El nitrógeno en las aguas oceánicas sustenta el crecimiento de dos pequeñas pero tóxicas especies de fitoplancton que son perjudiciales para la salud humana y para muchas formas de vida marina. Así lo indican los resultados de un nuevo estudio. Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco, en California, han comprobado que el nitrógeno que entra en el océano, ya sea mediante procesos naturales o por contaminación derivada de actividades humanas, aumenta el crecimiento y la toxicidad de dos especies de fitoplancton que pueden causar en los seres humanos una enfermedad poco común, conocida como intoxicación amnésica por mariscos. Entre los síntomas principales que pueden presentarse con esta afección, figuran pérdida de la memoria durante un período breve, coma y, en casos raros, la muerte. Comúnmente encontradas en las aguas marinas de la costa oeste de América del Norte, estas diatomeas del género Pseudo-nitzschia producen una potente toxina llamada ácido domoico. Cuando estas células de fitoplancton crecen con rapidez en episodios de proliferación masiva, altas concentraciones de ácido domoico ponen en riesgo la salud humana si se acumulan en los mariscos. También pueden causar la muerte y enfermedades entre los mamíferos y aves marinas que comen pequeños peces que se alimentan de plancton. William Cochlan, de la Universidad Estatal de San Francisco, matiza que, independientemente de su origen, el nitrógeno tiene importantes repercusiones sobre el crecimiento del fitoplancton, tanto el "malo" como el "bueno", que es la base de la cadena alimentaria marina. El nitrógeno puede pasar de modo natural a las aguas marinas por el ascenso, en zonas costeras, de agua fría rica en nutrientes que contienen nitrato (la forma más estable de nitrógeno) desde las zonas más profundas hacia la capa superficial del agua, bien iluminada por el sol. La contaminación, incluyendo el escurrimiento agrícola de materias con fertilizantes, y los vertidos provenientes de plantas depuradoras de aguas residuales, es también responsable de añadir nitrógeno, amonio y urea, al agua de mar.