Relato: El Ritual inconcluso (Región Metropolitana)

Tema en 'La Dimensión Desconocida "Portal Paranormal"' iniciado por Basilisko, 17 Abr 2014.

  1. Basilisko

    Basilisko Usuario Nuevo nvl. 1
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    Amigos, comparto otra historia. Si bien la anterior que deje, no tenia un "remate" de lujo, les comento que todas estos escritos, nacen de historias que he logrado recopilar de diversa gente con la que he conversado y compartido (Algunos fantásticos y poco creíbles, y otros que siembran la duda). Por tanto son solo adaptaciones de lo que he escuchado.
    Muchas gracias por leer.

    El Ritual Inconcluso
    Por T.García (No es su nombre real)

    Don Timoteo García, había enviudado hace casi 5 años. La muerte de su esposa fue un tanto trágica, por lo que se tuvo que cambiar de casa e irse a vivir a la Rinconada de Maipú. Viudo y con un cabro chico, casi adolescente, que con el paso de los años, se volvió metalero. No lo asocien con el clásico metalero de pelo largo y polera de Metallica, El cabro se volvió uno de esos metaleros iconográficos de finales de los 80, que trasgredían todo tipo de normas y que tenían mucha influencia “satánica” por decir lo menos.

    Era cosa de todos los fines de semana, soportar sus “juntas” en casa, quienes se deleitaban al ritmo del desenfrenado thrash metal, pilseners y que en más de alguna ocasión invoco la presencia no de demonios ni espíritus, sino que de carabineros con su respectivo parte policial por “ruidos molestos”.

    Con el tiempo Timoteo, después de muchísimos problemas con su retoño, pensó que en algún momento se le pasaría esta etapa funesta de juventud rebelde y se convertiría “en un cabro de bien”. Pronto le tocaría hacer el servicio militar obligatorio, y ahí lo pondrían en el buen camino. Pero la verdad es que en vez de mejorar, cada vez se hacía más radical su comportamiento, llegando algunas veces a los golpes, borracheras, volado, o en estados “alterados”.

    Un fin de semana de Febrero, mientras don Timoteo veía su noticiario de televisión favorito, su hijo irrumpió en la casa “entonado”, con un saco de harina, lleno de unas cosas que sonaban como “loza pesada”. Paso apenas por el pasillo de su casa, hasta el fondo en donde estaba su pieza. Detrás de el venían una guatona metalera, y un cabro con cara de “volado”. Se metieron todos en la pieza de su hijo – que estaba al fondo del patio de la casa – y comenzaron su acostumbrada sesión de carrete con música a todo volumen, gritos y quien sabe que más. Timoteo, cerró la puerta de su pieza, y solo se limito a escuchar el ruido de las “visitas” que iban y venían por el pasillo de la casa, como si estuvieran acarreando cosas.

    La cosa es que al final, se quedo dormido como a eso de las 10, a pesar de la bulla y los gritos. Hacía la medianoche, Timoteo, se despertó de golpe, porque escucho mucho la palabra “Satán” - el caballero era católico, no religioso acérrimo pero al menos, una persona que se espantaría si alguien tiene la osadía de invocar al diablo en su casa- Se levanto indignado y partió raudo a la pieza de su hijo, en donde casi se fue de espalda al ver el siguiente escenario: un festín de sangre derramada, su hijo, cuchillo en mano, la gorda en pelotas, un pentagrama dibujado en el piso, y supuestos restos de un animal esparcidos por el piso, amontonados en una bolsa de basura, con "Sacrificial Suicide" de Decide de fondo.

    Timoteo exploto de rabia y los echo a todos de la casa, incluyendo al hijo, el que le repetía que tenía que cerrar el ritual, porque la gorda Camila, quería venderle su alma al diablo. Salieron echando chuchadas, confundidos, mareados, completamente enardecidos, al punto que se fueron a seguir con su carrete desenfrenado a una plaza cercana, despertando a todos los vecinos de la cuadra.

    Timoteo se fue a acostar enojado. Pero como estaba muy cansado, se quedo dormido rápidamente. Al cabo de un tiempo, volvió a despertar, porque empezó a sentir mucho frío. Se tapó, se abrigo, pero no se le pasaba. Los perros se pusieron a aullar y los gatos de afuera, a maullar de forma casi humana. Un silencio nocturno acompañado de un festival de sonidos que lo pusieron intranquilo en medio de la oscuridad de su pieza, hasta que de todos los sonidos, uno se destaco macabramente. Era un gemido extraño, entre humano y animal, que se sintió al interior de la vivienda y venía en dirección hacia su pieza. Timoteo adormilado, se asusto y se trató de levantar, pero no pudo. Ese gemido ya estaba en la pieza y sobre el. La pieza estaba oscura. Forcejeo, un buen rato sin resultado. El peso sobre el se hacía cada vez mas insoportable. De pronto el gemido se transformo en un alarido que le congelo la sangre. Era un alarido venido de las más profundas mazmorras del averno. Un alarido que le gritaba en medio de esa oscuridad.

    En un esfuerzo sobre humano, pudo sacar su mano fuera de la cama para prender la luz y ver con horror, que sobre él, había un cerdo degollado, aún vivo gritando estremecedoramente y manchando su cama con sangre. Timoteo quedo absolutamente atónito ante el dantesco escenario. Solo atino a gritar lo mas fuerte que pudo hasta que su hijo, entro con su amigo volado, a sacar el cerdo de la cama. El animal, formaba parte del rito satánico interrumpido aquella noche para que la gorda pudiera vender su alma al diablo. Timoteo, se desvaneció de la impresión.

    A la mañana siguiente, Timoteo se recupero y saco al cerdo degollado, que estaba en el patio de la casa, en una bolsa de basura a la calle. Prendió un cigarro para espantar un poco el olor nauseabundo del animal muerto, hasta que de pronto, un vagabundo que arrastraba un carromato con cachureos, se le acercó, pidiéndole permiso, se acerco a la bolsa y la subió a un carromato que andaba trayendo.

    - Mis disculpas mi señor, pero anoche me quedaron debiendo esto.
    - ¡Pero si eso es un animal muerto! – Replico Timoteo extrañado.
    - Precisamente mi señor, con su permiso. Tengo que llevarme primero el cerdo, para después llevarme a la cerda.

    El Vagabundo tomo su carro, y se alejo con el cerdo degollado en la bolsa, mientras se iba echándole chuchadas a Dios y el cielo comenzaba a nublarse de golpe, mientras se iba alejando.

    Por cierto, esa misma mañana Timoteo le sacó la chucha a su hijo, y quedo tan colorado que sus amigos metaleros, le apodaron el “Diablo García”. Si se volvió un “cabro de bien” con el tiempo, nadie lo sabe.
     
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  2. Horizon6

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    Compadre, soy fans de sus historias ! dejé la canción pa' que no la tengan que buscar ! excelente la historia!!
     
    #2 Horizon6, 17 Abr 2014
    Última edición por un moderador: 14 Nov 2016
  3. Anto

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    Muy buena historia !