El último día del año

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por EscritoraErotica, 20 Sep 2015.

  1. EscritoraErotica

    EscritoraErotica Usuario Nuevo nvl. 1
    82/163

    Registrado:
    17 Sep 2015
    Mensajes:
    12
    Me Gusta recibidos:
    0
    Era un 31 de diciembre. Vísperas de año nuevo y yo con mis 17 años estaba demasiado feliz porque nos íbamos a reunir con toda la familia para esperar el nuevo año, era mi fiesta preferida. Era una nenita virgen, aún no tenía novio ni relaciones sexuales. Poco y nada sabía lo que era la vida sexual ya que solo había dado uno que otro besito y sin lengua. Era la nenita buena, el orgullo de la familia por mis buenas notas en el colegio, el buen comportamiento que tenía en el establecimiento y gracias a eso siempre me daban un premio a fin de año en el colegio por mi buena conducta.

    Ya no estaba en clases como ustedes podrán comprender así que mis padres me permitían dormir hasta la hora que quisiera; Me encantaba dormir.
    Ahí estaba yo en mi cama, lugar en donde predominaba el rosado con sábanas de ese color y textura gruesa para abrigarme debido a que me gustaba dormir con ropa ligerita. Un calzón de jovencita bien metido en el culito gordito que tengo y que marca mis labios. La parte de arriba era una polerita que apenas se siente en mi cuerpo delgadito, sin sostenes para que mis pechos en forma de plátano sean libres a la hora de descansar.
    Desperté como una nenita regalona, bien acurrucada en mi cama, tapadita con mis sabanas que cubría mi cuerpo hasta mi cuello. Miraba de lado a la puerta a ver si alguien venia para despertarme pero no venía nadie de mi familia. Al rato me paré de la cama, caminando con el calzón metido en el potito, marcándose mi coñito y la polera que se veía todo. Moviendo caderas como una lolita sin querer ser sensual. Llegué a la puerta, miré a ver si había alguien y procedí a cerrarla ya que mi coñito estaba algo alteradito y emocionado manchando mi calzoncito. Caminé hacia mi cama, me metí dentro de las sabanas bien sentadita. Miré por debajo de la sábana y ahí estaba mi coñito con una humedad altísima. Sonreí suavemente entendiendo el mensaje que mi cuerpo entregaba: El último dedito del año.
    No entendía el por qué estaba tan feliz de que llegara esa fecha. Siempre me encantó pero esa vez estaba demasiado feliz.
    Me recosté abriendo mis piernas suavemente. Miraba mi calzoncito y con dos dedos comencé a bajarlo hasta medio muslo para dejar mi coñito peludito a la vista.
    Coñito rosado por mi piel blanca con un mohicano de pelitos rubios que recién habían sido cortados hace una semana. Pelitos duros, parejitos pero bien tupidos y a los lados estaba peladita al cero. Al lado de mi coño estaban mis muslos gordos en forma de triángulo, con las piernas bien separadas. Rodillas casi a la altura de mis pechos. Llevé el dedo del medio a mi boca, chupándolo un par de segundos para luego proceder a bajar por mi perita de niña joven y de ahí bajando hasta llegar a mis pechos.
    En ese instante mi respiración se cortaba. El dedito estaba moviéndose en forma circular en mi pezón rosadito, tocándolo suavemente, muy suave, cerrando mis ojos y gimiendo suavemente “ohm ohhhh” mientras mi cabeza empezaba a echarse para atrás sintiendo todo lo rico de ese dedito que erizaba mi pezón mientras con mi otra mano masajeaba mi otra teta. Posteriormente agarré esa teta, la subí y comencé a pasar mi lengua muy suavemente por el pezón, provocando que mi coñito se mojara más y más.
    Después comencé a jugar con mi cuerpo, haciendo que esos deditos fueran caminando en mi seno dando pasitos suaves bajando por mi guatita, como si estuvieran descendiendo una gran montaña. Eso me gustaba, mi coño estaba brillante en jugos y esperaba que esos deditos llegaran a puerto. Me encantaba la sensación de lentitud, que los deditos no llegaran nunca. Eso me hacía sudar más, quejarme con más fuerza y sentir como mi piel se erizaba.
    No pensaba en nadie, solo pensaba en esa fiesta hermosa que tendríamos en la noche. No le encontraba explicación a calentarme con algo que no podía imaginar. No era un hombre y tampoco era una mujer lo que me calentaba, era la situación. Jamás me había ocurrido eso.
    Los deditos iban en franco descenso, jugando con mi ombligo para luego comenzar a recorrer los últimos metros del caminito de la felicidad lo que hizo que comenzara a gemir de manera más fuerte y mi coñito se inundara más en mis fluidos.
    Mi cara se enrojeció al sentir que los deditos empezaron a tocar mis pelitos del coño, mi frente desplegaba un sudor cómplice de mi placer mientras ese dedito comenzaba suavemente a mover mi labio en forma circular. Yo era un solo gemido, nada más que un gemido largo, eterno, mirando hacia el techo. De mi boca salían solos “ohhhh oohhh” mientras ese dedito se movía suavemente en mi labio grueso y rosadito.
    Mis ojos comenzaban a cerrarse y la imaginación volaba mientras mi dedito recorría todo mi labio vaginal suavemente y posteriormente internándose en busca de mi clítoris que lo esperaba todo erecto. Cuando sentí el contacto de mi dedo con el clítoris empecé a descargar una rica electricidad corporal. Mi cara se comprimía mientras mi dedito empezaba a acariciar mi clítoris provocándome unos ricos quejidos. Con otro dedo abría mis labios, masajeaba esa carnosidad de color gris que eran los labios vaginales y jugaba casi pegándose a mi dedo que no dejaba en paz a mi clítoris. A esa altura mi coñito llegaba a brillar de lo chorreada que estaba por mis fluidos.
    Mi cabeza me estaba jugando una mala pasada, sin mi consentimiento empezaba a recordar que vendrían mis tíos y un par de primos. Al recordar eso me excitaba mas, sin mi consentimiento y eso hacía que me metiera no solo uno sino que dos deditos en el coñito.El placer era tremendo e inexplicable. Mi angelito bueno no entendía nada de lo que mi mente estaba pensando, no comprendía nada pero solo me dedicaba a gemir, a pasarla rico, a sentir como esos dos deditos se hundían en mi coñito y los pelitos rozaban mis dedos. Pelitos que llegaban a brillar de lo mojadito que estaba y mi mente seguía entregando a chispazos las imágenes de quienes venían.
    Mis gemidos comenzaron a ir en franco aumento. Mi boca estaba en forma de O solo expulsando los sonidos que mi ser interior provocaba al sentir ese rico dedo. Mis ojos cerrados imaginaban cosas ricas. Mi coñito empezó a eyacular un rico líquido, estaba acabando como nunca antes lo había hecho. Mis deditos se manchaban. Eran como dos niñitos jugando en un charco de agua. Mi frente sudaba sal, mi boca no paraba de gemir hasta caer rendida boca arriba, con las pulsaciones a mil por hora y una sudoración que había manchado toda la cama. Estaba entendiendo que ese era el inicio de un largo día
    CONTINUARÁ…

    Lee mis otros relatos eroticos en https://cuentoseroticosblog.wordpress.com/
     
  2. Magic_DaFrE

    Magic_DaFrE Usuario Habitual nvl.3 ★
    197/244

    Registrado:
    5 Dic 2010
    Mensajes:
    14.306
    Me Gusta recibidos:
    92
    Excelente relato me encanto mucho, siga aportando que la seguiré leyendo e imaginando estas situaciones
     
  3. EscritoraErotica

    EscritoraErotica Usuario Nuevo nvl. 1
    1/41

    Registrado:
    17 Sep 2015
    Mensajes:
    12
    Me Gusta recibidos:
    0
  4. pablitopro

    pablitopro Usuario Nuevo nvl. 1
    7/41

    Registrado:
    28 Feb 2012
    Mensajes:
    78
    Me Gusta recibidos:
    7
    muy buenos relatos, estan bien detallados hacen transportarse al lugar de los hechos XD
     
  5. EscritoraErotica

    EscritoraErotica Usuario Nuevo nvl. 1
    1/41

    Registrado:
    17 Sep 2015
    Mensajes:
    12
    Me Gusta recibidos:
    0
  6. ice_32

    ice_32 Usuario Casual nvl. 2
    82/163

    Registrado:
    13 Jun 2012
    Mensajes:
    1.360
    Me Gusta recibidos:
    306
    excelente relato...quien fuera esos deditos traviesos....