Valeria... un reecuentro sexual

Esto fue en mi epoca de la universidad, donde vivi muchisimos momentos divertidos de mi vida.




En aquel entonces yo era preparador de programación en la universidad, debía dar asesorías unas horas a mitad de la tarde y entrada la noche, y en una de mis sesiones de asesoría me encontré a una amiga, que hace tiempo habíamos tenido sexo, nunca fuimos pareja, sólo nos divertía el hecho de pasarla bien disfrutando del sexo juntos. Al terminar la sesión, ella se me acerca y comenzamos a charlar, y me contó que tenía mucho tiempo sola, que la universidad la traía loca y tenía muy poco tiempo para divertirse, ella era de ingeniería civil, pero veían unas materias de programación y por eso nosotros les dábamos asesorías. De verdad yo si note su aspecto algo descuidado, pero eso no le quitaba lo hermosa que era, Valeria con sus 1.70 de estatura, ojos achinados, un cabello negro liso a media espalda, una cintura pequeña, caderas perfectas, piernas aún más hermosas, un trasero redondo, unos senos medianos y esa cara de niña buena pero mala, sólo me hacia recordar aquellas tardes de sexo alocado en su habitación. Así que charlamos un poco, me dio su nuevo número de celular y quedamos en seguir charlando cuándo ella tuviera algo de tiempo.

Pasaron como 2 meses y me la volví a encontrar en otra sesión de asesoría de programación, pero un poco más avanzada, me pregunto por que no la había llamado y le dije que se me había echado a perder el celular y que se me habían borrado todos los números (cosa que era totalmente cierta), y le pedí el número de nuevo y le dije que la llamaría.

Después de 2 días sabíamos que íbamos a tener los laboratorios sólos, así que varios decidimos hacer una pequeña e intima reunión allí, llame a Valeria y le dije de la idea, ella aceptó y decidimos que sería esa misma noche.


Pasaron las horas y Valeria llego sola y dijo que iban a llegar 2 amigas más, le dije que había suficiente licor para todos, que en los laboratorios estaban 3 amigos más, al rato llegan sus amigas y subimos los 4 a los laboratorios, mis otros 3 amigos ya estaban tomando y viendo vídeos que proyectabamos desde internet.

Poco a poco el ambiente se puso más y más caliente, pero uno de mis amigos debía irse, así que quedamos a par, 3 chicas y 3 chicos, lo cual fue perfecto, ya que cada quién tenía con quién bailar y charlar.

Valeria y yo salimos de esa sala, nos pusimos a hablar en el pasillo, le dije que estaba muy hermosa, sexy y atractiva, y ella dijo que pensaba que yo estaba bien, atento y seductor como siempre, su mirada y la mía se juntaron y no faltó nada para que nos basáramos con unas ganas que parecían haber estado dormidas por años y que explotaron en ese unir de nuestros labios, su cuerpo se pegó con el mío, sentí sus senos contra mi pecho, lo que hizo que naciera una gran erección en mí. Ella la noto, no hizo ningún gesto ó movimiento de que no le gustara, al contrario pegó su cuerpo más contra el mío, para sentir con más fuerza mi erección. Valeria y yo nos besábamos con delirio, las lenguas jugueteaban, eran una sola y su cuerpo me pedía más y más placer.

Mis ganas por volver a sentir su cuerpo desnudo siendo mía eran enormes, paré por un instante el beso, la tome de la mano y me la lleve a una sala dónde sólo se daban asesoría a los estudiantes de postgrado, saque las llaves, abrí la sala, encendí el aire acondicionado, encendí las luces con un tono tenue, dejando la sala en un ambiente perfecto para el romance y la seducción.

La tome por su cintura estrecha, la acerqué a mi y nos volvimos a fundir en un beso intenso, pero suave, esta vez era más profundo, sus manos apretaban mis nalgas y las mías se metían por debajo de franelilla y rozaban su espalda, allí note que no llevaba brassier, puesto que encima de esa franelilla tenia puesto un suéter. Mis manos seguía bajando y subiendo por su suave espalda, mientras el beso se hacia más intenso me apretaba las nalgas con mayor fuerza, luego de un rato, la volteo y me pongo detrás de ella, comienzo a besar su cuello, ella da unos gemidos suaves de placer, yo continuó y Valeria lo disfruta, poco a poco voy quitando su suéter, dejándola con sólo su franelilla, sus pezones están muy duros, llenos de ganas, los toco por encima de la tela, ella lo disfruta, muerde sus labios y eso me incita a seguir, aprieto sus senos con mis dos manos, mientras mi lengua saborea su cuello, Valeria gime de placer y es en ese instante cuando decido quitarle la franelilla, la levanto poco a poco, y así van saliendo a mi vista esos senos de tamaño mediano paraditos, que tanto me gustan, también quito sus pantalones, su ropa íntima, dejándola completamente desnuda ante mi y a mi total merced.

En mi mano aún tengo ese hilo dental de color azul, lo llevo a mi cara y me embriago con su olor, Valeria al verme hacerlo sólo le provocó una cosa, masturbarse, se sentó en el escritorio montó sus piernas, las abrió y metió sus dedos a mi boca, yo los chupe llenándolos de mi saliva, y luego ella se los metió en su vagina, comenzando con un suave movimiento, que fue en aumento al mismo tiempo que sus gemidos, crecía y crecía, ella mordía sus labios, su otra mano apretaba uno de sus senos, yo sólo observaba con atención aquella escena que jamás se borraría de mi mente.




Valeria continuó con ese movimiento de sus dedos dentro de su vagina, con morbo, con deseo, con placer, hasta que entre gemidos que decían mi nombre y todo lo que deseaba hiciera con ella, llegó ese ansiado orgasmo, que la dejó temblando y con sus dedos llenos de sus jugos íntimos.

Sin vacilar me que toda la ropa, quedando desnudo ante ella, con una erección que deseaba explotar, me fui directo con nos labios a su sexo que estaba muy caliente por la fricción que ejerció el movimiento de sus dedos cuando se masturbó, era mi deber refrescarla, así que con mi lengua húmeda le recorrí sus labios vaginales de arriba abajo, con suavidad, con lentitud, con sabor y ganas, ella lo agradeció, pues sus venidos gemidos no se hicieron esperar y su cuerpo se estremecía como nunca, estaba muy excitada y tenía ese orgasmo allí muy cerca, con sólo unos movimientos más de mi lengua ella gimió y soltó en un sólo sonido ese orgasmo nuevo que disfrutó.





Yo no pare en comerme su sexo, seguí y seguí, por un rato lamiendo como un perro sediento y desesperado, hasta que el temblar de sus piernas, sus gemidos me gritaron al oído que había tenido un nuevo orgasmo.

Ya no podía resistir más, deseaba penetrarla, en esa misma posición, me acerque a ella y sin decir nada puse mi glande en sus labios vaginales y con un sólo movimiento entre hasta el fondo de su sexo, que estaba caliente, húmedo, estrecho, una delicia. Comenzaron mis embestidas contra ella, sus gélidos eran la música de fondo perfecta, Valeria era puro estremecimiento físico, sus senos brincaban, su vagina se dilataba con cada movimiento de mis caderas, no paso mucho tiempo puesta que la fricción de nuestros sexos la hicieran arder en otro orgasmo, pero mucho más intenso.




Saque mi pene y comencé a masturbarla, eso le fascinó a Valeria, uno de mis dedos rozaba su ano, así que poco a poco se metió en él, ella sólo hizo un gesto de placer, lo que me hizo cómplice, y decidí penetrarla por allí, nunca lo habían hecho, así que tuve algo de piedad, poco a poco fui entrando en su orificio anal, ella apretaba sus dientes mordiendo sus labios, se veía su cara de dolor con cada movimiento que hacía entrando en ella, al rato ya tenía mi pene grueso completamente dentro de su ano, comencé a embestirla suavemente, poco a poco su cara fue cambiando, no era dolor, era placer, un nuevo placer, algo que jamás había sentido, le gustaba, así que comenzó a gemir y a pedirme que me corriera dentro de ella, de su ano, que lo deseaba, sin esperar fui aumentando las embestidas hasta que estas llegaron a ser muy violentas, Valeria gritaba de placer, era una locura llena de éxtasis, era mucho satisfacción, no podía soportar más, me iba a correr allí mismo, y en eso sentí un pequeño pero fuerte chorro salir de su vagina, era eyaculación femenina producto del gran placer que estaba sintiendo, y eso se unió a un grandioso orgasmo anal que terminó por dejarla sin ninguna fuerza y a los segundos me corrí, a llenando el interior de su ano con todo mi semen ardiente.




El piso de la sala quedó lleno de su eyaculación y la mía goteando del interior de su ano, fue loco, placentero y el inicio de muchas sesiones de sexo donde la lujuria de ambos era la protagonista.