[HU]La Bella Otero, amante de reyes y amiga de los pobres

La bella Otero
Valga 1868 - Niza 1965

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Agustina Otero Iglesias, "Bella Otero", nació, según ella misma dijo, un 4 de noviembre de 1868 en la parroquia de San Miguel de Valga. En el libro parroquial está inscrito su bautismo el 20 de diciembre de ese año año como hija de padre desconocido y de Carmen Otero Iglesias "A Piñeira". Nació, pues, esta gallega universal en el año en que la revolución llamada "La Gloriosa" estableció en el marco del estado español la democracia, el sufragio universal y los derechos del pueblo obrero y dio nacimiento también a la Primera República y al federalismo.


Como muchas mujeres gallegas en esta época, Carolina fue hija de madre soltera. Su madre tenía como oficio el de piñera, es decir, recogía piñas en numerosos montes que rodeaban la villa de Valga para venderlas luego en los lugares de las cercanías como combustible para dar fuego y calor. Si Carolina no hubiera marchado de Galicia, seguro su suerte y su vida poco diferentes serían de las de su madre; mas la Bella Otero, además de hermosa, era una mujer inteligente y esto le permitió conseguir fama, despertar pasiones, acumular riqueza, aprender cultura e idiomas, cantar, bailar, participar en tertulias literarias, dilapidar amores y pasiones masculinas, pagando el precio, eso sí, de morir sola en la Niza que ella tanto había amado en los días de gloria.

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Su vida estuvo marcada cómo la de muchas mujeres en aquella época y aun por un acto de crueldad y violencia salvaje: Carolina de Valga fue violada en el monte Terroeira cuando aun no había pasado casi de la infancia. Celso Emilio Ferreiro llegó a ver el sumario procesual por la violación que se instruyó en el Juzgado de 1ª Instancia de Caldas de Reyes con el número 41 del año 1879. Este sumario lo publicó Prudencio Landín Tobío en el Faro de Vigo. En el BOP de Pontevedra el 9 de agosto de 1879 fue citado el violador Venancio Romero (en paradero desconocido) para responder de los cargos imputados. Carolina tenía apenas 11 años y, segundo las crónicas de la época, su estado tras la cruel violación era de tal gravedad que fue trasladada con una enorme hemorragia al Real Hospital de Santiago. La niña consiguió recuperarse de las heridas, mas este hecho trágico dejó en su vida una secuela física y psíquica permanente.

Otero con María Felix​

Poco se sabe de su trayectoria y andanzas desde que sale del hospital hasta su aparición en Cataluña y luego ya como artista en París. Las noticias y los hechos de esta etapa forman parte de la leyenda, del misterio, de la verdad y de la fantasía que siempre acompañaron la vida de la Bella Otero. Seguro precisó de un aprendizaje duro y difícil, de un trabajo para poder triunfar en el mundo artístico. El baile, el movimiento de su cuerpo, su seducción en los escenarios no fueron solo producto de su belleza sino también de su inteligencia, de su tesón y de su bueno hacer. Su vestimenta, sus joyas, su vida, sus conquistas masculinas sirvieron de base a novelas, crónicas periodísticas, series de postales e incluso películas. Los hombres ricos y poderosos que con ella se relacionaron -fue amante de Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia, Leopoldo II de Bélgica, Alfonso XIII de España, Eduardo VII del Reino Unido y Aristide Briand (con quien tuvo una relación entrañable hasta la muerte del político, ricos empresarios) - y que, en algún caso, llegaron al suicidio en la busca de su amor y de su posesión contribuyeron también a engrandecer a leyenda de la Bella Otero. Mas hay que señalar que gran parte de esta riqueza quedó en los casinos, muy especialmente en el de Montecarlo, donde su ludopatía consumió en gran parte esta inmensa fortuna.

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A lo mejor es menos conocida su faceta de mujer que supo relacionarse con la cultura de la época, pero la Bella Otero tuvo contactos con las mujeres sabias que se reunían en París en el Círculo Sáfico. Michel del Castillo habla, en su obra Colette une certaine France (1999), sobre Colette y su época, de este mundo de cultura y de lesbianismo en el que tanto la escritora como la propia Carolina se encontraron y se relacionaron. Este círculo de sabias parisienses estaba constituido por mujeres de enormes fortunas que cultivaban la poesía, el canto y que hacían "cuadros vivos", representaciones pictóricas, muchas veces desnudas, que provocaron un enorme escándalo en la sociedad parisiense de esta época, es decir, en los llamados "locos años veinte" y en los que sobresalieron los nombres de Lucie Delarue, Romaine Brooks, Natalie Clifford-Barney o Liane de Pougy, la eterna rival de Carolina Otero cómo artista. Es posible que incluso Colette hubiera recibido clases de baile de la Bella Otero.

Casa en que nació​

Como muchos emigrantes gallegos que encontraron fortuna en otras tierras, Carolina quiso también dejar sus riquezas, que ya no tenía, a las gentes más pobres de su Valga natal para que, quizás, no tuvieran que emigrar como había tenido que hacer ella y fue así como esta mujer artista, hija de madre soltera, que hizo de su vida y de su existencia aventura y leyenda, en los últimos años de su vida dejó una carta escrita oficialmente, a través del embajador, al alcalde de su villa para notificarle que los beneficiarios de su testamento serían las gentes más pobres de Puente Valga de Galicia, provincia de Pontevedra. La partida de defunción de Carolina tiene fecha del 10 de abril de 1965 en Niza. Una de las gallegas más universales tenía, pues, 97 años cuando murió.


FUENTE
www.culturagalega.org/album/detalle.php?id=53#