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Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por Gwenn, 12 Oct 2017.

  1. Gwenn

    Gwenn Usuario Nuevo nvl. 1
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    Lo que contare acá pasó ayer. En horario de trabajo de ambos, en nuestras respectivas oficinas.
    Para mayor detalle debo agregar que somos casados con otras personas y estamos separados por una no menor distancia.

    Luego de hablar toda la mañana de sexo por chat y excitarnos con cada palabra del otro, me atreví a preguntarle si yo lo calentaba. Me respondió que yo sabía la respuesta a esa pregunta. Y luego confirmó que sí.

    Nos habíamos "tirado los corridos" durante un tiempo.
    Una cosa llevo a la otra y le dije que estaba muy mojada. Me propuso que me tocara y yo le propuse que él me guiará.

    Mientras tanto, gente entraba y salía de nuestras oficinas, lo que lo hizo más rico y excitante.

    Me ordenó tocarme la vagina, con mis dedos suavemente mis labios de abajo. Metí mi mano en mi pantalón ajustado y sus deseos fueron órdenes.

    Me pidió que me imaginara que alguien me tocaba por atrás y le pedí que fuera él.
    Apareció detrás agarrándome fuerte mis tetas, me las tomó y apretó, y me comentó como los tocó y se ponían duros mis pezones mientras me besaba el cuello.

    Teníamos ganas acumuladas. Necesitábamos este momento.

    Todo lo que relataba se hacía verdad. Mordí mi labio tal cual mi foto de perfil de lo excitada que estaba.

    Justo yo tenía un chupete en la boca, y le conté. Me preguntó el color, rojo le dije. En variadas conversaciones le había contado mi afición por morder y chupar.

    Me guió a tocarme cada vez más rápido, y le dije que me apretara cada vez más fuerte.

    Me fui, en medio del ruido que había afuera de mi oficina, tuve que morderme para no meter yo ningún ruido.
    Quede exquisitamente feliz y húmeda. En ese instante entró una persona y tuve que disimular mi respiración y color de mis mejillas.

    Él me decía lo caliente que estaba y como quería sacar todo afuera en ese momento. Le dije que imaginara que yo estaba allá, agachada en su escritorio, chupándoselo, devorándolo hasta mi garganta.

    - Sí, pero no respondo lo que va a pasar.
    - No me importa, échame el semen en la boca.

    Ardíamos nosotros, ardía el computador. Fue una mañana que se veía venir...
     
    A chikialbo y Xico1985 les gusta esto.