más fuerza, su mirada no es la habitual. Parece como si uno fuera otra persona”, dice Meschi.

    También identifica ciertos patrones de conducta que dan cuenta de una presencia maléfica. Dice que los demonios tienden a meterse en personas tímidas, medio cobardes, introvertidas, a las que de chicas molestan en el colegio y que tienden a pasarlo mal en su vida social. “Llega aquí la mamá contando que este niñito siempre fue tan quitado de bulla y ahora lo miran mal y saca la

    cresta. Que se ha vuelto un energúmeno. Y cuando hablamos con el demonio que tiene adentro,
    dice que está ahí para que se haga hombre y para que no lo pasen a llevar. Me acaba de llamar una señora con un cabro así. Con 14 años, sacó cuchillo en el colegio”.

    - ¿Qué pasa después de que aparecen los primeros síntomas?

    - Los poseídos empiezan a hablar en otro idioma y sacan una fuerza descomunal. Todos los demonios son muy agresivos.

    - ¿Por qué los endemoniados hacen cosas tan raras, como hablar en lenguas muertas o tirar espuma por la boca?

    - Porque ése es su idioma, se comunican así. Yo nunca he investigado si las lenguas que escucho aquí son arameo o no. No hay recursos, no hay tiempo, no hay nada. Así es el demonio. Es como preguntar por qué los perros ladran: es su idioma, es lo que hacen.

    Meschi asegura que no le teme a la Bestia y reconoce que lo más probable es que eso se deba a una irresponsabilidad absoluta. “Como el gallo que marcha a la guerra silbando y no pondera que tiene una probabilidad altísima de morir o volver lisiado”, aclara. Pero también es porque cree que tiene un blindaje. “Es como que vayas con Bruce Lee y unos guatones te molesten en la esquina.

    -¿Les tienes susto?

    No pues. Yo tengo al Arcángel Miguel. El expulsó a Satanás del Paraíso, así que sería casi una falta de fe tener miedo”.

    Cuando está cerca de alguien que tiene al demonio adentro, se da cuenta de inmediato, porque a los diez minutos le comienza un fuerte dolor de cabeza. Por eso, ha aprendido a evitarlos. “No me puedo acercar a los góticos, porque están llenos de demonios. En vidas pasadas han sido servidores de Satanás y por eso les queda el gusto por lo oscuro. Cuando paso por el Parque Bustamante como a la una de la mañana y ellos están arriba de los árboles, me tengo que proteger, porque sé que sus demonios me van a atacar. Me reconocen”. Fanático de la Universidad de Chile, cada vez que va a ver a su equipo al estadio se tiene que aplicar una protección especial: “¡La barra está llena de demonios, pues! Todos esos que se acuchillan tienen un demonio, nadie hace eso en su sano juicio. Los de la Garra Blanca andan por la misma”.


    El método de Einstein

    - Eres “El exorcista”.

    - Sí, claro. Pero eso no es suficiente. Yo soy un exterminador de demonios. Cuando uno dice
    “exorcista”, piensa en esos procesos interminables de la Iglesia.

    Afirma que en algunos de sus exorcismos, curas y monjas católicos han colaborado canalizando energía y rezando. “Hay muchos sacerdotes y monjas de tropa, de población, que creen en estas cosas y que participan sin avisar arriba, para no tener problemas”.

    - ¿Qué diferencia hay entre un exorcismo católico y lo que tú haces?

    - Si tienes un demonio adentro no puedes esperar meses hasta que te den un visto bueno de algún organismo jerárquico, burocrático, superior. Es como que te dé una apendicitis un sábado y para operarte tengas que esperar hasta la junta médica del lunes. Para nosotros es lo mismo. Además, en la película El exorcista, que se basa en un hecho real, sacaron al demonio, pero éste se le mete al cura y lo mata. ¡Esa no es la gracia! La idea no es sacrificar una vida humana por cada demonio. Nosotros lo que hacemos es matar al demonio.

    El ritual de su exorcismo tiene varias etapas que - como él dice- aseguran la expulsión definitiva de cuanto demonio, espíritu en pena o magia negra pueda afligir al paciente. Todo comienza con una visita a domicilio, pero en forma astral. “Yo nunca dejo entrar a ningún paciente a esta casa sin
    antes hacerle un diagnóstico a distancia. Si alguien me llama y me dice quiero ir a su consulta a explicarle mi problema, le digo no. Me da su nombre completo y su edad. Lo llamo de vuelta y le digo usted tiene un demonio, una presencia o no tiene nada”.

    Cuando el paciente llega a la casa de Meschi en Avenida La Florida, éste ya sabe exactamente quién o quiénes son sus enemigos. Se aísla unos momentos para invocar a los maestros guerreros.

    - seres humanos que han llegado a un nivel de evolución espiritual tan alto que no necesitan reencarnarse (santos de las culturas hindú, budista, indígena o incluso laicos)- y que lo apoyarán en la contienda. Luego el paciente pasa a la consulta: una habitación con una cama de dos plazas y cientos de imágenes de maestros sanadores de diferentes culturas colgadas en los muros. Ahí se recuesta junto a Patricia, que es hipnotizada para pronto entrar en trance. Entonces Meschi le pide a los arcángeles San Miguel, Anael, Sachiel y Aminel que la protejan. Luego le pide a la Virgen María que la cubra con su manto sagrado y, por último, invoca a Ruth - una maestra de los tiempos de Jesús- para que le ponga la última capa de protección. “Ahí le pido a la Paty que vea al demonio, que está atrapado. Te puedes encontrar con diez o veinte demonios. Entonces, a través de la energía de la Paty se establece una lucha entre los maestros y los demonios. Se les atrapa mediante un método que idearon unos maestros científicos - el más grande de todos es Einstein, que diseñó una burbuja que hace más fácil agarrarlos- . Una vez capturado el demonio, se hace un hoyo hacia abajo, se abre la tierra y los arcángeles y los maestros van empujando esta burbuja”.

    Cuenta que Patricia ve claramente cómo los demonios van amarrados y con bozal: “Los llevan amordazados, porque cuando graznan llaman a otros demonios que vienen a ayudarlos y los sueltan. Así los bajan a un lugar que es equivalente al infierno, lleno de llamas, de lava, de fuego, donde se los destruye. Se queman igual que las botellas plásticas de Coca Cola en una fogata”. Finalmente hacen un proceso de limpieza para ambos, “porque a veces los demonios nos hieren, tiran cosas a distancia”. Todo esto ocurre en una sesión de cuarenta minutos. Cuenta que después de eso la persona queda libre y no la vuelven a molestar. Eso sí que debe someterse a un proceso de sanación, porque después de ser poseída, la gente habitualmente tiene secuelas físicas, sicológicas, energéticas.

    - ¿Cuántos exorcismos pueden hacer en un día?

    - La Paty no puede trabajar más de una vez al día porque es una pila que se agota muy rápido. Uno queda cansado después de matar a un demonio.


    Diablos en collera

    Hay veces en que el ritual tarda más de una sesión, dependiendo de cuántos demonios traiga el paciente. “Te rompen la protección y te dañan. Entonces yo quedo con mucho dolor de cabeza, a la Paty se le hincha el estómago o siente cualquier daño físico desagradable”, dice Meschi.
    Patricia recuerda una vez que estaba limpiando una casa a distancia y quedó inmóvil. “Me tomó por sorpresa. Me faltaba el aire, sentía que me iba a morir. Mi estómago se hinchó como si tuviera nueve meses de embarazo. Carlos me trajo de vuelta, me limpió, me mandó energía y me sanaron. Pero estuve dos días adolorida como si hubiera hecho trabajos forzados”.

    Meschi cuenta que a veces los demonios se arrancan del exorcismo. Entonces, vuelven a molestar y ya no tenemos energía para trabajar de nuevo sino hasta el día siguiente. Nos molestan toda la noche. Se meten en nuestros sueños, cuando estamos más vulnerables”.

    - Ahí sí que te da susto.

    - Nada. ¡Me da rabia! ¡Mucha rabia, pues! Demonios malos, desgraciados (dice riéndose como si
    se tratara de niños revoltosos). Para nosotros, el peligro nunca ha sido algo vital. Tarde o temprano entramos en trance de nuevo y los agarramos.

    Claro que una vez nada fue suficiente. “Estábamos tratando a un joven de 24 años que se estaba recuperando, ya no estaba escuchando voces y se le había acabado el delirio de persecución. No estando acá, lo atacaron unos demonios que nosotros no habíamos visto y se tiró por una ventana. Es el único caso en que ha muerto un paciente nuestro. El demonio es fuerte, poderoso”.

    Otro caso en que no pudo hacer nada fue el de una madre que llevó a su hija gótica de 19 años para que la exorcizara. “Para que la niña no se cortara las venas para tomarse su sangre, la mamá le tenía gatos. Los cortaba a ellos y le daba la sangre a su hija. Le dije que para seguir tratándola tenía que comprometerse a dejar de tomar sangre, pero ella no estuvo dispuesta. Le dije que no podía hacer nada por ella, que siguiera su vida y que cuando estuviera allá arriba con Dios le iba a decir: “¿Viste? Yo te mandé a Carlos Meschi para que te sanara y no le hiciste caso”. Y se enojó, pues. Apuntándome con el dedo, me dijo: “mira, Carlos Meschi, me voy a suicidar y después de eso voy a venir tras de ti con mis demonios. vas a ver lo que te va a pasar”. Le dije: “está bien, cuando llegues veremos qué hacemos”.

    - ¿Aparte de los demonios, los espíritus que se meten en las personas son necesariamente malos?

    - No hay que hablar de buenos y malos, porque en estricto rigor nadie es totalmente malo. El tema es que hay gente que muere con una emoción negativa o le quedó algo pendiente. Su espíritu se queda pegado, empieza a vagar y contagia a los vivos con esa emoción. Dentro de personas que vienen para acá hemos encontrado a muchos delincuentes que han muerto en un enfrentamiento con carabineros. Si tiene adentro el espíritu de un detenido desaparecido, la persona no se atreve a salir a la calle porque siente eso. Toda la gente con crisis de pánico o que quiere suicidarse es porque tiene a alguien adentro, posiblemente alguien que se suicidó.

    Está seguro de que cuando un paciente le dice que escucha voces que le dan órdenes malignas se trata de voces reales. “No existen las alucinaciones. Cuando alguien escucha una voz es porque alguien le está hablando. Un demonio, una presencia, un muerto. La mayoría de los esquizofrénicos tiene a alguien adentro”.


    si estab bueno y si no bueno tambien......
    :XXbuzzsaw: