La Compañía de Bomberos de Antofagasta

La Compañía de Bomberos de Antofagasta ​

El cuartel de la Primera Compañía de Bomberos de Antofagasta (conocida oficialmente como Cuartel General del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta) sito en Sucre no. 545, Antofagasta, es Monumento Nacional desde 1992.

Originalmente la Unidad de Bomberos de Antofagasta, fue dependiente de la Policía Nacional de Bolivia, y fundada el 5 de Abril de 1875. En ese entonces la ciudad era Boliviana.

Primorosamente conservando, en este edificio se han reportado la aparición de varios fantasmas, los cuales hacen una gala de diversa fenomenología paranormal: misteriosos sonidos de máquinas de escribir, tañir de campanas de origen desconocido y la aparición recurrente del fantasma más conocido de ellos, el denominado “fantasma de los pantalones blancos”: un misterioso espectro que disfruta de recorrer la estación, vistiendo un uniforme del siglo XIX, y que es el acompañante de todos los bomberos en sus noches de guardia, asustando a no pocos con su presencia.

La leyenda del cuartel dice que sería la aparición de un voluntario que se quitó la vida en el campanario ó en el piso que alberga al cuartel propiamente dicho. También aseguran que su convicción de bombero era tan fuerte que a eso se debe que siga dando vueltas ahí, esperando servir en lo que sea,…

La historia del “fantasma de los pantalones blancos” volvió a actualidad en diciembre de 2003, cuando uno de los camiones de bomberos, sin conductor y con el freno de mano puesto, se desplazó misteriosamente unos 10 metros.

"No hay explicación lógica", dijo el jefe de la unidad de bomberos, Fernando Jara, a la prensa local de la época, y destacando que el vehículo sin ocupantes esquivó incluso un obstáculo.

Según la leyenda de los bomberos, el fantasma que viste con pantalón blanco y la camisa roja que se usaba antigüamente, aparece también cuando muere un camarada, subiendo ruidosamente las escaleras, moviendo mangueras.

También se cuenta que el fantasma tendió la mano a un bombero que caía durante un incendio, aunque en este caso, como en otros muchos, no hubo testigos.

 

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