Seduciendo a mi alumno...

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por Simply_Gabriela, 10 Dic 2007.

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  1. Simply_Gabriela

    Simply_Gabriela Usuario Nuevo nvl. 1
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    ".. Adiós Chicos, nos vemos el Lunes, no olviden prepararse para el examen.." Dije, mientras mis alumnos armaban un tremendo alboroto, y salían corriendo a toda prisa del salón de clases, sin apenas hacerme caso.

    Sonreí un poco, mientras acomodaba mis libros en mi pequeña mochila. Había sido una semana muy complicada. Entre las clases, exámenes, y juntas con los padres de familia, no había podido dedicar tiempo para mi. A mis 25 años, estaba exhausta y necesitaba con urgencia unas vacaciones.

    Voltee a ver al fondo del salón, a uno de mis alumnos que seguía sentado en su pupitre, Michael Callaghan. En la mañana les había gastado una broma muy pesada a las niñas, rociándolas con pintura, y yo lo había castigado obligándolo a sentarse en la esquina con unas orejas de burro en la cabeza.

    ".. Maestra Alina.. ¿Ya me puedo ir, o me va a tener aquí toda la tarde?" Me dijo, en un tono arrogante.

    Seguí acomodando mis libros durante unos segundos, antes de responder. El caso de Michael era especial para mí. Hacia 3 meses que estaba en mi clase. Desde el primer día, su comportamiento había sido sumamente conflictivo. Se peleaba con todos los niños, y coqueteaba con todas las niñas. Creo que esto se debía a que su padre tenía fama de mafioso, y había heredado el carácter arrogante y agresivo a su hijo.

    Lo mire de reojo. Algo que tenia Michael, aparte de personalidad, era el físico. Se podía ver que en unos años seria todo un galán. Tenía unos ojos azules que reflejaban de alguna forma su personalidad atrevida. Su cabello era rubio, un poco largo, y siempre lo llevaba despeinado. A pesar de su tierna edad, tenia un cuerpo atlético muy bien formado. Me mordí los labios, sintiendo algo de remordimiento de estar pensando así de uno de mis alumnos.

    Termine de acomodar mis cosas, y lo mire fijamente.

    "¿Crees que ya has pagado tu error?" Le dije con firmeza.

    ".. Claro nena..." Me contesto, sonriendo pícaramente.

    No pude evitar reírme un poco al oír tan ingeniosa respuesta. A pesar de sus problemas, Michael era un encanto. Siempre tenia el comentario cínico que me hacia reír. Y en ocasiones, hasta un piropo.

    A veces, cuando estábamos solos, me llamaba "nena", lo cual no me molestaba en absoluto. Me divertía mucho seguirle el juego, y ver como al ser confrontado, su arrogancia se desvanecía, y daba paso a una timidez encantadora.

    Suspire, reflexionando acerca de mi situación actual.

    Hacia 4 meses que no tenía novio. Por culpa del trabajo, había descuidado mi última relación, y lo peor de todo es que no veía para cuando poder tener otra...nunca tenia tiempo para salir. Desgraciadamente, los únicos piropos que había oído en meses, eran de Michael.

    ".. Entonces... ¿Me voy?" Dijo, arañando juguetonamente el pupitre.

    Camine hacia el, y me senté en el pupitre de enfrente, cruzando las piernas. Ese día, no se porque, había decidido vestirme de una forma mas atrevida que lo usual. Llevaba una pequeñísima falta negra, que cubría con apuros mi intimidad, y una delicada blusa café que se pegaba a mí como si fuera una segunda piel. Tenia puesta una delicada tanga negra, que se apretaba deliciosamente contra mi cuerpo con cada paso que daba, lo cual me hacia sonrojarme una que otra vez. Complementaba el conjunto con unos lindos tenis blancos.

    Inmediatamente note que Michael miraba de reojo mis piernas y sudaba un poco. Sonreí, orgullosa del impacto que estaba teniendo en el. De alguna forma, era increíble para mi ego saber que podía afectar así a los hombres.

    “Bueno, Michael.. puedes irte.. pero por favor, trata de comportarte mejor.. ¿Me lo prometes?" Dije, tomándolo de la mano.

    " Si.. nena... lo que tu me pidas.." Contesto Michael, apretando mi mano entre las suyas, mientras se incorporaba.

    Mordí mis labios, y durante un segundo le creí. Pero no importaba que tanto platicara con el, siempre volvía a las andadas. Este había sido su 5º castigo apenas en este mes. Y siempre me prometía que ya no lo volvería a hacer.

    ".. Maestra... Mi papa me acaba de comprar un coche.. y me gustaría llevarla hasta su casa...¿ Acepta?" Dijo Michael, un poco mas serio.

    "..No se, es que.. eres algo joven para manejar.. ¿ No?"

    ".. Si usted gusta.. maneje usted... además.. cuando vea el carro le va a encantar.." Respondió, mientras apuradamente sacaba de su bolsillo unas llaves, que me mostró.

    Las vi. detenidamente. Claramente podía leer la palabra "Ferrari" grabada en ellas. Mire asombrada a Michael.

    "..¿ A poco tu papa te compro.. un Ferrari?"

    ".. Si.." Contesto orgulloso.

    "Bueno.. acepto tu invitación, pero yo manejo.." Dije quitándole las llaves de la mano con un gesto juguetón.

    Michael rió, y juntos nos dirigimos al estacionamiento de la escuela. Ya casi no habían carros, puesto que todo mundo se había retirado lo mas pronto posible por el fin de semana. Mientras caminábamos, yo buscaba con la mirada el tan afamado carro, hasta que por fin, detrás de una camioneta, lo vi.

    Quede fascinada. Era un hermosísimo Ferrari rojo de dos asientos, convertible, con asientos de cuero y detalles cromados. Corrí hacia el, y con prisa, abrí la puerta, sentándome en el asiento del conductor. Apreté un botón, y la capota comenzó a deslizarse para atrás. Michael, con un ágil salto, se metió al carro sin abrir la puerta.

    "¿Te gusta, nena?" Me dijo, volviendo a usar el tono de voz arrogante que tan bien le conocía.

    "Si.. .. ¡Esta increíble!" Dije, encendiéndolo. El sonido del motor era soberbio. Era como si un tigre ronroneara. Apreté el acelerador unas cuantas veces, y la bestia gruñía con fuerza en cada ocasión. La sensación de poder que transmitía este carro me volvía loca.

    Cambie velocidad, y el carro comenzó a moverse lentamente. Respire profundamente, apretando el volante con mis manos, mientras la adrenalina recorría con fuerza mi cuerpo.

    Al acomodarme en el asiento, note que mi falda se había subido un poco, y parte de mi tanga quedo a la vista. Con el rabillo del ojo, vi que Michael se había dado cuenta de esto, y descaradamente no le quitaba la vista de encima.

    Una extraña sensación se apodero de m. Sentí un latigazo de lujuria recorrer todo mi cuerpo. Mi corazón latía a mil por hora. Yo sabia que debía bajar mi falda, y cerrar las piernas. Pero no pude. No quise. Este juego exhibicionista era demasiado emocionante para dejarlo.

    Voltee a ver a Michael, y el trató de desviar la mirada lo mas rápido que pudo. Le cerré un ojo coquetamente, y seguí manejando. No paso ni un segundo cuando ya estaba el nuevamente mirando entre mis piernas, y yo solo sonreí con picardía.

    Saque el carro del estacionamiento, y mordiéndome los labios aceleré. El Ferrari respondió rugiendo agresivamente y acelero con brusquedad. Me reí un poco, volteando a ver a Michael, que con algo de miedo se sujetaba al asiento.

    "..¿Había manejado antes un Ferrari, Maestra Alina?" Dijo, sumamente nervioso.

    "Si.. uno de mis novios tenia uno, y yo lo manejaba a cada rato..."Dije, deslizando uno de mis dedos coquetamente por mi cabello, que se agitaba con el viento.

    Afortunadamente, ese día había poco trafico. La ciudad estaba semi vacía, puesto que todos habían salido de vacaciones, aprovechando una feria en un pueblo vecino. Apreté el volante con fuerza. La calle frente a mi estaba prácticamente desierta. Con mucha seguridad, pise el acelerador, y el carro acelero a 220km/h en apenas unos segundos.

    "..N..nena... vamos.. muy rápido..." Dijo Michael, apretando con fuerza las manos contra el tablero. Estaba tan nervioso, que ya ni siquiera miraba mis piernas.

    "Tranquilo, Michael.. he manejado antes a esta velocidad..." Dije con mucha seguridad, mientras rebasaba a 2 carros de forma agresiva.

    Michael trato de tranquilizarse, y adoptando nuevamente su mascara de "arrogancia", me dijo:

    "¿Te gustaría conocer un sitio divertido? Hay un atajo, cerca de la autopista, que lleva a un mirador en la montaña..."

    Sonreí un poco sin mirarlo. Yo sabia perfectamente que ese supuesto mirador era realmente donde las parejitas de novios iban a tener sexo en sus carros. Pero algo en la forma en la que me lo había dicho, con un intento obvio de parecer "Don Juan", pero a la vez tan torpe, me había enternecido.

    Dudé mucho antes de saber que contestar. Por un lado, no seria para nada correcto que una maestra fuera descubierta haciendo cosas "inapropiadas" con uno de sus alumnos. En una ciudad tan pequeña como esta, si se descubriera, tendría consecuencias que no quería imaginar.

    Pero mi cuerpo opinaba diferente.

    Me sentía acalorada. Excitada. Hacia mucho tiempo que no me sentía así, tan... salvaje. Y la emoción por manejar el carro no me ayudaba en nada a calmarme.

    La humedad entre mis piernas era cada vez mas evidente. El mensaje que me indicaban mis instintos era claro. Necesitaba con urgencia una verga. Sentirla penetrándome sin piedad, una y otra vez. Necesitaba sentir un duro miembro en mi boca. Saborear lentamente con la lengua la calida semilla de un hombre.

    Cerré los ojos por un segundo y cuando los abrí ya me había decidido.

    ".. Claro, me encantaría conocer el Mirador, Michael.." Dije coqueta, mientras el ponía una cara de asombro sin saber que decir.

    Quizá supuso que yo le diría que no. Y de esa forma, su ego no sufriría, ya que en teoría, había "hecho el intento". No era algo fácil para ningún alumno cogerse a su maestra, así que si el plan fallaba no seria algo del todo inesperado.

    Pero creo que no había previsto un plan B, en caso de que yo le dijera que si.

    Maneje a toda velocidad por la carretera, hasta que encontré una pequeña desviación, que se metía en el bosque. Desacelere, y con cuidado, entramos por una pequeña vereda rural. El Ferrari avanzaba con dificultad ya que estos no eran precisamente sus terrenos.

    Con los movimientos que daba el carro, note que mi falda se había subido un poco más y ahora la parte frontal de mi tanga estaba completamente a la vista. Pero a pesar de esto, Michael miraba nervioso el camino. Seguramente, supuse, no sabe que hacer ahora que su fantasía se le va a hacer realidad. Sonreí con malicia.

    Después de unos minutos, llegamos al Mirador. Voltee a ver a todos lados mientras detenía el carro, tratando de asegurarme que no hubiera nadie cerca. Una vez calmados mis temores, apague el motor. Me acomode de lado en mi asiento, cruzando las piernas en dirección a Michael, que no se atrevía a mirarme.

    "Llegamos, y debo reconocer, esta muy bonito este lugar..." Dije, fingiendo inocencia.

    Michael me miro, y trato nuevamente de aparentar gran seguridad, aunque sin mucho éxito, puesto que comenzó a sudar de nervios...

    "Traje unas cervezas...nena ¿ Quieres una?" Dijo, y sin darme tiempo a responder, abrió el compartimiento lateral del tablero, y saco de ahí 2 latas de la embriagante bebida.

    Deslice mis dedos juguetonamente a lo largo de mi cabello, mientras tomaba una de las cervezas con la mano izquierda. Sonreí y acto seguido le di un largo trago. Michael hizo lo mismo, mirando nuevamente de reojo mis piernas.

    Yo sabía que su táctica era "emborracharme". Después de todo, eso estaba escrito con hierro en el manual de todos los hombres. Pero me encantaba darle la impresión de que el llevaba el control de la situación. Ver sus torpes intentos de ser un conquistador me estaba excitando mucho.

    Decidí seguirle el juego.

    Agarre la cerveza y le di unos tragos mas, hasta que me la acabe.

    "Que... delicia..." Dije, riéndome tontamente, actuando como si hubiera bebido por horas.

    "Supongo que se siente mejor ahora, ¿Verdad Maestra?" Dijo Michael, sonriendo maliciosamente, creyendo que su plan iba a la perfección.

    "S...sip... ¿Tienes otra cerveza?" Dije, arrastrando las palabras a propósito.

    Michael saco de la gaveta otra cerveza, y rápidamente me la ofreció. Juguetonamente, le di un trago pasando mi lengua sensualmente por el borde. Me la tome en segundos, y tire la lata al piso.

    "¡Me...siento muy... bieeeeennnnnnn!" Dije mientras intempestivamente me paraba y quedaba arrodillada sobre el asiento, mirando hacia la parte trasera del carro. Lentamente me incline hacia delante, tratando de agarrar la capota con mis manos. Al hacer esto, mi faldita se movió hacia arriba y mi culo quedo completamente a la vista de Michael. Lo mire de reojo, y vi. que estaba embelesado mirando el espectáculo que yo le brindaba.

    Gracias a mis genes, afortunadamente tenia unas nalgas divinas. Firmes, y redonditas. No son muy grandes pero están perfectamente proporcionadas para mi cuerpo puesto que soy mas bien esbelta. Por esta razón, aprovechaba cuanta ocasión tuviera de lucirlas, ya sea en bikini, mini faldas.. en fin. Adoraba ver a los hombres desear con tanta hambre esa parte de mi.

    ".. Uf.. esta capota.. no.. se... quiere mover.." Dije de forma coqueta, mientras hacia inútiles esfuerzos para subirla. Michael no decía nada, solo seguia absorto mirando de forma descarada mis nalgas.

    Me quede quieta por unos segundos arqueando sugestivamente la espalda. Sentí como la brisa del bosque pasaba lujuriosamente entre mis piernas, acariciándolas delicadamente, lo cual me daba unos escalofrios deliciosos. Mi tanga apretaba como nunca antes mi cuerpo y era delicioso sentir como con cada movimiento frotaba sutilmente mi clítoris una y otra vez.

    "..¿ Me ayudas? Es... que quiero... s...subir la capota...." Dije, usando una voz infantil.

    Michael tardó unos segundos en reaccionar, aun perdido observando mi delicioso culo.

    ".. ¡Ah.!.....si, pero... no se activa desde ahí, recuerda...nena..." Respondió de repente mientras apretaba el botón del tablero que activa la capota. Esta comenzó a desplegarse nuevamente, encerrándonos.

    "..Que..bueno eres, Michael... ufff... sabes donde esta cada botón de este.... esta cosa.." Dije, riéndome un poco.

    Michael me miraba con miedo, sin saber que hacer en esta situación.

    Por fin tenia una chica hermosa y "borracha" en su carro... pero no se atrevía a dar el primer paso. Quizás era porque yo no era una chica cualquiera, sino su Maestra. Y tratar de hacer algo con tu maestra, no es cosa de todos los días. Se requiere valor. Y en este momento, yo podía ver que Michael estaba aterrado.

    Decidí esperar un poco a que el diera el primer paso.

    "Este... maestra... le.. quisiera pedir algo.. pero..." Trato de decir, pero se sonrojo inmediatamente, y no pudo continuar.

    "¿Si, Michael?"

    "...pues.. es que.. usted... digo... tu, nena.. eres.. " Michael miraba hacia abajo, sin poder mirarme a los ojos. Note que le temblaban un poco las manos.

    "¿ Me vas a decir, o que?" Dije, empujándolo con mi mano de forma juguetona.

    "Bueno.. d..dicen mis amigos que.. l..las.. Maestras.. a veces le dan.. sexo oral... a sus...alumnos..." Dijo, apenadísimo.

    "...¿Me... estas pidiendo... que... te la mame?" Dije, poniéndome seria.

    Michael, al ver esto, se asustó mucho. Su cara lo decía todo. Pensó que su comentario me había parecido ofensivo.

    "..n..no, como cree... no, para nada..yo.. yo solo..." Tartamudeo poniéndose rojo.

    "Ah... ¿ Entonces ....no quieres meterme la verga en la boca?" Respondí con seriedad recargándome en el asiento, como si estuviera mareada.

    "...s..si, pero... yo... no se.. es..." Volvió a decir Michael, realmente sin tener mucha idea de que como salir del apuro.

    "Dímelo.. quiero oírlo en tus palabras.."

    "...."

    ".....Michael... estoy esperando.."

    "...."

    Después de unos incómodos segundos por fin se animo a hablar. Mirándome a los ojos, se acerco un poco a mi, y con un tono de voz bajo, dijo:

    "Maestra...Alina... quiero... meter mi pene en su boca..."

    "Entonces.. supongo que debo mamártela.." Dije acercándome a el, mientras deslizaba mis dedos alrededor de su nuca, jalándolo hacia mi. Sin darle tiempo a nada lo besé apasionadamente. En un instante mis labios se unieron a los suyos y agresivamente los use para abrir su boca de par en par.

    Michael respiraba acelerado. Gemí suavemente, y sin darle tiempo a reaccionar, succione su lengua al interior de mi boca, lo mas hondo que pude. El tímidamente trato de retirarla, pero emití un gemido de queja que no le dejo la menor duda de que no debía hacerlo. Mis labios apretaban su lengua como si fuera un pequeño pene, yo me apretaba contra su cuerpo con una desesperación sumamente erótica.

    Mi boca hambrienta devoraba agresivamente la lengua de mi tierna victima, y era una batalla muy dispareja. Michael fue tomando confianza y lentamente comenzó a mover su lengua de atrás para adelante, como si me estuviera penetrando. Deje escapar unos gemidos de satisfacción, y respondí apretándolo un poco mas mis labios para que no la tuviera tan fácil.

    Entonces sentí que el colocaba una mano en mi rodilla, pero sin atreverse a ir mas allá. Sonreí coquetamente, mientras rompía el beso, mirándolo a los ojos.

    "..Q..que... ¿Hice algo mal, Maestra?" Dijo Michael, mortificado.

    Con la cabeza le dije que no. Lentamente, sin dejar de mirarlo fijamente me sente sobre su regazo, colocando mis firmes piernas en sus costados. Coloque mis manos en sus hombros para darme apoyo, mientras el solo me miraba fascinado

    ".. No tengas miedo.. yo se lo que quieres... pon tus manos en mis nalgas, y aprieta todo lo que quieras..." Le dije al oido.

    Michael dejo escapar una leve sonrisa y con mucho cuidado al principio, como si yo estuviera hecha de un cristal que se pudiera romper en cualquier momento, coloco sus manos en mis nalgas. Por un segundo, no las movió. Pero fue agarrando valor, y comenzó a apretarlas, cada vez mas fuerte.

    Sus nervios habían casi desaparecido, ya que sus manos apretaban y jalaban mis nalgas de una forma agresiva, casi animal. Comencé a gemir suavemente mientras mordia el lóbulo de su oreja en un gesto coqueto, mientras movia mis caderas lentamente de atrás para adelante.

    Súbitamente, mi joven amante hizo algo que me sorprendió. Uno de sus dedos se deslizo debajo de mi tanga, y con torpeza y sin darme tiempo a reaccionar lo metió en mi panocha.

    Cerré los ojos y abrí la boca sintiendo un delicioso placer, sin emitir sonido alguno.

    Mi cuerpo temblaba invadido por el deseo. El sentir aquel cuerpo extraño en mi interior había despertado instintos que hacia mucho dormían. Respondí moviendo mis caderas un poco mas rápido.

    "...Ah....M....Michael.... " Dije, con la voz entrecortada. El no respondió, y comenzó a mover su dedo aun mas rápido, de atrás para adelante violando mi concha sin piedad.

    "..D..dios..." Alcance a decir con apuros, respirando agitadamente. Me sentía en el paraíso. Con cada frotada mi clítoris reaccionaba en paralelo, acercándome cada vez mas a una explosión orgásmica.

    Queriendo darle a mi joven amante un mejor espectáculo, agarre la base de mi blusa café y la subi hasta que mis delicados y pequeños pechos quedaron a la vista. No eran muy grandes, pero tenían una forma redondita con unos pezones pequeños y firmes apuntando al frente. Con cada movimiento de mis caderas mis pechos se mecían rítmicamente, en una cadencia que parecía tener hipnotizado a mi joven victima.

    Sin dudar Michael abrió la boca, y succionó uno de mis pezones, usando su lengua para rodearlo en círculos. Me mordí los labios coquetamente, e instintivamente me apreté un poco mas contra el. Mi joven amante no tardo mucho en morder y succionabar mis pechos con voracidad, pasando su lengua por todos lados.

    Pero de repente se detuvo, y me dijo al oído:

    "Nena.. quiero meter mi.. pene... en tu boca..."

    Sin decir palabra me pase nuevamente al asiento del conductor. Michael me veía con ansiedad, sin perder detalle. Con dificultad, dado lo reducido del espacio, me incline hasta que mi cara quedo justo enfrente de su entrepierna y coloque mis manos en su pantalón pero sin tocar el zipper.
    Antes de todo yo quería ver su cara al verme asi. Voltee a ver a Michael desde la posición en la que estaba y le sonreí coquetamente, usando uno de mis dedos para peinar una ultima vez mi cabello.
    Entonces con mi mano libre agarre la tela de mi falda jalándola hacia arriba, asegurándome de que mi tanga y piernas quedaran completamente a la vista de mi joven amante. Al ver esto, note que la erección debajo de su pantalón se hizo aun mas evidente.

    "Dime Michael... ¿Qué te gustaría que hiciera?" Le dije usando un tono de voz picara.

    "..Q..quiero que... usted me la mame, Maestra..." Dijo, mordiéndose los labios.

    Mis manos se acercaron a su pantalón, y con seguridad baje su zipper. Su verga no tardo en salir liberada por fin de su prisión, y me quede asombrada.

    Era un animal magnifico. No podía creer que Michael tuviera semejante instrumento. No era tan larga, aunque si dolorosamente gruesa. Admire con lujuria sus venas, gruesas y llenas de sangre, las cuales palpitaban con excitación. Mordí mis labios, admirando la enorme cabeza morada, que parecía apuntar directamente a mi boca como si conociera su destino.

    Michael no decía ni una palabra, esperando con ansia mi reacción. Sonreí coquetamente mirándolo a los ojos. Entonces acerque lentamente mis labios a su verga, y sople suavemente mi aliento en la punta. Con un ágil movimiento abrí mi boca lo mas que pude, y comencé a tragarme con hambre su miembro poco a poco.


    "Mfmf..mfmf...mmf" Gemí suavemente.
    Lentamente fui bajando hasta que tuve casi 8 cms adentro de mi. Me dolía mucho la mandíbula ya que había tenido que abrirla casi hasta el limite pero en estos momentos, esta incomodidad era lo de menos.

    "...D..dios...." Dijo el, cubriéndose los ojos con una mano.

    Apreté mis labios con fuerza. Podía sentir su verga llenando casi por completo mi boca, golpeando agresivamente contra mi garganta. Sus venas palpitaban en mi interior, inundadas de pasión. Respire profundamente, y comencé a mover mi cabeza lentamente de arriba hacia abajo.

    "A...así...M..Maestra....Alina..." Alcanzo a decir Michael, con voz entrecortada, respirando agitadamente.

    Al oír eso reaccione moviendo mi cabeza mas rápido. Con desesperación, mi boca succionaba el enorme falo, como si mi vida dependiera de esto. Sentía oleadas de lujuria recorriendo todo mi cuerpo, y con cada mamada que daba, volvía a sentirme viva, como hacia mucho no sucedía.

    Pensé acerca de lo que estaba haciendo. Yo sabia que no era correcto. Ni ético. Pero en ese momento, poco me importaba. Lo único que existía para mi, era esa magnifica verga clavada en mi boca. Y nada mas.

    "Mmfmfm...mmfmfm..." Gemí, apretando salvajemente la verga de Michael con los labios.

    El reacciono inmediatamente y coloco sus manos en mi cabeza, empujándola hacia abajo. Trate de resistir, pero sabia que era inútil. El no descansaría hasta que yo me hubiera tragado por completo su miembro.

    Gotas de sudor comenzaron a resbalar por mi rostro. El calor adentro del carro era asfixiante. Yo estaba engolosinada, y mamaba con fuerza el jugoso dulce que el destino había puesto frente a mi. Chupaba la verga de Michael tan intensamente que algo de semen comenzó a escurrir de ella. Mi lengua entonces se dedico a moverse en círculos alrededor de la punta, saboreando el delicioso liquido.

    Después de unos cuantos minutos así, donde me asegure de darle la mejor mamada que hubiera recibido en su corta vida, Michael comenzó a jadear. Supe que estaba a punto de tener un orgasmo, y sin darme tiempo a reaccionar sujeto de nuevo mi cabeza firmemente, impidiendo que pudiera moverla.

    Gemí tiernamente a modo de queja al ser tratada tan bruscamente. Pero sin poder hacer nada al respecto, sentí como mi boca comenzaba a llenarse de un liquido espeso y caliente. Trate de apartarme, pero fue inútil. Michael mantenía aprisionada mi cabeza con sus manos.

    No había opción. Si no quería ahogarme, tendría que tragarme lo mas rápidamente posible su leche.

    Entonces mi hambrienta boca comenzó a tragar apresuradamente la inmensa carga de semen que caía en ella. El sabor era delicioso. Mi lengua se retorcía en éxtasis entre el espeso liquido, mientras mis labios apretaban con mas fuerza el miembro invasor.

    Perdí el sentido del tiempo. Durante unos segundos, que a mi me parecieron horas, su verga continuo arrojando furiosos chorros de semen dentro de mi, y yo me dedique a tragarlos a un ritmo frenético. Cerré los ojos y me aferre con todas mis fuerzas a ese miembro que me alimentaba.

    Naturalmente, Michael comenzó a debilitarse y note que temblaba de la emoción. Poco a poco su verga fue perdiendo firmeza. Entonces lentamente moví mi cabeza hacia atrás, hasta que por fin su miembro estuvo fuera de mi boca.

    "¿Te gustó esto, Michael?" Pregunte inclinando ligeramente mi rostro a un lado, en una actitud retadora.

    "....s...si.." Contesto débilmente, limpiándose el sudor de la cara.

    "¿Tienes condones?" Pregunte, obviamente aun insatisfecha. Mi cuerpo pedía mas.

    El saco con apuros su cartera, y la abrió frente a mi. Nada. Ni un condón.

    "No es posible.. " Dije, haciendo una mueca coqueta. "¿Qué hacemos ahora?

    "..P..pero.. podría ser por atrás.." Dijo genuinamente apenado.. y excitado.

    "O sea que... ¿ Quieres meterle la verga a tu maestra por el culo?"Dije con una actitud juguetona.

    "....Si.. nena..." Contesto mordiéndose los labios.

    Me sentí sumamente excitada al oír eso. La idea de que Michael estuviera en unos segundos mas penetrando mi culo me calentó muchísimo. Abrí un poco la boca y pase la punta de la lengua por mis labios, enviando un claro mensaje a mi joven amante.

    Con mucha agilidad, como si leyera mi pensamiento Michael apretó el botón que abría la capota. Esta comenzó a replegarse hacia atrás, mientras yo usaba mis dedos para jugar con mi cabello. Conforme se replegaba el techo los rayos del sol fueron entrando sin piedad al interior del carro y me quede deslumbrada por unos segundos.

    Sin poder ver bien aun, ágilmente me levante y me arrodille sobre el asiento del conductor, mirando hacia la parte trasera del carro. Mirando a Michel con picardia agarre la base de mi falda y la subi hasta que estuvo descansando sobre mi espalda, dejando mis lindas nalguitas completamente a la vista, listas para recibir su premio.
    Michael entendió el mensaje, y con ansiedad, se coloco detrás de mi, colocando sus pies al lado de mis rodillas. Me miro a los ojos durante un segundo, y le respondí con un guiño coqueto.
    “Quitame la Tanga, Michael…” Le dije suavemente.
    “S..si Maestra…” Respondio y con nervios sujeto los costados de mi delicada prenda. Poco a poco la fue bajando hasta que quedo en mis rodillas.
    Sonriendo picaramente voltee a verlo de nuevo, sintiéndome completamente a su merced. Vi entonces que su verga nuevamente estaba erguida, apuntando hacia mis nalgas con algo de semen escurriendo de la punta. Instintivamente, pare el culo lo mas que pude y arquee mi espalda como si fuera una gatita. Las señales que le enviaba con el cuerpo no podían ser mas obvias.

    Michael entendió mi apuro, y con su mano derecha agarro su miembro y fue guiando la gruesa cabeza morada entre mis nalgas. Juguetonamente, comenzó a frotar la punta de su miembro en círculos alrededor de mi pequeño ano pero sin entrar, mas bien tentándome con malicia.

    Sintiendo esto, no pude evitar tensar mi cuerpo. Era delicioso sentir como algo duro y caliente se apretaba contra mi pequeño orificio. Cerré los ojos, abriendo un poco la boca en extasis.

    "...D..despacio, Michael... métela.. muy despacio.." Dije, en tono suplicante.

    El no respondió. Comenzó a empujar su verga hacia delante, mientras mi ano trataba a como diera lugar de impedirle el paso. Yo queria relajarme pero era inútil. Mi culo no permitiría tan fácilmente ser invadido.

    Finalmente después de unos cuantos intentos vigorosos mi cuerpo cedió. Abrí los ojos en actitud de sorpresa, sintiendo entonces como el grueso miembro comenzaba a hacerse paso en mi interior, deslizándose centímetro a centímetro dentro de mí.

    "..¡Ahhhh...mmmmm! " Gemí, instintivamente apretando las nalgas. La sensación era exquisita. Podía sentir como lentamente mi recto se iba llenando de verga. Esboce una ligera sonrisa y agarre mis nalgas con fuerza, abriéndolas por completo para de esa forma facilitar aun mas la penetración.

    Michael seguía sin decir nada, y solo lo oía respirar agitadamente. Yo sabia que el no se detendría hasta que toda su verga estuviera firmemente clavada en mi. Con cuidado, recargue mi cabeza en la lámina del carro, jadeando tiernamente. Sentía como el miembro de Michael entraba hasta lo mas profundo de mi ser, sin detenerse ni un instante. La presión en mi interior era tremenda.

    Justo cuando yo estaba a punto de gritar sintiendo como mi culo llegaba a su límite de resistencia, Michael se detuvo. No se como lo habia hecho pero había logrado meter todo su miembro en mi. Respire alivada, sintiendo su cuerpo presionando con fuerza mis nalgas.

    "....¿Estas...feliz ahora, Michael..? " Dije con dificultad, mientras movía mis caderas lentamente de atrás para adelante.

    "...S...si... Maestra..." Dijo el, haciendo un gran esfuerzo en no venirse aun.

    Mi ano pulsaba una y otra vez, tratando inútilmente de cerrarse. Con una actitud rebelde, mi cuerpo trataba insistentemente de expulsar al temerario invasor, pero era una batalla perdida. Con dificultad sonreí, mientras con mi mano libre limpiaba el sudor de mi frente. De repente, sentí como Michael comenzaba a mover sus caderas y no pude evitar saltar un poco.

    Sus movimientos al principio eran delicados, pero no tardo en dejarse de sutilezas para entonces montarme como el quería, rápido y violento. Coloque mis manos en la fría lámina del carro tratando de resistir sus embestidas.

    Gemí suavemente fascinada con la situación. Mi culo respondía enérgicamente a cada acometida del miembro de Michael, apretándose tanto como fuera posible para evitar que entrara tan libremente. Incline mi cabeza hacia un lado respirando agitadamente, sintiendo que estaba a punto de desmayarme.

    Michael sostenía con fuerza mis caderas, mientras con un ritmo frenético me impalaba. Con dificultad, deslice mi mano libre debajo de mi, hasta alcanzar mi concha. Entonces comencé a frotar rapidamente los pliegues de piel que rodean a mi clítoris para tener tener un orgasmo. Me reí suavemente olvidándome por un segundo de la situación mientras mis dedos aceleraban su ritmo, estimulando hábilmente mi pequeño punto de placer.

    Mi respiración se volvio agitada...

    Pude sentir que estaba cerca de venirme Todo mi cuerpo lo pedía a gritos, y por los gemidos de Michael, sabia que el también estaba cerca. Instintivamente, comencé a mover mis caderas en círculos, tratando de estimular más agresivamente su miembro. De la misma forma mis dedos apuraron su marcha y supe que mi orgasmo era inminente.

    "...M...maestra......¿Dónde... quiere que....."Trato de decir Michael, apenas pudiendo hablar debido al esfuerzo.

    "...Adentro...lo quiero adentro... Michael..." Lo interrumpí mordiéndome los labios.

    Al parecer la forma en que dije eso causó una reacción en Michael, puesto que súbitamente apretó sus caderas violentamente contra mí y comenzó a venirse.

    "...Mmmgggmm...." Gruño, mientras su verga comenzaba a escupir violentos chorros de semen dentro de mi culo.

    Gemí tiernamente, apretando todos los músculos de mi cuerpo. Me ardía el culo de una forma deliciosa. Sentía como la verga de Michael golpeaba mis intestinos con fuerza, descargando en mi interior su espesa y calida semilla. Estaba indefensa, incapaz de hacer nada mientras mi recto lentamente era llenado de semen.

    Repentinamente, los esfuerzos de mis dedos surtieron efecto y comencé a venirme con fuerza, como nunca antes en mi vida. Cerré los ojos casi a punto de desmayarme mientras mi clítoris ardía de emoción.
    “¡¡AAAAAAAHhhhh…MmMmmmmm…M…Michaell…!!” Gemi mientras me retorcia de placer.
    Fue tan intenso mi orgasmo que incluso se me olvido que tenia una verga en el culo. Respiraba agitadamente, incapaz de reaccionar ni hacer nada y senti como Michael tambien estaba en las mismas. Solo movia sus caderas lentamente contra mis nalgas, mientras poco a poco su verga iba perdiendo energía.

    Después de unos minutos así finalmente Michael saco su miembro de mi culo. Mi ano, demasiado castigado, tardo en reaccionar y se fue cerrando lentamente mientras un pequeño rio blanco de semen se deslizaba fuera de el.

    Nos quedamos quietos por unos minutos. Ni Michael ni yo teníamos energía para decir o hacer algo. Eventualmente, el se sentó en el asiento del pasajero, guardando su miembro dentro de sus pantalones, mientras me sonreia con inocencia.

    Le cerre el ojo coquetamente y lentamente sujete mi tanga y la volví a poner a su lugar. Hice lo mismo con mi falda, y después arregle mi blusa. Con un movimiento felino me senté en el asiento del conductor y apreté con firmeza el volante.

    "... Nena.. te amo... Quisiera hacer esto todos los días.." Dijo Michael, con una actitud de orgullo.

    ".. Nadie debe saber lo que sucedió aquí.. ¿Entendido?" Dije sonriendo.

    "..Si...Maestra Alina... nadie sabrá nada.. " Respondió.

    "... Y... es posible que si respetas tu parte del trato, repitamos esto muchas veces.. ¿Ok?"

    Lo mire con ternura y sin decir nada mas agarre el borde de mi falda y la subí nuevamente, dejando de nuevo mi tanga al descubierto. Michael se quedo mirando entre mis piernas y me sonrío con malicia. Entonces encendí el carro y nos dirigimos de vuelta a la ciudad.

    Durante los siguientes meses, volví a tener varios encuentros con Michael.



    Pero eso.. ya es otra historia.


    Fin
     
    A MetalHead le gusta esto.
  2. Tetey

    Tetey Usuario Nuevo nvl. 1
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    aplausos!
    y muchos
    muy buena la historia
    mientras leia mi mano estaba donde tu sabes!
    pero no me fui!
    pon mas de estos relatos
    estan calientes!!!
     
  3. fito33

    fito33 Usuario Nuevo nvl. 1
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    ezelente relato
    uno de los mejores k he leido
    se agradese
    y siga asi
     
  4. MortuariuM

    MortuariuM Usuario Nuevo nvl. 1
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    me gusto mucho

    tienes un gran lexico
    sin mas que decir.. wenisimooo!!


    yap eso, exlente aporte!


    aioz
     
  5. solokontratodo

    solokontratodo Usuario Nuevo nvl. 1
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    Muy Buen Relato
     
  6. Monxyta

    Monxyta Usuario Nuevo nvl. 1
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    te Ame, Muy Buen Relato
     
  7. juanak

    juanak Usuario Nuevo nvl. 1
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    wenisimo las cago, soy asiduo lector de relatos pero este estuvo fantastico 100 puntos, me dejo a tono.

    salU2//
     
  8. MØUSE

    MØUSE Usuario Casual nvl. 2
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    wooe!!!
    muy buen relato..asi que paso el aviso se busca profesora!!!
    jajajaja
    muy buen relato muy buena calidad pero faltaron los condones y la penetración clásica!!!
    pero igual un 100 al relato!!
    gracias!!
     
  9. ndrs

    ndrs Usuario Nuevo nvl. 1
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    bueno, es que profesora-estudiante siempre la lleva.
    ademas la redaccion es muy buena.
     
  10. jan_morrison

    jan_morrison Usuario Nuevo nvl. 1
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    buta trate de contenerme..pero no pue.

    ..me fui cortao..

    ..jajaj..
     
  11. Picachu

    Picachu Usuario Habitual nvl.3 ★
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    exelente , es increible lo que hace un buen texto, gracias Profesora se agradece ...

    :p
     
  12. akirax

    akirax Invitado
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    espectalular, que relato mas weno
    ni te imaginas como quede al terminar de leerlo
    sigue escribiendo mas porfa
     
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