[INFO] ¿Por qué los perros persiguen y le ladran a las ruedas?

¿Por qué los perros persiguen y le ladran a las ruedas?

Es algo que ha pasado un montón de veces en diferentes lugares, por lo general en zonas urbanas, en grandes ciudades y en calles mayormente transitadas. Pero, ¿por qué lo hacen?



Los perros callejeros tienen un curioso actuar cuando ven pasar en frente de ellos una rueda de automóvil, una moto o de una bicicleta. Para muchos puede ser un susto, para otros implica un peligro por el posible atropello del animal.

Al parecer, los perros activan un instinto de cazadores, el cual perdieron hace varios años cuando se acostumbraron a vivir de forma doméstica y que los diferencia de los lobos salvajes. Pero ¿qué hace que los perros simplemente se vuelvan locos, ladren y hasta persigan las ruedas? aquí podemos encontrar una explicación.

Antiguamente este mamífero tenía la necesidad de ir a cazar para alimentarse y atacaba directamente a las piernas de su presa. Actualmente el ser humano ha contribuído en su alimentación, por lo que ya no dependen de sí mismos para este fin, por lo que con el paso de los años fueron suprimiendo su instinto salvaje.

De acuerdo a especialistas, los perros reaccionan por neurosis, lo que los convierte en "perros neuróticos", lo que se refleja en manías que llegan a convertirse en actividades intratables o difíciles de corregir. También se le asocia con su sistema de defensa, el cual se activa cuando ven o escuchan algo desconocido, a lo que podrían asociar como un objeto peligroso o que no es parte de lo habitual.

Aquí te dejamos con una fábula cómica que explica su comportamiento:

Cuenta la historia cuando empezaron a circular diferentes automóviles, una vaca, una cabra y un perro salieron de paseo en un taxi. Cada uno se iba a quedar en un lugar diferente.Cuando la vaca llega a su destino, pregunta al conductor "¿Cuánto le debo, señor?". El conductor del taxi le responde "Son tres mil pesos". La vaca paga su servicio y se queda, dejando al perro y la cabra continuar con el paseo.

En la siguiente parada se queda la cabra, antes preguntando al señor conductor "Y... ¿Cuánto me va a cobrar usted?". El señor mantiene su precio anterior diciendo a la cabra "Tres mil pesos". Aprovechando un descuido del trabajador del volante, la cabra se apura y se escapa sin pagar. El conductor, se molesta, pero decide continuar con el perro.

El mejor amigo del hombre, según muchos, hace petición al conductor diciendo "Me quiero quedar, amigo. ¿Cuánto le debo?". El conductor, un poco malhumorado por la acción anterior contestó "Son tres mil pesos". El perro no tenía el dinero exacto para pagar el servicio, por lo que pagó al conductor con un billete de cinco mil pesos. El perro había ya salido del automóvil, olvidando por unos segundos el vuelto de dos mil pesos. Cuando se dio cuenta, el conductor ya había puesto en marcha el taxi, desapareciendo del escenario con el vuelto.

Desde entonces este hecho quedó recordado de la siguiente forma:

La vaca, como no debe ni teme al chofer, continúa su marcha tranquila.La cabra, al estar siempre con miedo, teme que el chofer la llame para que pague la deuda de aquél nefasto día.El perro, recordando su vuelto y con esperanzas de recuperarlo, empieza a ladrar al conductor para que le resuelva su problema.



​