Alexis Sánchez, el "Niño maravilla" de la Selección, le dobló la mano al destino

ad natal, e incluso hicieron recuerdos de aquellos tiempos en que los vecinos correteaban al “Dilla” porque era bueno para tirar piedras. Los Astorga, familia que lo “adoptó” en Calama a los 16 años, dicen que Alexis no ha cambiado. Su madre, Martina, viaja hoy a Santiago para asistir al partido contra Uruguay. Se llama Alexis Alejandro Sánchez Sánchez no porque sus padres tuvieran el mismo apellido, sino porque su madre, Martina, hizo de padre y madre a la vez.
Y lo crió de tal forma que de alguna manera Alexis intuyó que querer era poder.

Si no hubiera sido así, seguramente Alexis hubiera sido una de las víctimas del terremoto de Tocopilla, el 14 de noviembre de 2007… La casa donde vivía de niño se derrumbó.
Justo al frente de esa demolición le compró una linda propiedad a su madre, para que viviera con sus tres medios hermanos. Y en el lugar donde estaba el hogar familiar está proyectando otra residencia. Llevó a un arquitecto de Santiago para que hiciera los planos.

Alexis nunca ha olvidado a Martina, quien esta mañana preparaba sus maletas para viajar a Santiago junto con toda su familia, para asistir al partido del miércoles con Uruguay. La humilde mujer no da entrevistas no porque no quiera, sino porque es extremadamente tímida, cuenta Milton Leyton, entrenador de Deportes Tocopilla, quien tomó a Alexis a los 12 años en el Club de Arauco. “El tuvo una niñez muy pobre. Era bueno para tirar piedras; por eso, todos lo correteaban”. Dice que en esa época se caracterizaba por el mismo juego que ayer lució en Perú y que lo llevó a meter el primer gol del partido a los dos minutos.

—Aquí le decimos “Dilla”, un diminuto de ardilla. Ayer se nos infló el pecho de orgullo. Y al anochecer, Dilla llamó a Martina por teléfono.

A los 16 años, Alexis estaba instalado en Calama y necesitaba una familia. Fue Andrea Astorga, en ese tiempo secretaria de Cobreloa, quien le ofreció su casa. Y su padre, Luis Astorga, se transformó en un padre para él.

Andrea Astorga era su apoderada en segundo medio, en el colegio Padre Hurtado de Calama. “Era cox mo un niño. No ha cambiado, sigue igual. Todavía tenemos comunicación con él. El día antes de partir a Perú chateó con mi hermana Bárbara, que tiene cinco álbumes cox n las fotos que le ha mandado él de Italia, y otras de recortes de prensa. En febrero estuvo de cumpleaños mi hija, Danae, y él le mandó un correo”.

Cuenta que cuando la Selección estuvo en Calama concentrada hablaron con el entrenador Marcelo Bielsa, para que lo autorizara a quedarse en casa de los Astorga. Como era de esperar, Bielsa dijo que no. Pero igual estuvieron en varios momentos con Alexis.

El último Año Nuevo, Alexis llegó a Tocopilla a pasarlo con su madre y sus hermanos, e invitó a los Astorga
—Anoche, cuando metió el gol, había otro jugador acá viendo con nosotros el partido. Estábamos tomando once y los platos saltaron cuando metió el gol. Es una alegría grande que él siga triunfando. Lo unico que le ha gustado en su vida es el fútbol. Siempre decía que la plata no valía nada. El Alexis siempre ha sido como uno lo ve, igual comprándose ropa, vistiendo la mejor pinta, pretencioso. Pero nunca interesado sólo en la plata.

Comenta Andrea que “a pesar que el Ale gana millones de pesos, su madre jamás se ha colgado de su fama. El le tiene una casa preciosa, y ella siempre ha sido humilde”.

—¿No cree que puede llegar a ocurrirle lo que le sucedió a Gary Medel, y a tantos otros futbolistas que al verse con plata y fama se vuelven locos?

—No, el Ale es otra cosa, él está claro…

Que Alexis es otra cosa, lo sabe bien su entrenador, Marcelo Bielsa: "Es un jugador con mucha capacidad de desequilibrio individual, pero también con sustento de potencia y velocidad para los momentos en que sale de la gambeta. Tuvo una actuación muy destacada”.