[Historia] Il Grande Torino

En la década de los 40, un equipo en el calcio daba que hablar por su juego vistoso y atrevido. Un proyecto que prometía, pero que apagaría las luces tras un trágico accidente, esta es la historia del Grande Torino.​

Un equipo con un fútbol envidiable, contaba con la capacidad de derrotar a cualquier rival que se le pusiera por delante, un juego ofensivo y en ocasiones arriesgado. Gracias a estas características, le valieron ser el amo y señor del fútbol italiano por cinco campeonatos consecutivos.

Campeones de 1942 a 1949 (las temporadas 1943/44 y 1944/1945 no se disputaron por la Segunda Guerra Mundial), su esquema táctico se basaba en una línea defensiva de tres jugadores, cualidad sobresaliente que complementaba con la gran ofensiva que tenían. En una sola temporada lograron 125 goles a favor y tan solo 33 goles en contra con 16 puntos de ventaja sobre el sublíder.

Otro récord es mantener invicto su estadio, Filadelfia, durante 93 encuentros además de golear al Milán en una temporada por 10-0.

Un equipo que era conducido por su capitán, Valentino Mazzola, un referente absoluto de aquel equipo, y a cinco fechas del final de la liga, parecía que nadie iba a frenar al Torino en su camino a ganar su quinta corona en línea, hasta que llegó ese fatídico 4 de mayo de 1949.

El Torino se encontraba en Lisboa disputando un encuentro de exhibición contra el Benfica, cuando volvían a Turín, a unos 20 kilómetros de esa ciudad, la espesa niebla hizo que el piloto del avión chocará contra la muralla que se encontraba en la parte posterior de la Basílica de Superga.

En el avión se transportaban 31 personas: dos dirigentes, dos entrenadores, tres periodistas, 18 jugadores, un masajista y cinco personas de tripulación, ninguna sobrevivió. El luto no se vivió solo en el club, sino que también en la selección nacional de Italia, donde diez de los fallecidos, a excepción del portero, eran la base de ésta para viajar al mundial de Brasil 1950.

El propio entrenador de la selección italiana, Vitorio Pozzo, fue uno de los que debió ir a reconocer a los jugadores. El impacto fue tan grande, que al año siguiente Italia viajaría en barco a Brasil donde debía afrontar el Mundial, campeonato en el cual no tendría mucha figuración.

De esa tragedia, sólo dos jugadores sobrevivieron: dos personas que no subieron a ese avión. Ladislao Kubala y Sauro Tomá, no viajaron ese día, el primero porque su hijo se encontraba enfermo y debía quedarse en Lisboa, y el segundo por una lesión.

Un accidente que estremeció a todos, el Torino ese año sería proclamado campeón del torneo, el cual jugaron con juveniles las últimas cuatro fechas. Los rivales, por respeto a la institución, al momento de enfrentarse presentaban formaciones juveniles.

El día del funeral, los ataúdes de los jugadores ingresaron del mismo orden que saltaban a la cancha hasta el momento que ingresó Mazzola y el silencio reinaba en Italia. Il Grande Torino había dejado las canchas.​

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